Si eres observador, posiblemente, cuando hayas ido a una gasolinera te habrás dado cuenta de que unos vehículos tienen la tapa del combustible a la izquierda y otros a la derecha. Esta curiosidad del mundo del automóvil es más difícil de explicar que muchas otras.
Por lo general, se trata de una decisión de la marca, normalmente por seguridad aunque también influyen el diseño o la comodidad. Según recoge ABC, los expertos de circulaseguro afirman que lo peor que puede ocurrir es que el automóvil se pegue fuego y pueda explotar tras una colisión. Por esto, el depósito se coloca fuera de cualquier estructura que se deforme en una colisión y colocar el tubo en una zona de poco riesgo de rotura tras un impacto.
Antiguamente, casi todos los coches tenían la boca de llenado de depósito en la parte trasera, incluso se accedía al mismo levantando la tapa del motor. Esta posición se descartó por los riesgos que podía generar en caso de recibir un golpe en la parte trasera del coche, como los que se sufren en los atascos.
Algunos fabricantes deciden elegir su posición pensando en la comodidad del conductor. Así, aseguran que les resulta más práctico colocar el acceso al boquerel de llenado en el mismo lado en el que tienen el volante.
Otras marcas deciden su colocación en función de los resultados de las pruebas de choque, y en función de la situación del propio depósito para que el tubo vaya desde el depósito hasta la boca de llenado con el menor número de obstáculos posibles. Por ejemplo, las furgonetas que tienen puerta corredera en uno de sus lados colocan la tapa de gasolina en el lado contrario, así evitan interferencias con otros elementos estructurales del coche.