¿Quién era el vasco de la mítica fotografía de los obreros de Nueva York sobre una viga?
Esta fotografía se ha convertido un símbolo muy potente de la clase obrera.
La instantánea formaba parte de una campaña publicitaria para promocionar el nuevo complejo Rockefeller Center.
"Retratos de Nueva York", la esencia de la ciudad a través de fotos míticas
En un descanso de su jornada laboral durante la construcción del Rockefeller Center en Nueva York, once trabajadores almuerzan, fuman y hablan sobre una viga tranquilamente, a cientos de metros de altura y sin ningún tipo de protección. Esto da lugar a una de las imágenes más icónicas de la Gran Manzana.
Esta fotografía, “Lunch atop a Skyscraper” o “Almuerzo sobre un rascacielos”, fue tomada en 1932 y se convirtió en un símbolo de la valentía de los obreros que arriesgaron sus vidas para construir la silueta de Nueva York.
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Las identidades de los obreros han sido durante mucho tiempo un misterio, pero ya varios de estos hombres han sido identificados, siendo éstos nativos americanos, inmigrantes irlandeses o eslovacos, y uno de ellos, se dice que era un inmigrante vasco.
Fue en los años 80, cuando a Dani, el hijo de este inmigrante vasco, le regalaron la fotografía y al observarla se dio cuenta de que el segundo por la izquierda de los valientes obreros, el hombre que ofrece fuego a uno de sus compañeros, era su padre.
Su nombre era Natxo Ibargüen y era de Balmaseda, Vizcaya. Nació en 1899, y a los 19 años se fue del País Vasco para no hacer la “mili” ya que había muchas posibilidades que su destino fuera la Guerra de Rif en Marruecos (África). Su primera parada fue Argentina, luego Inglaterra y finalmente emigró a los Estados Unidos en busca de mejores oportunidades como muchos de sus compatriotas en la primera mitad del siglo XX. Al igual que muchos inmigrantes vascos, Ibargüen encontró trabajo en la industria de la construcción, ya que en ese momento estaba en auge debido a la construcción de los gigantescos edificios tan característicos de la gran manzana.
Natxo estableció su vida en Nueva York donde conoció a Esperanza Ojinaga, una empleada en la Embajada de México, de la que se enamoró y contrajo matrimonio teniendo cuatro hijos.
Fue después de la muerte de Ibargüen en 1957, cuando su mujer y uno de sus hijos, Dani, decidieron visitar el lugar de origen de su padre y retomaron el contacto con su familia vasca. A partir de esas visitas, fue cuando la familia conoció las vivencias de Natxo en la ciudad americana y su historia ligada a la construcción del Rockefeller Center. Este relato llamó la atención de la Asociación Harresí de Balmaseda que lo han hecho público.
La fotografía que desafío la muerte
Esta instantánea, tomada el 20 de septiembre de 1932, fue publicada por primera vez en el New York Herald-Tribune. Se sabe con certeza que la fotografía fue tomada en el edificio RCA del Rockefeller Center, en el piso 69, a 240 metros de altura.
Lo curioso de esta imagen es que no corresponde con un momento espontáneo, fue una escenificación. El autor pidió a los once trabajadores que posasen para su reportaje fotográfico. La fotografía tiene truco, y es que, aunque sí que fue una fotografía arriesgada ya que no había la preocupación actual por la seguridad laboral de los trabajadores, no fue tan peligrosa como se podía creer ya que unos metros más abajo había un piso completamente terminado.
La imagen guarda muchos misterios, además de quién eran los trabajadores, tampoco se conoce con exactitud quién fue el artista que retrató la escena, ya que los fotógrafos Charles C. Ebbets, Thomas Kelley y William Leftwich se encontraban allí ese día tomando distintas instantáneas para el reportaje, aunque son muchas las hipótesis que aseguran que fue Charles C. Ebbets el autor de esta fotografía.
Este reportaje que debían hacer estos fotógrafos, tenía como objetivo promocionar el nuevo Rockefeller Center, el cual se inauguraría en 1939. Era parte de una campaña publicitaria para los rascacielos del complejo. La imagen tenía como intención simbolizar la capacidad de resistir y reinventarse de la ciudad de Nueva York, y de Estados Unidos en general ya que el país se encontraba en plena Gran Depresión, la cual comenzó en 1929 y no finalizó hasta 1939. Querían motivar a la población en un momento crítico en el que el país necesitaba nuevos estímulos.
La fotografía, con una gran potencia visual, se ha convertido en un emblema de la ciudad, mostrando la romántica creencia de que la ciudad de Nueva York es ese lugar sin miedo para afrontar proyectos.
En diciembre de 2023, el rascacielos inauguró una atracción para que los turistas pudieran recrear la famosa instantánea de los obreros sentados en la viga. Eso sí, en este caso sin peligro alguno, ya que van atados para su seguridad. Es en la azotea del edificio donde se encuentra la réplica del acero original de nueve metros de largo. Esta estructura se eleva alrededor de 3,5 metros por encima de la plataforma de observación que tras girarla sitúa a los intrépidos turistas en el mismo punto que los protagonistas de la fotografía.
La fotografía ha tenido infinidad de versiones y parodias con protagonistas de películas y series del momento como pueden ser Los Simpson, Friends, CSI o Los Muppets.