Los dos diplomáticos expulsados la pasada semana tienen "rango de secretarios de embajada", han informado a Efe fuentes de Exteriores.

Según señala hoy el diario "El País", se trata de Ignacio Cartagena, acreditado como consejero político, y Borja Cortés-Bretón.

La orden tomada por Moscú fue "en reciprocidad" después de que Exteriores "invitara a salir de España" a dos diplomáticos rusos el pasado mes de noviembre por "realizar actividades incompatibles con su estatus", según las fuentes.

El diario "La Razón" publicó el pasado día 10 que la expulsión de los funcionarios rusos se debió a que habían realizado labores de espionaje.

Según Exteriores, ambos Gobiernos "consideran que el incidente está superado y están trabajando para completar las delegaciones diplomáticas lo antes posible".

La ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, viajará a Moscú el próximo 16 de enero para reunirse con su homólogo, Serguéi Lavrov, con el fin de dar por zanjada esta crisis y repasar el estado de las relaciones bilaterales.

España y Rusia celebrarán durante 2011 el llamado "Año Dual" entre ambos países, con el objetivo de fortalecer los vínculos políticos, económicos, culturales y sociales.

El departamento que dirige Jiménez afirma que "todo el programa de actividades de este evento se mantiene como esta previsto".

El Ministerio de Exteriores ruso no ha hecho ningún comentario por el momento sobre el incidente de las expulsiones.

Según "El País", Jiménez accedió a la expulsión de los dos funcionarios rusos tras la petición que le hizo el director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), el general Félix Sanz Roldán, tras presentar "pruebas contundentes" sobre su supuesto espionaje.

Se trata de uno de los desencuentros diplomáticos más destacados desde que España y Rusia restablecieron sus relaciones en febrero de 1977, año y medio después del fin del franquismo.

Ambos países también tuvieron otro incidente de envergadura cuando el CNI dio a conocer en julio de 2007 la detención del ex agente Roberto Flórez por haber ofrecido información clasificada a Rusia entre diciembre de 2001 y febrero de 2004.

El entonces director del CNI, Alberto Saiz, ofreció una rueda de prensa inédita en la que explicó el caso, que definió como "único en la historia de los servicios de inteligencia españoles", sin llegar a ponerse en peligro la seguridad de España, de sus instituciones, de la UE o de la OTAN.

Flórez fue condenado a doce años de prisión por un delito de traición, en la primera sentencia dictada en democracia por esta falta, si bien el Tribunal Supremo los rebajó a nueve el pasado día 22.

El Supremo concluyó que no había quedado acreditado que Flórez hubiera revelado la información a Rusia, aunque sí pudo tener intención de ofrecerla a los servicios secretos de este país.