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Desde el 11 de abril está en marcha la campaña de la Renta 2022, en la que deben participar todos los contribuyentes que tributan en España –salvo quienes cumplan una serie de requisitos que les eximan–. Por lo tanto, los trabajadores de la Agencia Tributaria tienen que hacer frente a miles de declaraciones hasta el 30 de junio, fecha en la que finaliza el plazo para presentar este trámite.
Para facilitar esta labor y hacer frente a los posibles fraudes fiscales que se intenten cometer, se sancionan los errores e incorrecciones que aparezcan en la declaración de la renta. Es decir, quien se equivoque deberá enfrentarse a una multa cuya cuantía dependerá de la gravedad del fallo.
Según el Consejo General de Gestores Administrativos de España, el 35 % de los borradores contiene errores, con lo que es necesario revisarlos a conciencia para evitar cualquier problema una vez que se presente el documento definitivo.
La mayor parte de ellos son errores leves, pero eso no exime –al menos por el momento– al declarante, ya que estará expuesto a multas por parte de la Agencia Tributaria. Respecto a las incorrecciones que conllevan sanciones menores, hay que señalar que incluir un dato erróneo conlleva una sanción de 100 a 250 euros, dependiendo de la gravedad del mismo o de la cantidad de errores que incluya.
Respecto a este tipo de fallos, la Agencia Tributaria ha anunciado que en 2024 podrían no conllevar multa, introduciendo de ese modo el derecho al error o el derecho a la rectificación del error. Desde este estamento son conscientes de que hay pequeñas incorrecciones de carácter involuntario que podrían ser subsanadas por los propios declarantes para evitar sanciones.
En general, son considerados como graves aquellos errores con los que se trata de obtener un beneficio incluso sabiendo que los datos que se están aportando no son los correctos. En este sentido, cuando se incluyen deducciones o bonificaciones que no se pueden declarar, con el objetivo de conseguir un resultado negativo en la declaración (a devolver), la multa asciende al 15 % de la cantidad que se recibe. Y si en esta práctica se omite información relevante o se incluyen datos falsos, habrá que sumar 300 euros más de multa.
Como se puede adivinar, las sanciones son mayores conforme el delito de fraude aumenta, pudiendo llegar a los 300.000 euros en las infracciones graves y muy graves.
Finalmente no podemos dejar de señalar las sanciones a las que están expuestos aquellos contribuyentes que no presenten la declaración de la renta en el tiempo estipulado. Cuando la declaración es positiva y el declarante deba abonar una cantidad al Estado, se le añadirá un recargo que puede ser hasta del 20 % si se retrasa durante un año.
En caso de que el resultado sea negativo y le corresponda a la Agencia Tributaria devolver dinero al contribuyente también habrá multa, concretamente de 100 euros. Así pues, conviene siempre presentar la declaración a tiempo… y si se pasa el plazo, hacer el trámite lo antes posible, pues cuanto más tiempo transcurra, peores serán las consecuencias.