El desgaste físico de Pedro Sánchez tras ocho años en el poder: delgadez, fatiga y rostro serio
Descubre cómo ha sido el cambio físico de Pedro Sánchez desde que está en el poder
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El cambio físico de Pedro Sánchez desde su llegada a La Moncloa, hace ocho años, es más que evidente. No se trata de un caso aislado entre los grandes dirigentes: a la mayoría, el paso del tiempo y el ejercicio del poder les deja huella, a menudo con signos de envejecimiento prematuro.
Durante la reciente cumbre de la ONU, ya se hicieron visibles algunas señales: las manos de Sánchez mostraban indicios de artrosis y venas hinchadas, además de una notable delgadez. No obstante, estos efectos también podrían atribuirse al intenso calor que hacía en Sevilla.
Ocho años después de asumir el poder, el cambio físico es claro, y podría estar relacionado con el estrés propio del cargo.
El lengua no verbal del presidente intenta transmitir firmeza
`La mirada crítica´ habla con Patricia Guirado, psicóloga experta en comunicación "Se le ve más delgado, con los rasgos más marcados, el rostro más serio y claramente más cansado. Cuando una persona sostiene una presión emocional intensa durante mucho tiempo, como puede sucederle a un presidente constantemente en el centro de la polémica, el cuerpo comienza a reflejarlo. Se producen cambios en el sueño, pérdida de apetito, fatiga acumulada y todo eso termina manifestándose en la imagen externa”, explica sobre el cambio físico de Pedro Sánchez en estos últimos ocho años.
Patricia también analiza la comunicación no verbal del presidente del Gobierno durante sus intervenciones en el Congreso: “Una de las cosas más llamativas de su comparecencia ha sido su lenguaje corporal. Apenas gesticula, lee todo el discurso sin levantar casi la vista y mantiene una postura muy contenida. Esto puede interpretarse como un intento de control absoluto del mensaje. Cuando una persona minimiza sus movimientos y evita el contacto visual, suele haber una necesidad de protegerse, de no mostrar vulnerabilidad”.
