Las consecuencias económicas del coronavirus: las empresas tratan de frenar la adquisición extranjera

  • Comprados extranjeros aprovechan obtener activos estratégicamente importantes

  • Los activos han perdido su valor durante la pandemia

La Comisión Europea estima que la economía de la eurozona se contraerá entre un 5% y un 10% este año como consecuencia de las medidas de confinamiento adoptadas para detener la propagación del coronavirus y defiende una respuesta "ambiciosa y firme" que evite un incremento de las divergencias en el bloque.

La pandemia ha desatado un colapso económico internacional que no se había visto desde la Gran Depresión. El Fondo Monetario Internacional predice una recesión mundial, y las economías de todos los países del mundo están tratando de tomar medidas para la futura crisis económica que viene.

Este momento de recesión está siendo aprovechado por numerosos compradores corporativos extranjeros que aprovechan los momentos de debilidad de la economía para obtener activos estratégicamente importantes que han perdido su valor durante la pandemia, según recoge RCMP.

Por ello, empresas de todo el mundo están tratando de defenderse de este suceso, poniendo barreras para evitar que industrias clave caigan en manos de sus adversarios, como el fortalecimiento de las revisiones de inversión extranjera.

125 millones en 15 años a la respuesta global contra la pandemia

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha anunciado que España contribuirá con 125 millones a la respuesta global contra la pandemia de Covid-19, concretamente con 50 millones de euros a la Alianza de Vacunas (GAVI) y con 75 millones a la Coalición para las Innovaciones en Preparación para las Epidemias (CEPI). Los compromisos que no se traducirán en desembolsos inmediatos sino que se extenderán hasta 2035.

Sánchez ha participado este lunes en una Conferencia de Donantes telemática destinada a recaudar fondos para combatir la pandemia de COVID-19 patrocinado por la Unión Europea, Francia, Alemania, Reino Unido, España, Noruega, además de Arabia Saudí e Italia (como presidencias actual y futura del G20).

El Gobierno ha precisado después que la contribución española será a largo plazo, a través de la Facilidad Financiera para la Inmunización (IFFIM). Este instrumento permite a GAVI y a CEPI financiarse en los mercados con la venta de 'bonos vacunas' respaldados por los compromisos anunciados por los donantes que, de este modo, no tienen que hacer desembolsos inmediatos.

España ya canalizaba por esta vía su aportación a la Alianza de Vacunas, un compromiso que ahora se extiende 10 años más, hasta 2035. La contribución anunciada para CEPI es a lo largo de 15 años, es decir, igualmente hasta 2035.

Tanto GAVI como CEPI son alianzas público-privadas, la primera de ellas centrada en aumentar el acceso a las vacunas en países en desarrollo y la segunda en financiar la investigación de vacunas contra infecciones que puedan suponer potenciales epidemias. El Gobierno español tenía ya un compromiso de

En su breve intervención, ha recalcado que el acceso equitativo y asequible a vacunas, tratamientos y diagnósticos es "el único camino para derrotar al virus", pero también "es hacer lo correcto", porque hay que "hacer todo lo necesario para impedir que aumente la desigualdad como consecuencia de la pandemia".

"Debemos aprender las lecciones aprendidas en nuestro pasado más reciente y asegurar que, esta vez sí, salimos de la crisis sin dejar a nadie atrás", ha dicho, en alusión a la crisis financiera de 2008 y las medidas adoptadas para superarla.

Esa respuesta, a su juicio, debe descansar sobre tres principios: justicia social, ciencia y colaboración de todos los países. Se trata, ha dicho, de avanzar en la investigación científica en marcha, desde las fases iniciales hasta el impulso a su producción y las garantías de su distribución.

"Estructuras de colaboración duraderas"

Así, ha pedido a sus homólogos de la comunidad internacional que, "más allá de realizar contribuciones financieras", confía en que sean capaces todos de crear "estructuras de colaboración duraderas" para mejorar la respuesta mundial a enfermedades presentes y futuras.

Sánchez ha defendido que la comunidad internacional se encuentra ante una amenaza que "no entiende de fronteras" y que los países son más fuertes contra el virus si están unidos. En esa línea, ha apostado además por impulsar el liderazgo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), "tan importante en estos momentos decisivos".

Objetivo, 7.500 millones de euros

La Conferencia de Donantes, que aspira a recaudar 7.500 millones, la ha abierto la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunciando una aportación comunitaria de 1.000 millones de euros. La canciller alemana, Angela Merkel, ha anunciado 525 millones, y el presidente francés, Emmanuel Macron, 510.

El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, ha comprometido 551 millones de euros; el británico, Boris Johnson, 441 millones y Arabia Saudí 457. La aportación anunciada por Italia será de 71,5 millones y la de Países Bajos de 192 millones de euros.

El Gobierno español ha explicado que la conferencia de donantes está estrechamente ligada al nuevo "ACT Accelerator", una iniciativa liderada por la OMS y otras organizaciones internacionales de salud para coordinar los esfuerzos existentes y alcanzar así, lo antes posible, tratamientos y vacunas contra la COVID-19 a precios asequibles. En su lanzamiento el pasado 24 de abril también participó Sánchez.