Los alimentos que se pueden comer aun estando caducados, según la OCU

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Muchos alimentos pueden consumirse incluso después de haber superado su fecha de caducidad.. EUROPA PRESS
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La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) lo tiene claro: muchos alimentos pueden consumirse incluso después de haber superado su fecha de caducidad. Una opción especialmente relevante en un contexto donde el desperdicio alimentario se ha convertido en un problema global. Según diferentes estudios, millones de toneladas de comida en buen estado terminan en la basura debido a confusiones entre las etiquetas de "consumo preferente" y "fecha de caducidad".

La OCU aclara que no todos los productos caducados son peligrosos para la salud, siempre que se almacenen correctamente y se verifique su estado antes de consumirlos. Esta información no solo ayuda a reducir el desperdicio, sino también a ahorrar en el coste de la cesta de la compra.

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Alimentos que pueden consumirse después de la fecha de caducidad

Yogures

Los yogures son uno de los productos que generan más dudas entre los consumidores. La OCU señala que, aunque su fecha de caducidad suele ser corta, pueden consumirse varios días después si se han mantenido refrigerados y su envase está intacto.

El sabor o la textura pueden alterarse ligeramente, pero no representan un riesgo para la salud. De hecho, en países como Francia y Portugal, los supermercados ya venden yogures con la leyenda "puede consumirse después de la fecha" para evitar su desperdicio.

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Pan de molde

El pan de molde es otro alimento que puede consumirse después de la fecha indicada. Si no presenta moho ni olores extraños, puede tostarse o usarse para preparar torrijas o pudding. La OCU recomienda almacenarlo en un lugar fresco y seco para prolongar su vida útil. Incluso si ha perdido frescura, puede aprovecharse para hacer pan rallado casero, una alternativa más económica y sostenible que comprarlo ya procesado.

Patatas fritas y frutos secos

Aunque estos productos suelen llevar fecha de consumo preferente, su degradación es más lenta. Las patatas fritas pueden perder su crujiente con el tiempo, pero siguen siendo seguras para comer. Los frutos secos, por su parte, pueden volverse rancios si no se guardan en un recipiente hermético, pero no suponen un peligro para la salud. Para recuperar su textura, se pueden tostar ligeramente en el horno.

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Alimentos con fecha de consumo preferente

Conservas

Las conservas enlatadas, como atún o legumbres, tienen una larga vida útil gracias a su proceso de esterilización. La OCU indica que pueden consumirse meses después de su fecha de consumo preferente, siempre que el envase no esté abollado, oxidado o hinchado.

En estos casos, es mejor desecharlas para evitar riesgos. Además, una vez abiertas, deben trasladarse a un recipiente de vidrio o plástico y consumirse en un plazo máximo de 2-3 días.

Arroz y pasta seca

Estos alimentos básicos pueden almacenarse durante años sin perder su seguridad alimentaria. Su fecha de consumo preferente hace referencia a la calidad óptima, pero siguen siendo aptos para el consumo si se guardan en un lugar seco y alejado de plagas.

Eso sí, con el tiempo pueden endurecerse o requerir más tiempo de cocción, por lo que conviene revisarlos antes de prepararlos.

Productos que no deben consumirse caducados

Carne y pescado fresco

La OCU advierte que estos alimentos deben respetarse estrictamente su fecha de caducidad. Su deterioro puede generar bacterias peligrosas, como la salmonella o el anisakis. Si presentan un olor desagradable o cambios de color, es fundamental desecharlos. En el caso de la carne picada, el riesgo es aún mayor, por lo que nunca debe consumirse fuera de plazo.

Huevos

Aunque los huevos suelen llevar fecha de consumo preferente, es recomendable no excederla. Para comprobar su frescura, se puede sumergirlos en agua: si flotan, es señal de que ya no son aptos. También es importante cocinarlos bien, especialmente si se van a usar en platos como mayonesa casera o tortillas poco hechas.

Quesos frescos

A diferencia de los quesos curados, los frescos tienen un mayor riesgo de desarrollar moho o bacterias. La OCU insiste en no consumirlos una vez pasada su fecha de caducidad. Sin embargo, los quesos duros como el parmesano o el manchego curado pueden rallarse y usarse en cocina incluso si tienen pequeñas zonas de moho superficial, que pueden retirarse sin problema.

Consejos para reducir el desperdicio alimentario

Mantener los alimentos en las condiciones óptimas es clave para alargar su vida útil. Utilizar recipientes herméticos y respetar las temperaturas de refrigeración puede marcar la diferencia. Por ejemplo, los tomates y las patatas no deben guardarse juntos, ya que esto acelera su maduración.

Antes de tirar un alimento, es importante evaluar su aspecto, olor y textura. Muchos productos siguen siendo seguros aunque hayan superado su fecha indicada. También es útil organizar la despensa colocando delante los productos más antiguos, una técnica conocida como "first in, first out". Pequeños gestos como estos pueden tener un impacto significativo en la reducción del desperdicio alimentario y en el ahorro familiar.

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