Medios locales hablan de "gran resurreción" tras la aparición del ejemplar. Y fue gracias a la voz de alerta de Saga, debido a lo cual varios arqueólogos del Museo del Condado de Jönköping, junto con la Asociación de Buscadores de Metales, buscaron la espada en el agua.
A pesar de que los hechos ocurrieron el pasado 15 de julio, día de la final del Mundial de Fútbol, la historia ha salido ahora a la luz tras una entrevista realizada por el diario sueco Värnamo Nyheter a la joven descubridora y al padre de la misma.
El padre relata entonces que cuando vio coger un objeto a la niña pensaba que era un palo, pero ni mucho menos. "Sentí que algo rozaba mi mano, y pensé que era un palo. Pero luego lo levanté y tenía un mango que parecía de una espada, entonces grité "¡Papá, he encontrado una espada!"".
Y sí, la niña tenía razón, era una espada. En ese momento su padre lo primero que imaginó es que podía estar ante un objeto muy valioso, por lo que consultó con los lugareños para ver a quién podía acudir con la espada. De esta forma, contactó con Annie Rosén, una arqueóloga del Museo de Läns de Jönköpings.
Y aunque se desconoce el valor exacto del objeto, ya que los expertos del museo están estudiando el arma para que se pueda enseñar en el museo el año que viene, tal y como ha explicado el jefe del mismo, Mikael Nordström, en The Local. "Tiene unos 85 centímetros de largo y contiene madera y metal conservados a su alrededor", ha indicado.
"Estamos impacientes porque el personas de conservación haga su trabajo y vea más detalles de la espada. Por qué ha llegado hasta el lago, lo desconocemos. Cuando buscamos hace un par de semanas, encontramos otro objeto: un broche de aproximadamente el mismo período de la espada, tal vez sea un lugar de sacrificio", ha explicado Nordström.