Estos animales pueden vivir más de 100 años: el secreto de su longevidad según la biología

Los tiburones de Groenlandia pueden vivir hasta 400 años, siendo el vertebrado más longevo del mundo gracias a sus capacidades de regenerar ADN.
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Al contrario que pasa con los humanos, cuya esperanza de vida media mundial es de unos 71,4 años, según datos de la Organización Mundial de la Salud, hay animales que pueden superar con cierta facilidad el centenar de años, hasta el punto de que los humanos los consideraríamos prácticamente inmortales. El término correcto realmente es “amortales”, pues a pesar de tener una gran resistencia al envejecimiento y la degradación que esto supone, lo que les hace vivir más tiempo que muchas otras especies, todavía morirán en algún momento, sea por condiciones ambientales, incluyendo depredadores, o las enfermedades.
El caso especial de los tiburones de Groenlandia
El tiburón de Groenlandia, también llamado tiburón boreal, (somniosus microcephalus) es el vertebrado más longevo conocido, con una esperanza de vida estimada de unos 400 años, según el ejemplar más longevo registrado. Es una de las especies más grandes de tiburón, con una longitud entre los seis y siete metros, lo que puede dar lugar a pesos de hasta una tonelada y media y tienen la peculiaridad de ser ciegos. No de nacimiento, sino a causa de los copépodos, unos crustáceos parásitos que se alimentan del tejido de sus córneas, provocando esa pérdida de visión.
Para hacernos una idea del ciclo de vida que llevan estos vertebrados más longevos del mundo, pueden vivir en condiciones hostiles como a 2.200 metros de profundidad y en temperaturas frías de entre -2 a 7 grados Celsius. No es solamente que puedan superar los 100 años de edad, sino que a esa edad prácticamente no han llegado ni a la pubertad. De hecho, no alcanzan la edad reproductiva hasta los 150 años de media. Un estudio de 2024 investigó el genoma de esta especie que, a pesar de su nombre, tiene un hábitat mundial más amplio, pudiendo vivir también en aguas del Atlántico Norte y en el Ártico ruso. El principal descubrimiento en un genoma compuesto por 22.634 genes y unos 6450 millones de pares de bases y que supone el “elixir de la eterna juventud” de esta especie es que “los genes específicamente duplicados en el tiburón de Groenlandia forman una red funcionalmente conectada, enriquecida para la reparación del ADN”.
Uno de los genes importantes en la longevidad del tiburón boreal es el llamado TP53, conocido como el “guardían del genoma”. Este contiene instrucciones para el funcionamiento de la proteína P53, que es una de las que repara el ADN y, por ejemplo, ayuda a suprimir los tumores. Este gen lo tienen muchos animales además de los tiburones, como elefantes o ballenas. También los seres humanos. Teniendo en cuenta que su funcionamiento impide que células con ADN dañado sigan dividiéndose hasta que se repare o provoque la muerte, evita el crecimiento de células tumorales, lo que puede explicar por qué es vital para la prevención del cáncer.
Animales que pueden vivir cinco siglos
Aunque el caso del vertebrado más longevo del mundo, que puede doblar la edad del animal terrestre más viejo, la tortuga gigante, nos resulte impactante, no es el más longevo del mundo. En este caso, según los datos del Libro Guinness de los Récords, se trata de las almejas de Islandia o almeja quahog (arctica islandica). En este caso, el ejemplar más longevo descubierto se calculó que tenía una edad estimada de 507 años cuando fue descubierta por investigadores en 2006 como parte de un estudio sobre el cambio climático. De este modo, es el animal no colonial más antiguo del mundo. Los animales coloniales, como los corales, pueden vivir hasta 4000 años, pero no son un único animal, como en este caso.
Para calcular la edad del animal individual más antiguo del mundo se realizó un método similar al de calcular la edad de un árbol, contando en este caso los anillos de crecimiento anual de la concha, lo que dio lugar a un cálculo inicial de entre 405 y 410 años. Más tarde, en 2013, se utilizaron técnicas de medición más sofisticadas que dieron como resultado 507 años. Para su bautismo se utilizó como apodo “Ming”. El motivo fue hacernos una idea de la de tiempo que había pasado desde su nacimiento, hecho que se produjo cuando esa dinastía china gobernaba (de 1368 a 1644).
Como sucede con los tiburones boreales, crecen muy lentamente y en su genoma también hay mecanismos de reparación del ADN, lo que permite corregir ciertos tipos de lesiones y prevenir ciertas mutaciones que provoquen la muerte. Es por esto que se las conoce como las “almejas inmortales”, aunque realmente son muy frágiles por ejemplo a cambios en su medio ambiente, ya que su estructura puede colapsar por cambios de presión entre agua y aire, al necesitar respirar oxígeno, pero no el de la superficie, sino disuelto en agua.