El fantasma de la sequía cíclica sobrevuela de nuevo nuestras cabezas y podría ser la peor en 20 años, desde aquella de principios de los 90, que dejó los embalses por debajo del 40%, nivel de alarma y del que solo distamos un pírrico 2%.
Sin embargo, de cara al otoño y el inicio del año climatológico este 1 de septiembre, los modelos no se ponen de acuerdo: algunos creen que el próximo otoño la situación se va a revertir, mientras que otros insisten en que continuaremos con un otoño cálido y seco.
La peor sequía en 20 años
La realidad ahora mismo es que los embalses están muy por debajo de la media del año pasado y de la media de los últimos días años, un 42,85%. Basta con observar el gráfico superior para darse cuenta de que la situación es muy preocupante en algunas cuencas.
En el arranque de septiembre sigue la curva en picado y es 10.000 hm3 inferior a la media. De hecho, ya en 2016, la situación de escasez de lluvias se veía venir. Se acentuó con un otoño e invierno cálidos incluido el norte peninsular.
Por poner un ejemplo, la fuente oficial de embalses.net informa que el estado es alarmante en la cuenca del Júcar con un 28,18%, la del Segura con un 17,17% o las del Duero y el Guadalquivir con algo más de un 35%.
Tan solo se salvan las de Galicia costa con un 59,94% (porcentaje bajo para tratarse de esta comunidad), Cantábrico Occidental con casi un 77%, según datos de la misma fuente oficial del Ministerio de Medio Ambiente.
Primeras restricciones de agua
A principios de agosto, el presidente del Gobierno confesó que todos los días revisa la situación de los embalses. Y todas las semanas se encuentra con la misma noticia: números rojos en las reservas de agua almacenada. Y, paradójicamente, este verano tan tórrido pasará a la historia como uno de los más lluviosos que se recuerdan. Gracias a las tormentas y a la DANA con la que hemos despedido agosto la situación extrema se ha maquillado un poco.
Para revertir la situación necesitamos muchas lluvias y trenes de borrascas cruzando la Península Ibérica durante todo el otoño.
Si esto no ocurre, lo cual es una incertidumbre van a llegar los temidos recortes y horas restringidas para el consumo de agua.
Aunque el Gobierno ha descartado por el momento restricciones al consumo humano ya se están dando cortes puntuales en algunas zonas de La Rioja, la sevillana Sierra Sur, la Axarquía de Málaga, la zona de Las Médulas (León) y algunos pueblos del interior de Badajoz y Cáceres, así como determinadas aldeas de Ourense.
En caso de que el otoño no traiga lluvias es posible que sí tengamos que hablar de primeros cortes al consumo humano en algunas de las regiones más afectadas, como son zonas de Andalucía, Extremadura o de las mesetas donde las precipitaciones siguen siendo muy escasas.
¿Qué zonas se libran y cuáles no?
Con o sin lluvias, y según los últimos datos, el extremo norte peninsular (no todo) se quedaría al margen de los cortes de suministro o la restricción del gasto. Por ejemplo, las cuencas del País Vasco o las de las costas gallegas mantienen un nivel de reservas entre el 60 y algo más del 70%.
El resto estarían en situación preocupante o en los casos anteriormente mencionados preocupantes. Es la situación del Guadalquivir con un 40,6%, la del Júcar, con 31,8% o con un 21,12%, la del Segura. De nuevo, el sur de la Península, en alerta por falta de lluvias.
En todo caso, el Ministerio de Agricultura es el encargado de dar la voz de alarma y será el que determine en qué momento se decreta un estado general de sequía y las medidas a seguir. De momento, el Gobierno se mantiene vigilante y a la expectativa de las previsiones.
¿Qué dicen las previsiones sobre la sequía?
La situación es contradictoria porque algunas fuentes indican que, efectivamente, el otoño será seco y con escasez de lluvias generalizadas en todo el país, como es el caso de AccuWeather. Su previsión habla de repetir el mismo patrón del otoño de 2016 con temperaturas muy altas y poquísimas lluvias en todo el país.
Es más, este modelo habla de una sequía que se extiende por buena parte de Europa, aunque la palma nos la llevaríamos nosotros. Este sería el peor de los escenarios.
En la previsión del otoño climatológico, que Aemet acaba de anunciar, nos indica que las lluvias van a ser normales para la época. Esto querría decir que tendríamos precipitaciones abundantes en muchos puntos del país donde los meses de octubre, noviembre y diciembre son los más lluviosos.
De ser esto así es probable que la situación de sequía se mitigara. De la cantidad de lluvia que recibamos dependerá que revirtamos una situación muy difícil. No podemos olvidar que estamos a punto de tocar el suelo del 40%, a partir del cual la situación es de sequía alarmante con cortes y restricciones.
¿Qué medidas podemos tomar en casa?
Por el momento, y con o sin estado oficial de sequía, existe una batería de medidas que todos a nivel particular podemos adoptar con el objetivo de ahorrar agua y contribuir a no desperdiciar o malgastar las reservas:
1. No dejes correr el agua de los grifos ni de la ducha mientras te enjabonas o te cepillas los dientes. Si lo dices desperdicias entre 10 y 20 litros de agua.
2. Toma duchas cortas y evita los baños, ya que consumen ingentes cantidades de agua. Evitas tirar más de 30 litros de agua.
3. Utiliza el lavavajillas lleno.
4. Si utilizas la pila para lavar los platos, llénala y no dejes el grifo abierto.
5. No descongeles los alimentos con agua.
6. El agua de hervir puede servirte, a posterior, para regar las plantas.
7. Revisa las fugas de agua en el hogar.
8. Si vas a lavar el coche, acude al lavacoches.