Los inicios de las estaciones se definen como aquellos instantes en los que la Tierra se encuentra en una determinada posición en su órbita alrededor del Sol. El caso de la primavera, esta posición es en la que el centro del Sol, visto desde la Tierra, cruza el ecuador celeste en su movimiento aparente hacia el norte.
La primavera, conocida y asociada como la estación de las flores y el amor, trae consigo algunos cambios que siempre suelen ser bien recibidos. A pesar del comienzo algo invernal que tendrá este año, la primavera nos ofrecerá un cambio de temperaturas más agradables.
Además, los días se harán más largos. A las latitudes de la península, el Sol saldrá por las mañanas más de un minuto antes que el día anterior, y por la tarde se pondrá más de un minuto después. Como consecuencia, al inicio de la primavera, el tiempo en que el Sol está por encima del horizonte aumenta casi tres minutos cada día.
Esto nos recuerda que en este mes de marzo, además de dar la bienvenida a la primavera, tendremos que cambiar los relojes. En la madrugada del sábado 24 de marzo al domingo 25, las agujas se adelantarán una hora. De esta forma, a las 02:00 serán las 03:00 (una hora menos en Canarias).
Como consecuencia de esta pérdida de una hora de descanso, ganaremos por la tarde más tiempo de luz natural y la posibilidad de actividades al aire libre. Es lo que se conoce como la entrada del 'horario de verano'. Se trata de una práctica que se remonta a la década de los años 70, cuando a causa de la crisis del petróleo, algunos países decidieron adelantar sus relojes para aprovechar mejor la luz solar.
Estamos, por lo tanto, ante una semana de cambios. Despedimos el invierno para recibir la primavera, y cambiaremos nuestros ritmos circadianos a consecuencia de nuestros relojes. Una bienvenida a una estación pasada por agua, con la esperanza de que pronto traiga sus propias temperaturas más agradables y estables.