España

Enfrentamiento entre vecinos y menas en Marcilla : “Se ha abusado de nuestra solidaridad”

Mario Fabo, vecino de Marcilla, en una entrevista para el programa de 'Vamos a Ver'. telecinco.es
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Marcilla, Navarra, vivió la noche del 12 de junio una serie de disturbios que han roto por completo la convivencia entre vecinos del municipio y los menores extranjeros no acompañados (MENAs) que residen en el Centro de Observación y Acogimiento (COA). La situación, que lleva años generando malestar en la localidad, ha estallado esta semana tras varios días de incidentes nocturnos.

En el programa ‘Vamos a Ver’ han hablado con uno de los vecinos de la localidad, Mario Fabo, que expresa su intranquilidad con la situación que los vecinos están viviendo: “Llevamos varios días sin dormir. Ahora hace calor y dormimos con las ventanas abiertas. Por la noche están de juerga hasta las 3 o 4 de la mañana, con música, con gritos, etc.”

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Todo comenzó el miércoles 11 de junio, cuando varios vecinos, cansados de las molestias constantes, acudieron al centro donde los menores residen para pedir silencio. Pero el conflicto se disparó la noche siguiente cuando varios de los menores salieron al pueblo encapuchados y armados con palos y botellas. Se dirigieron a la plaza del pueblo donde se produjeron lanzamientos de sillas y otros objetos hacia los vecinos.

Cansados de la situación, Mario explicaba: “Se escaparon sin ningún tipo de control. Luego corrieron de vuelta al centro, y los vecinos, como es normal, fueron a defenderse”.

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Los continuos conflictos desde que se abrió el COA en 2019

Los vecinos aseguran que los problemas no son nuevos. “Desde que se inauguró el centro en 2019 ha habido incidentes: acoso a menores del pueblo, robos, peleas. Siempre ha habido un goteo constante, pero desde que se ha duplicado la ocupación, todo se ha multiplicado”, afirma Mario Fabo.

El centro de observación y acogimiento fue construido para acoger a un máximo de 40 menores, pero actualmente alberga a 94. Desde la perspectiva de los vecinos, Mario cuenta que solo ven a ocho trabajadores para todos los menores que hay: “Así es imposible controlar nada”, expresaba indignado.

En cuanto a las posibles soluciones, Mario explicaba: “Lo que no se puede hacer es no hacer nada. Llevamos meses escuchando al Gobierno foral decir que están estudiando alternativas, pero no llega nada. Hemos sido muy solidarios desde 2019, pero se ha abusado de esa solidaridad".