Educación

Hasta qué edad es recomendable compartir la cama con tus hijos: qué dicen los expertos sobre el colecho

Muchos expertos lo consideran esencial durante los primeros meses de vida. Freepik
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MadridEl colecho es una de las decisiones de crianza que genera más debate tanto entre familias como en la comunidad científica. Algunos lo defienden como una forma de reforzar el vínculo afectivo y hacer más fácil el descanso de toda la familia, mientras que otros advierten de los posibles riesgos que puede conllevar, sobre todo durante los primeros meses de vida del bebé. Pero, una de las dudas que más inquieta a madres y padres es hasta qué edad es recomendable seguir haciendo colecho sin comprometer su desarrollo emocional ni su autonomía.

¿Qué es el colecho y por qué se practica?

El colecho es dormir en la misma cama o en el mismo espacio con los hijos. Esta práctica es parte de muchas culturas: en India, casi todos los niños entre 3 y 10 años duermen con sus padres; en Japón esta práctica puede alargarse hasta los 7 años. En Occidente resurgió con la llamada “crianza con apego”, la cual promueve el contacto cercano entre los padres y el hijo como un vínculo protector y emocional.

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Esta práctica tiene distintas ventajas e inconvenientes. Entre las ventajas encontramos que facilita mucho la lactancia materna y sincroniza el sueño materno-filial, disminuye los episodios de llanto, aumenta el sueño REM y puede reducir la apnea o la hipoglucemia en recién nacidos, favorece el vínculo afectivo y disminuye el estrés del niño. Por otro lado, también tiene inconvenientes, si no se cumplen las medidas de seguridad, puede resultar peligroso para el bebe por el riesgo de asfixia o síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL), sobre todo en menores de seis meses y la interrupción del sueño de los progenitores, pérdida de intimidad o dependencia emocional prolongada.

Según organizaciones como la AEP, la OMS o UNICEF el colecho es completamente seguro siempre y cuando se cumplan con ciertas medidas de seguridad y condiciones:

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  • El bebé siempre debe dormir boca arriba, sobre un colchón firme, sin almohadas, edredones pesados ni peluches.
  • El colchón debe ser firme, sin huecos ni papeles que puedan obstruir la respiración.
  • Se recomienda que los padres no beban alcohol ni fumen, y por supuesto, evitar dormir con el bebé en caso de ingerir sedantes o bajo exceso de cansancio.
  • No se debe compartir cama si existen mascotas, o si el adulto tiene sobrepeso, enfermedades que afecten a la conciencia o exceso de somnolencia.
  • La temperatura ideal en la habitación debe ser entre 16ºC y 18ºC y el bebé no debe sobreabrigarse.

También se recomienda que el bebé duerma en la misma habitación que sus padres al menos hasta los seis meses, aunque lo recomendable sería hasta el primer año. No necesariamente tiene que estar en la misma cama.

¿Hasta qué edad se recomienda el colecho?

Aunque no existe una edad fija recomendada universalmente para realizar colecho, muchos expertos plantean intervalos orientativos, siempre considerando las necesidades del niño y las dinámicas familiares. La mayoría de expertos coinciden en que debe ser mínimo hasta los primeros seis meses de vida del bebé, ya que, el colecho es seguro y beneficioso para los pequeños si se aplica correctamente.

Uno de los neonatólogos más conocidos del mundo por sus investigaciones en neurociencia perinatal, el sudafricano Nils Bergman, insiste en que los niños deberían compartir la cama de la madre hasta al menos los 3 años. Asegura que el colecho reduce el estrés de los bebés y hace que puedan descansar mejor. Según este neonatólogo el desarrollo cerebral puede verse afectado por la separación de los padres, ya que los bebés pueden experimentar dolor físico al ser separados de sus progenitores.

Por otro lado, Margot Sunderland, directora de educación del Centro de Salud Mental para niños de Londres, propuso que el colecho debe ser practicado hasta los 5 años, ya que podría provocar en los niños ansiedad por separación.

En cuanto al colecho prolongado, algunos expertos advierten que dormir juntos más allá de los seis años puede dificultar la independencia emocional del niño y afectar a la calidad del sueño tanto de los padres como de los hijos.

Cómo separar progresivamente el colecho de manera respetuosa

Cuando llega el momento de que los niños comiencen a dormir solos, es importante que la transición se haga de manera gradual, empática y sin imposiciones bruscas. Los expertos en crianza coinciden en que este cambio debe adaptarse a las necesidades emocionales del niño, ya que obligarlo a dormir en su propia habitación sin haberlo preparado puede generarle ansiedad, regresiones o inseguridad. Un primer paso sería crear una rutina nocturna predecible y calma, que pueda incluir momentos de conexión como leer un cuento, hablar del día o hacer ejercicios de respiración. También puede ser útil acompañar al niño a su nueva cama durante los primeros días, estando junto a él hasta que concilie el sueño, y reduciendo progresivamente esa presencia a medida que vaya ganando seguridad.

Otra estrategia que funciona muy bien es la cohabitación parental, es decir, pasar de compartir cama a compartir habitación en camas separadas o colocar la cama del niño junto a la de los padres antes de moverla a otra distancia. Esta técnica permite que el pequeño pueda mantener una referencia cercana, reforzando el sentimiento de seguridad pero a la vez va ganando autonomía. Se recomienda validar sus emociones durante este proceso, sin minimizar sus miedos ni tampoco forzar situaciones para las que aún no esté preparado. Los padres tienen que saber que en esta fase, la clave es la paciencia y la escucha activa, recordando que dormir solos es una habilidad que se adquiere progresivamente, y que cada niño tiene su propio ritmo.