Pedro Delgado, un tinerfeño invidente, junto a su esposa y su perro guía, Veiro, acudieron la noche del pasado jueves a cenar a una pizzería de un centro comercial en Santa Cruz de Tenerife después de que él salió de trabajar. Sin embargo, para su sorpresa, los responsables del local le aconsejaron que "nos cambiáramos de mesa para que el perro fuera menos visible por los clientes", tal y como ha relatado.
Delgado cuenta que, "por más que les expliqué seguían con lo mismo", es decir, no permitían que el perro guía accediera al establecimiento. El hombre, su mujer y el animal terminaron marchándose "porque no teníamos tiempo para esperar a la policía".
Al parecer no es la primera vez que algo así ocurre en el local, por lo que Pedro Delgado advierte de que los responsables de la pizzería "no tendrán siempre la misma suerte" y esta vez "han escapado de una sanción económica que puede ser bastante elevada".