Illa frente al independentismo: la campaña se cierra con la duda de la abstención

  • La baja participación, entre el 50 y 60 por ciento, anuncia un escenario volátil

  • Los independentistas buscan una última imagen de cierre de filas con su cordón sanitario frente al PSC

  • Vox, que amenaza de sorpasso al PP, se hace con una cuota de protagonismo en la campaña

La campaña electoral catalana llega a su fin sacudida por varios episodios. Uno es el cordón sanitario de los independentistas al PSC; otro, el debate sobre la calidad democrática en España planteado por Iglesias en relación con la situación de Junqueras y Puigdemont. Un tercero es el de las dudas que algunos han querido sembrar sobre si Salvador Illa se ha vacunado o no, después de que se negara a hacerse un PCR en un debate.

La suma de todo ha subido el tono, ha enrarecido incluso el ambiente, que ya venia alterado de por sí por los incidentes en varios mitines de Vox. Los de Abascal han logrado irrumpir con cierto estruendo en el escenario electoral catalán. Sus buenas perspectivas les han dado un protagonismo inesperado. Los expertos no tienen claro, sin embargo, que la agitación de estos días vaya a suponer un aumento de la participación.

“Es una incógnita”, señala Nacho Corredor, socio director de la agencia beBartlet. “Lo que está claro es que esta campaña ha tenido más foco mediático que las últimas elecciones celebradas, las vascas y gallegas. Como hipótesis, se podría suponer que influya, pero es muy difícil predecirlo”.

Paco Camas, analista de Metroscopia tampoco se atreve a dar por hecho que la agitación de estos días vaya a tener efecto movilizador. “La participación se va a desplomar” augura, “pero es que en 2017 era extraordinaria. Por eso comparar el dato de ahora con el de entonces es complicado”. Lo que sí aprecia es “una tendencia ascendente desde el inicio de la campaña”. Su estimación es que la participación estará en torno al 60%.

Tanto el bajo índice de participación que se espera –entre el 50 y el 60 por ciento según sondeos que se están haciendo ahora mismo sobre el terreno- como la igualdad entre las tres primeras fuerzas (PSC, ERC u Junts) hacen que el escenario sea especialmente volátil.

Una campaña rara

Además, “ha sido una campaña rara por la pandemia”, describe Corredor, “no hemos visto estadios llenos de gente, ni a políticos en los mercados”. Y Añade un rasgo más para definirla: “Todo ha girado en torno a Illa”. Ciudadanos le ha ofrecido pactar para frenar al tripartito. Los independentistas, han dicho todo lo contrario. Con Illa, nunca.

El efecto Illa se ha hecho notar. Hasta el punto que el CIS le dio mayoría de escaños y votos. Sería a costa del hundimiento de Ciudadanos. A Illa le avisan que le puede ocurrir como Arrimadas en las anteriores elecciones, que ganó pero no puedo gobernar.

Para Nacho Corredor y para Paco Camas, y para gran parte de las encuesta, los partidos independentistas – ERC, Junts y la CUP- volverán a sumar mayoría absoluta. Eso sí, si quieren el Govern, forzaría a volver a ponerse de acuerdo a fuerzas políticas que han cerrado la anterior legislatura abiertamente enfrentados. La pelea entre ERC y Junts ha supuesto incluso cierta parálisis en el ejecutivo catalán.

Con estas perspectivas, lo último ha sido decisión del independentismo de cerrar la puerta a cualquier acuerdo de Gobierno con el candidato del PSC. El veto, que se ha escenificado con las firmas de sus líderes en un papel, ha sido más que una novedad un golpe de efecto. “Clarifica el escenario y pone negro sobre blanco qué se decide el domingo. Pone más clara la línea, si hay mayoría independentista habrá gobierno. Si no lo hay, menos probable, cambia el escenario”. Así interpreta Paco Camas el gesto de Junts, ERC y demás independentistas. “No creo que beneficie o perjudique a alguien”, dice.

Para Nacho Corredor, a los votantes indecisos de izquierda, los que dudan entre ERC, PSC y los Comunes, sí les puede afectar, al pensar que si vota a ERC no va a ser posible un gobierno de izquierda. “Creo que es el efecto es contrario al objetivo que buscan los promotores del veto” dice Corredor. Camas apunta además un hecho que le parece relevante: “Este veto marca que no habrá opción de acuerdo transversal, y solo un tercio del electorado prefiere un gobierno solo independentista”.

El todos contra Illa que ha caracterizado la campaña se ha repetido con el famoso episoio del PCR. El candidato del PSC fue el ínico que no se lo hizo para el debate de TV3. Sus adversarios, casi en bloque, dejaron caer que si no era porque se había vacunado. Lo que amenazaba con escándalo ha quedado en nada. Por ahora.

Lo de Vox

En la otra gran batalla de estas elecciones –la de la derecha- el que más se ha hecho notar ha sido Vox. Partía de cero, con lo que cualquier resultado lo va a presentar como un triunfo, más aún si como auguran algunas encuestas supera al Partido Popular. Si hay sorpasso, sería la venganza de Abascal frente al Casado que marcó distancias en la moción de censura.

Vox ha usado como lema de campaña su denuncia contra la falta de libertad, para exprimir al máximo electoralmente los incidentes en sus mítines. Algunos de ellos estratégicamente seleccionados, en los feudos más tradicionales del independentismo, donde sabían que iban a ser peor recibidos.

En el tramo final de la campaña, Pablo Iglesias se ha abierto su propio espacio cuestionando la calidad de la democracia española por aquello de que Junqueras está en la cárcel y Puigemont en lo que el llama el exilio. El lío ha sido monumental.

Nacho Corredor opina: “Creo que intenta empatizar con un votante independentista que puede dudar entre ERC y Podemos. Pero si yo soy independentista y el vicepresidente del Gobierno me dice que no hay calidad democrática en el país, no voto al partido que representa”.

Paco Camas tampoco tiene claro el efecto buscado por Igleisas y duda que tenga impacto en el voto del 14-F. A su juicio “En Comú no es una extensión de Podemos. Es un ecosistema diferente, otro universo. No tan afectado por lo que ocurre a nivel nacional. Desde el inicio de la campaña no ha tenido casi variación de voto. Entre 7 y 10 escaños.Veo difícil que esto vaya a cambiar”.

A punto de llegar al final, el efecto Illa, el recibimiento hostil a Vox, el previsible hundimiento de Ciudadanos, el miedo del PP al sorpasso, la fuerza del independentismo y, sobre todo, la pandemia definen la campaña del 14-F. Previsiblente, determinarán también su resultado.