Confinados por Filomena en Toledo: Eusebia, Francisco, José, los mayores tienen miedo

  • El reparto de cuerdas para que los vecinos se pueda mover se generaliza en Toledo

  • Francisco tiene 85 años, no tiene cuerda pero da gracias a sus vecinas por hacarle un pasillo

  • El Ayuntamiento ha adquirido 300 toledanas de sal

Avila llega semanas bajo cero. Madrid no ha visto nada igual en 50 años. 1.400 millones en daños nada menos. Pero la odisea que viven los vecinos de Toledo no se queda atrás.

Caminar por estas cuestas de Toledo es un deporte de riesgo y más si tienes más de 80 años. Moverse es todo un riesgo que puede conducir sin remedio al hospital. Moverse durante unos instante sí es un deporte de alto riesgo. Que se lo digan a Eusebia, que con 89 años, no se atreve a salir. Comprar el pan es una odisea.

Su hijo ha llamado a la policía pero aún no ha venido nadie. El reparto de cuerdas, como si de escaladores se trataran ya se da en otras calles, todo para evitar las roturas que se han convertido en un problema de colapso de los hospitales. Algunos, como José no esperan a que le den las cuerdas o se las pongan para poder moverse. Lo ha hecho él. Es la mejor manera de evitar un resbalón. "Tengo el perro ahí que hay que darle de comer". Y a poquitos, lo logra.

Francisco tiene 85 años, no tiene cuerda pero da gracias a sus vecinas que le han hecho un pasillo entre el hielo. Son solo unos ejemplos de los que cuesta vivir en cuesta para las personas mayores en una ciudad cubierta de hielo con tanto desnivel como Toledo. "Despacito y buena letra", dice con paciencia.

Sí, la borrasca Filomena ha dejado estampas irrepetibles en la ciudad de Toledo, donde se han acumulado hasta 50 centímetros de nieve, pero con las bajas temperatura de los últimos días de hasta 13,3 grados bajo cero, el manto blanco se ha convertido en una capa de hielo que dificulta la vuelta a la normalidad en el casco histórico.

Este jueves, los supermercados y tiendas de alimentación han comenzado a recuperar cierta normalidad, aunque aún se pueden ver estanterías y congeladores vacíos, con la esperanza puesta en que a lo largo de la jornada y, sobre todo, este viernes se pueda reponer los productos que se han agotado. Los huevos fue lo primero que se acabó en la pollería que se encuentra en el supermercado Unide, del casco histórico de Toledo. Lo cuenta la propietaria del puesto, Pilar, que celebra que ya este jueves tiene "un mostrador que parece normal", pues afirma que en los últimos días ha faltado género.

Ella misma no pudo acudir al puesto durante varios días, hasta este miércoles, porque no podía salir de la urbanización en la que vive, aunque subraya que sí abrió otra compañera, y lamenta la "impotencia" que han sentido por no "poder atender bien", entre otros motivos por la falta de productos.

Rafael Ruz Jiménez, que regenta una pescadería en el mercado, también señala que hay algunos pedidos a domicilio que no se han podido atender por la dificultad para acceder a determinadas calles del casco, y aunque afirma que él ha podido abastecerse desde el martes porque se traslada a Madrid a comprar, admite que compra menos género, entre otros motivos porque tiene que descargar el producto a mano y es complicado transportar el pescado a pulso desde donde tiene que parar la furgoneta hasta el punto de venta.

A Ruz, la situación de estos días le recuerda a los momentos más duros del confinamiento, porque "la gente ha salido masivamente a comprar cosas, pensando que iba a haber desabastecimiento", pero apunta que "no ha faltado casi de nada".

También se acuerda de los días de confinamiento Nuria, la responsable de la farmacia de la calle Tornerías de Toledo, que abre de lunes a domingo de 9.30 a 21.30 horas y que resalta que, a pesar del temporal, han mantenido su horario de atención al público, aunque admite que los accesos a la calle han sido complicados. Para Nuria, estos días han sido incluso "peor que la covid", porque en esos días pudieron trabajar todos en la farmacia y repartieron a domicilio a las personas mayores, algo que no han podido hacer ahora, porque las calles estaban llenas de nieve y, además, varios de sus compañeros no han podido llegar al puesto de trabajo.

Nuria se muestra crítica con la actitud que han tenido algunos vecinos, porque "la nieve es muy bonita, pero también es muy bonito poder llegar al supermercado o a la farmacia" y lamenta que "algunos, en vez de coger los esquís y esquiar por las calles, podían haber cogido una pala" para retirar la nieve. "Si el domingo nos hubiéramos puesto todos con la pala, se solventa la situación. No que ahora, vamos a estar quince días colapsados", lamenta Nuria, que explica que en la farmacia han tenido que hacer hasta "de traumatólogos" para atender a personas que se han caído cerca del establecimiento y elogia que una compañera suya, el sábado salió de su casa a las 7.30 horas y caminó durante dos horas bajo la intensa nevada para poder abrir la farmacia a las 9.30 horas.

Quien sí cogió la pala fue David, un vecino de Toledo que vive en la zona del Puente de San Martín y que se ha desplazado este jueves hasta la plaza de Zocodover para recoger sal que ha repartido el Ayuntamiento. David asegura que quitó la nieve el domingo pero que, al no esparcir sal, "ahora la calle es puro hielo". Por ello no puede coger su coche para ir a trabajar y ha tenido que ir en taxi lunes, martes y miércoles.

Las temperaturas gélidas de los últimos días también han helado varias tuberías y Rafael, el encargado del bar Tierra World Food, asevera que lleva tres días sin agua, por lo que este jueves pondrá estufas cerca de las tuberías para tratar de descongelar el hielo. "El agua de la cisterna es un inmenso bloque de hielo", se lamenta Rafael, que ante la pregunta de si Filomena hará mas difícil la cuesta de enero, afirma: "No sé ni en qué mes estamos. Esto es como el día de la marmota", porque afirma con ironía que "desde marzo, todo va divino

300 toneladas de sal

El Ayuntamiento, para garantizar la distribución de la sal entre los vecinos, va a habilitar nuevos puntos de reparto que se suman a los ocho ya establecidos en la plaza de Zocodover, Parque de Bomberos y centros cívicos del Polígono, Palomarejos, Santa Bárbara, Buenavista, Valparaiso y Azucaica.

Estos nuevos puntos de distribución son el acceso a la pista de atletismo del Polígono, desde la calle río Cascajoso; Centro de Salud de Santa Bárbara, en la plaza entre la calle Arroyo y calle Esparteros; isla ecológica de Puerta Nueva; plaza de Filipinas; y aparcamiento de Museo del Greco, ha informado en nota de prensa el Consistorio.

Mientras tanto, el dispositivo especial de limpieza de viales continúa de forma intensa en todos los barrios de la ciudad para recuperar la movilidad normal cuanto antes, al mismo tiempo que se esparce sal en todas las calles despejadas. Cada ciudadano deberá acudir con su propio recipiente o contenedor para recoger la cantidad que necesiten. Este servicio se mantendrá también a lo largo de mañana viernes y el sábado con el horario ampliado, de 10.00 a 18.00 horas, y manteniendo los mismos puntos de reparto.

En total, el Ayuntamiento ha adquirido 300 toledanas de sal para suministrar entre los vecinos de la ciudad y llegar a aquellos espacios donde el Consistorio no tiene acceso. En el caso del Parque de Bomberos, pueden acudir, por ejemplo, los vecinos de las urbanizaciones de la ciudad como San Bernardo, Montesión o la Pozuela, entre otras.

Si hay alguna persona aislada que no pueda recoger la sal, el Ayuntamiento ha puesto a disposición de estos vecinos un teléfono de contacto directo para poder trasladarles la sal. El número al que deben dirigirse es 670 71 65 93.