Stephen Hawking ha sufrido Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) desde los 21 años, y solo ha podido conocer la astronomía desde los conocimientos teóricos.
Hace una década, se metió en un simulador del espacio exterior, el Boeing 727, para sentir la ingravidez del cosmos. Demostró al resto de personas que padecen su enfermedad que no existen los límites. De nuevo, va a ser un gran ejemplo para todos ellos: "Cuando Branson me ofreció un asiento, dije sí de forma inmediata. (...) Pensé que nadie me llevaría", decía en el programa de la televisión inglesa 'Good Morning Britain'.
El científico británico ha tenido tres hijos de dos mujeres distintas, y asegura que son su tesoro más preciado. Pero, sin duda, poder vivir esta experiencia le hace cumplir un sueño: ponerse a más de 4.000 kilómetros por hora en una nave espacial, y ver la Tierra desde otra perspectiva.
Dando ejemplo: de los primeros en demostrar que hay una alternativa a nuestro planeta
La ciencia le debe mucho por todos sus descubrimientos: desde el análisis de los agujeros negros, hasta qué futuro le depara a la Tierra. Una guerra nuclear, un virus letal modificado, la caída de un asteroide y, como tarde, los efectos del calentamiento global podrían poner punto y final a la humanidad, según el científico británico.
La solución que Hawking ve más factible es colonizar otros planetas que sean habitables para el ser humano. Este viaje puede ser el primer paso para dar viabilidad a esta medida.