Se trata de un "preacuerdo", ya que todavía no fue firmado ningún documento, aunque se da por seguro que será rubricado en las próximas horas.
El principio de acuerdo contempla que el Gobierno argentino se haga cargo de un número aproximado de 40 aviones de los 61 aparatos contratados por Marsans a Airbus el pasado mes de noviembre, lo que liberaría a favor del grupo español 150 millones de euros (casi 193 millones de dólares al cambio actual) del aval ofrecido al fabricante europeo.
Marsans confirmó la compra en noviembre a Airbus de los 61 aparatos, entre ellos cuatro A380, el avión comercial más grande del mundo, por un importe de 6.100 millones de euros (7.800 millones de dólares al cambio actual).
Las fuentes consultadas por EFE negaron que la operación suponga una cifra cercana a los 400 millones de dólares, como publicaron medios argentinos, y dijeron "que si el Gobierno de ese país realiza una operación de ese calado con Airbus es cosa suya".
El principio de acuerdo contempla, entre otros aspectos que se harán públicos en los próximos días, el mantenimiento del código compartido entre Aerolíneas Argentinas y Air Comet, compañía aérea del grupo español.
También apunta, según las fuentes, al permiso para volar a Argentina desde España para Air Comet, y desde territorio argentino a otros países, así como un posible mantenimiento conjunto de los aviones.
En contrapartida, Marsans se compromete a retirar la demanda que había interpuesto contra el Estado argentino ante el Centro de Arreglos de Diferencias Relativas a Inversiones (Ciadi) al estar en desacuerdo con el precio que quería pagar el Gobierno de Buenos Aires por la aerolínea.
Con este acuerdo se cierra el litigio abierto desde el año pasado entre el grupo español y el Ejecutivo de Cristina Fernández de Kirchner, que decidió nacionalizar la aerolínea a través de su expropiación por un decreto parlamentario.
El conflicto se radicalizó el pasado año, tras una serie de incidentes y huelgas protagonizadas por los trabajadores de Aerolíneas Argentinas, que situaron las relaciones entre los propietarios españoles y los representantes argentinos en un callejón sin salida.
El pasado mes de julio, ambas partes firmaron un acuerdo de compra-venta en el que se comprometían a buscar tasadores, y en caso de discrepancia acudir a un auditor.
Al no encontrar un punto común en las negociaciones, el Gobierno argentino decidió en diciembre la nacionalización de Aerolíneas a través de la expropiación.
Aerolíneas Argentinas fue privatiza en 1990 y vendida a Iberia, que años después la cedió a American Airlines, compañía estadounidense que la traspasó en el año 2000 al organismo estatal Sociedad Española de Participaciones Industriales (SEPI).
En octubre de 2001 fue vendida finalmente al grupo Marsans.
La presidenta de Argentina concluyó ayer martes una visita de Estado a España en la que se reunió con el rey Juan Carlos, con el jefe del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y con otras autoridades, con el conflicto de Aerolíneas y los intereses de las empresas españolas en ese país como telón de fondo.
Tanto Fernández de Kirchner como Zapatero reiteraron la voluntad de impulsar las inversiones españolas en Argentina y resaltaron el buen estado de la relación bilateral pese a los desencuentros registrados, como el caso Aerolíneas.