Registran casi 35.000 terremotos en La Palma en solo un mes

La Red Sísmica Canaria ha detectado en la isla de La Palma casi 35.000 terremotos desde el pasado 10 de septiembre, de los cuales se han podido localizar 2.984, informa el Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan). La erupción del volcán de Cumbre Vieja empezó justo unos días después, el 19 de septiembre.

En la pasada noche, el Instituto Geográfico Nacional (IGN) ha localizado más de 40 terremotos en el sur de La Palma, uno de ellos, en Mazo, de magnitud 4,3 y a las 21.46 horas, sentido por la población y a una profundidad de 43 kilómetros.

En general, los sismos se mantienen a altas profundidades, entre los 10 y los 38 kilómetros, y en torno a los municipios de Mazo y Fuencaliente. En total desde el pasado 10 de septiembre hace justo un mes, se han detectado en la Isla Bonita 35.000 temblores, de los que los sismólogos han localizado 2.984.

Cuatro semanas de actividad volcánica en La Palma

Según el último informe del Departamento de Seguridad Nacional, el volcán de Cumbre Vieja entra en la cuarta semana de actividad ampliando las coladas por el norte y descendiendo por el barrio de Todoque mientras ocupa zonas a las que antes no había llegado la lava.

Actualmente existen dos ramales en la colada norte: la del sur, que se ha unido a la colada anterior y la del norte, que se encuentra en el polígono industrial de Los Llanos de Aridane y está sujeta a especial vigilancia ante la posibilidad de que varíe su recorrido.

La superficie afectada por la lava alcanza las 525,77 hectáreas, 33,02 más que el día anterior, 132 de ellas de cultivos, y según el servicio europeo Copernicus, hay 1.281 edificaciones afectadas.

La ceniza podría afectar a los vuelos en La Palma y Tenerife

Con respecto a la columna de cenizas, alcanzó este domingo una altura de 3.500 metros. A pesar de la mejoría en las condiciones meteorológicas de las últimas horas, hoy se espera un giro a componente oeste del viento entre los niveles de 2.500 a 5.500 metros, lo que provocará un desplazamiento del penacho de cenizas que podría afectar a la operatividad del aeropuerto de La Palma.

La emisión de dióxido de azufre (SO2) sigue registrando valores altos, acordes al proceso eruptivo, y alejados, por el momento, de los umbrales máximos permitidos en cuanto a calidad del aire.