Por qué la ruptura del vórtice polar está dejando media España blanca

eltiempohoy.es 02/02/2019 11:04

Hemos pasado de una España seca a estar cubiertos por grandes capas de nieve y seguimos acumulando centímetros de espesor. Además, en los próximos días, no solo va a caer en zonas de montaña sino en puntos de la meseta norte e, incluso, puede que del sur.

Esta España blanca se la debemos al famoso vórtice polar, que no se ha roto directamente sobre nosotros este invierno. La tan anunciada ruptura ya ha tenido lugar y ha desencadenado un efecto dominó que, en nuestro caso, se traduce en entradas de borrascas combinadas con episodios de entradas de aire frío que provocan bajadas de temperaturas bruscas y desplomes de la cota de nieve.

La ola de frío polar

Si conocéis o habéis oído hablar del 'efecto mariposa' podéis trasladarlo a la meteorología y, en concreto, a la situación que tenemos estos días sobre nosotros con un cóctel invernal al que no le falta ningún ingrediente: fuerte oleaje, vientos huracanados, lluvias persistentes y torrenciales y, por supuesto, nevadas intensas y copiosas.

¿Por qué decimos que EEUU está detrás de esta situación? Es muy sencillo, el vórtice polar se ha roto sobre Canadá y buena parte de aquel país. Ha ondulado fuerte provocando un episodio frío de mínimas históricas.

Ese desplome de frío ártico tan brutal ha empujado hasta nosotros las últimas borrascas (después de Gabriel) que nos están afectando circulando desde el continente americano hasta nosotros cruzando todo el Atlántico y empujando al anticiclón hacia el sur. Por tanto, vía libre para la inestabilidad y la entrada del invierno más crudo.

En otras palabras, se han posicionado todas las piezas para que seamos la puerta de entrada desde el Atlántico de estas potentísimas bajas presiones que lleguen acompañados por pasillos de vientos de latitudes más al norte, es decir, muy frías.

La combinación de ambos factores favorece que nos volvamos a teñir de blanco en muchas zonas de la Península. No la veremos en todo el país, pero, desde luego, donde caiga lo hará de forma generosa: tercio norte, área del Cantábrico, meseta norte, puntos del centro y meseta sur más puntuales.

¿Y las últimas nevadas?

Con el intenso episodio de nieve de la semana pasada ocurrió lo mismo. Tenemos que recordar que el vórtice polar no se rompe una vez ni tampoco en una misma latitud. Imaginemos que es una correa que rodea el Polo Norte y que ondula. Cada vez que ondula más hacia el sur de lo habitual es una ruptura de ese vórtice que empuja y deposita todo el frío hacia esa zona.

A mitad de enero ocurrió en el este europeo lo que, junto al anticiclón, creó un pasillo de vientos siberianos que nos pegó de lleno. Esto junto a una relativa humedad en el tercio norte dio lugar a las impresionantes lluvias y nevadas que cubrieron, sobre todo, los Pirineos y la Cordillera Cantábrica.

Tras esta irrupción de aire frío, que afectó de forma mucho más clara a otros vecinos europeos, como Francia o Bélgica, ha llegado esta segunda oleada desde el lado contrario del Atlántico.

¿Hasta cuándo nos afectará?

No se puede determinar el tiempo que pueden sucederse estos episodios de nevadas ni tampoco si serán más restringidos geográficamente o en el tiempo. Las rupturas del vórtice polar pueden mantenerse activas tan solo unas semanas o varios meses, como sucedió en 2018.

De continuar así, lo que resta de invierno se repetirían de forma secuencial entradas de borrascas con episodios de lluvias y nevadas. En función del punto donde ondule el vórtice, ganará más peso uno u otro.