Otoño con nortadas
El otoño suele darnos algunas pistas de hacia dónde apunta el invierno. Hasta ahora, los modelos no se han equivocado y la primera mitad de la actual estación ha sido seca. Ahora deberían llegar las lluvias, lo mismo que en invierno.
En medio de tanto anticiclón hemos tenido algunas entradas frías, no muy importantes, pero todas de norte. La más importante la hemos sufrido este pasado fin de semana y, sobre todo, el lunes y el martes con valores por debajo de los 10 grados en algunas capitales de provincia y de cero en montaña.
Las nortadas son entradas de viento de norte muy frío, que abre un pasillo de temperaturas muy bajas en capitales como Vitoria, Pamplona, Logroño o Burgos, así como en el valle del Ebro y en Pirineos. Estos últimos días, estas han sido las zonas que más han sufrido el efecto térmico del viento frío y en cuyas montañas más nieve se ha acumulado.
Es la segunda nortada que tenemos este otoño y nos puede dar indicio de por dónde irán llegando las nevadas conforme nos metamos en diciembre y nos aproximemos al invierno. No sería de extrañar que incluso antes de la entrada oficial de la próxima estación, veamos algunos copos en estas ciudades del norte.
Y es que, generalmente, aunque es imposible predecir tan a largo plazo, sí tenemos unos patrones meteorológicos que nos indican tendencias y los otoños que arrancan con nortadas hacen ganar puntos a las situaciones de viento del norte, aporte húmedo marítimo en toda esa franja y, por tanto, nevadas.
De hecho, un dato a destacar es adelanto de la inauguración de la temporada de esquí. Es paradójico que en plena sequía nos encontremos ante una situación de preapertura de estaciones en Pirineos o Cordillera Cantábrica mucho mejor que los últimos cuatro años. Las pistas de esquí están acumulando en los últimos días un buen espesor de nieve pese a la ausencia de precipitaciones, salvo en estas áreas beneficiadas por las nortadas.
¡Atención al Mediterráneo!
Seguro que muchos recordáis las nevadas que se pasearon por toda la costa mediterránea y el sur andaluz el pasado invierno. Una potente entrada de aire frío barrió estas zonas tiñéndolas de blanco. En localidades, como Xávea o Torrevieja (Alicante) no nevaba desde hacía décadas.
Esta situación excepcional lo sería todavía más si, de nuevo, vuelve a repetirse el próximo invierno. A pesar de que el otoño está siendo benévolo con temperaturas suaves y, por desgracia, pocas precipitaciones, podría volver a repetirse el mismo patrón del año pasado, pero ¿por qué?
Según apuntaban ya a finales de verano algunas agencias meteorológicas europeas y los principales modelos de previsión, el chorro polar podría comportarse como el invierno pasado. El cambio climático estaría detrás de esta situación, ya que las temperaturas en el Ártico son anormalmente altas y el jet stream no es capaz de contener todo el aire frío retenido en esa latitud. La consecuencia son desplomes más habituales y en zonas poco acostumbradas, como el Mediterráneo español.
Aunque solo es una probabilidad, ya este otoño se han registrado picos de temperaturas por encima de cero grados en el Ártico con anomalías de +20ºC. De continuar estos fuertes contrastes, un desplome frío estaría asegurado.
Pocas nevadas en centro y sur
Por segundo año consecutivo, las zonas menos agraciadas con la lotería blanca serían el centro y el oeste y sur peninsulares. Suele ocurrir cuando empiezan a repetirse los patrones de norte y las nortadas se suceden una detrás de otra beneficiando a carta norte de las montañas y las capitales citadas.
En estas situaciones, ciudades como Madrid se quedan con las migajas, si acaso alguna harinada o copos despistados. Los vientos del norte limpian los cielos en cara sur y dejan un ambiente muy frío, pero muy seco.
De romperse esta tendencia, todo apunta a las entradas continentales, que sí podrían favorecer al Mediterráneo a nivel costero y algo hacia el interior. El resto volvería a quedarse con la nieve a las puertas.
Imprevisible
Aun así, cabe destacar que la Meteorología es una ciencia inexacta y hasta ahora solo tenemos en la mano mapas de probabilidad y tendencias de hacia dónde apuntan las estaciones. El otoño está cumpliendo su patrón seco y cálido. Veremos si se torna a lluvioso, como dicen los modelos, y entonces volvemos a ver nevar en 2018 en zonas costeras nada habituadas.