Por qué el vino de grifo es cada vez más popular: cinco lugares para descubrirlo

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Con el vino de grifo no se renuncia a la calidadFreepik
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MadridEn los últimos años, el vino de grifo ha surgido como una tendencia en auge en España. Servido directamente desde dispensadores, al estilo de la cerveza, este formato es una alternativa sostenible y económica al tradicional vino embotellado. Muchos bares y restaurantes están adoptando esta modalidad, acercando el vino a nuevos públicos sin tener que sacrificar la calidad ni identidad.

¿Qué es el vino de grifo?

El vino de grifo, también conocido como “vino tirado” o “draft wine”, se sirve directamente desde depósitos de acero inoxidable o sistemas bag-in-box, similares a los que se utilizan para la cerveza. Este método permite conservar el vino en condiciones óptimas, protegiéndolo de la luz y el oxígeno, con el valor añadido de que se reduce el desperdicio y los costes logísticos.

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Cinco lugares para descubrir el vino de grifo en España

La Caníbal (Madrid)

Se encuentra en el barrio de Lavapiés. Este bar se ha consolidado como uno de los templos madrileños del vino natural y de proximidad. La Caníbal, comparte espacio con la tienda de productos artesanos Poncelet, y tiene un carta en constante cambio, donde los grifos ocupan un lugar privilegiado.

Lo que distingue a La Caníbal no es solo su apuesta por lo ecológico, sino también su filosofía: acercar el vino a todos los públicos sin postureo. Aquí se puede beber un tinto joven del Bierzo, un blanco de uvas autóctonas gallegas o un rosado navarro servido directamente desde un grifo de acero inoxidable. La experiencia es relajada y cercana, y el personal está siempre dispuesto a explicar el origen y método de elaboración de cada vino.

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También se puede acompañar la copa con una selección de quesos artesanos, embutidos ibéricos o conservas del norte.

Salvatge (Barcelona)

En pleno barrio de Gràcia, Salvatge ha creado una identidad propia al fusionar el concepto de vinoteca con el bar de vinos de autor. Su nombre, que en catalán significa “salvaje”, ya es toda una declaración de intenciones, se sirven exclusivamente vinos naturales, muchos de ellos sin filtrar ni clarificar, directamente del grifo.

El local es moderno, acogedor y siempre animado con una decoración que invita a quedarse. Entre sus propuestas de vino de grifo se pueden encontrar joyas como un trepat catalán con una mínima intervención, un tempranillo riojano en versión maceración carbónica o un orange wine elaborado en tinaja.

También se pueden realizar catas y encuentros con productores, una experiencia que permite a los asistentes conocer cuál es la historia detrás de cada copa. En Salvatge tienen un objetivo claro: reivindicar el vino como un producto vivo, honesto y accesible.

En aGranel (Santiago de Compostela)

En Galicia, el grupo Abastos ha sabido reinterpretar la tradición con una mirada contemporánea. Dentro de este colectivo gastronómico, destaca En aGranel, un espacio que pretende romper con los prejuicios asociados al vino de grifo.

En este lugar se sirve vino de grifo con la misma seriedad que una botella de autor. Los productores están cuidadosamente seleccionados y la trazabilidad es total. El objetivo no es abaratar costes, sino ofrecer una alternativa más sostenible y funcional, sin tener que sacrificar la calidad.

En aGranel se pueden encontrar vinos blancos como godellos frescos de Valdeorras, albariños con crianza sobre lías o tintos de mencía vibrantes. Se pueden probar por copas, en flights o maridados con productos de mercado. El local, además, tiene una pequeña tienda donde sus clientes se pueden llevar a casa los vinos en botellas reutilizables, rellenadas allí mismo.

Gorrión (Cádiz)

En pleno corazón de Cádiz, entre patios blancos y calles donde se respira el mar, Gorrión se ha convertido en un punto de encuentro para aquellos que buscan autenticidad sin renunciar a la modernidad. Se trata de un bar desenfadado y con encanto. Tiene una carta donde se centra en productos andaluces.

Gorrión ofrece vinos de grifo que provienen de pequeños productores de Jerez, Montilla-Moriles o la Sierra de Cádiz. La atmósfera del local invita a quedarse, con buena música, tapas bien elaboradas y un personal amable y dispuesto. La experiencia no es solo gastronómica, también es cultural.

Arrayán (Toledo)

En las callejuelas del casco antiguo de Toledo se encuentra Arrayán, un bar que ha apostado por el vino de grifo como parte de su identidad. En él se ofrece una selección de vinos de grifo rotativa, con etiquetas poco convencionales, elaboradas por jóvenes productores que apuestan por métodos naturales y por uvas autóctonas poco conocidas.

El ambiente es moderno, incluso bohemio, y la carta de picoteo está pensada para ser la perfecta compañera de sus vinos, sin robarles el protagonismo. Se pueden encontrar panes artesanos, embutidos ibéricos, quesos de pequeños productores y opciones vegetarianas con productos de temporada.