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Como cada año, se acerca la campaña de la declaración de la renta. Ya sea por simple despiste o por fraude deliberado, muchas veces se cometen errores que pueden salir caros. Fallos como la omisión de información o la aplicación de deducciones que no corresponden pueden suponer una multa de Hacienda de hasta 30.000 euros.
Te contamos cuáles son los errores más comunes en la declaración de la renta y la multa que acarrea cada uno de ellos.
La mala costumbre de dejar todo para el último momento puede costarte un buen dinero cuando se trata de la declaración de la renta. Así que apunta: el plazo límite este año es el 20 de junio de 2021.
La cuantía de la penalización depende de tres variables: el tiempo de retraso –entre la fecha límite y el momento de presentar la Renta–, si el contribuyente la presenta por sí solo –o por el contrario Hacienda tiene que recordárselo–, y por último del resultado de la declaración (si sale a devolver o a pagar).
“Si el usuario realiza la gestión antes de que se produzca el requerimiento de la Administración, siempre que el resultado salga a pagar, el recargo será del 5% si han transcurrido 3 meses desde la finalización de la campaña de la renta, un 10% de los 3 a 6 meses siguientes, un 15% de los 6 a 12 meses siguientes y un 20% más los intereses de demora si han pasado más de 12 meses. Cuando el resultado del IRPF sale a devolver, la sanción de Hacienda por el retraso en la presentación es de 100 euros”, concreta un artículo publicado por 'Mapfre'.
Entregar la versión final de la declaración de la renta con datos erróneos o incompletos (omitiendo información) conlleva una multa de 150 euros. Muchas veces este fallo se comete por no actualizar el domicilio fiscal, por ejemplo.
Uno de los errores que más se repiten está relacionados con las deducciones por adquisición de vivienda, el estado civil o las subvenciones públicas, apuntan desde ‘Actium Consulting’. Esto se considera una infracción grave y conlleva sanción de Hacienda del 15% de la cantidad recibida. Si además se agrava con la omisión de datos importantes o la inclusión de información falsa, se establece un gravamen de 300 euros.
Si el contribuyente utiliza facturas, justificantes o documentos falsos para obtener un beneficio en la declaración de la renta superior a 3.000 euros, la sanción aplicable oscila entre el 50 y el 100% del importe, señalan desde Mapfre.
Algunas de las ‘triquiñuelas’ más frecuentes de los españoles, recopilaba un artículo de ‘El Confidencial’, son cobrar una reducción por los hijos cuando no corresponde, pagos en negro a empleadas del hogar, pensiones del extranjero, declarar como segunda residencia –vacía– una vivienda que está arrendada o el clásico “¿con o sin factura?”. Si alguna de las anteriores te suena, no te confíes: Hacienda va afinando su capacidad para detectar estos fraudes y cada vez se imponen más multas por estas prácticas.