Bienestar

Verónica de Andrés, coach especializada en autoestima: "La suerte es algo que puedes entrenar todos los días"

La entrevistada, en una foto cedida por la editorial. Ediciones B
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¿Qué es tener buena suerte? ¿Se puede trabajar o llega sola? Hay mucho autores que demuestran que esto no va de azar. Uno de los que más han apoyado esta hipótesis es el escritor Alex Rovira que dice que los hábitos son las semillas de la transformación. Así lo aseguran muchas investigaciones recientes sobre neurociencia y psicología que revelan que la suerte está íntimamente ligada a los hábitos. Existen ciertos comportamientos que atraen y amplifican la mala suerte, mientras que otros, simples y poderosos, te convierten en un imán para las cosas positivas.

Otra de las voces en confirmarlo es Verónica de Andrés, máster en Educación con distinción de la Universidad Oxford Brookes (Oxford, Inglaterra) y coach especializada en autoestima, motivación y educación. Junto con su hija, Florencia Andrés, ha publicado los best sellers 'Confianza total', 'Todo es posible', 'Confianza total para tus hijos', 'Renuévate, ¡Messirve!' y la agenda 'Planner Messirve', con más de medio millón de ejemplares vendidos y traducidos a varios idiomas. Además, es miembro de la organización Transformational Leadership Council, que reúne a los cien especialistas más destacados en el campo de la transformación humana. Ahora acaba de publicar en la editorial Ediciones B su último libro, 'Los hábitos de la buena suerte', con el que pretende ayudarnos a encontrar "la buena suerte" y más bienestar en nuestro día a día.

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Pregunta: Qué es la buena suerte? Dices que no es lo mismo que tener suerte, ¿por qué?

Respuesta: La buena suerte no es algo que te pasa. Es algo que se construye. La “suerte” muchas veces se asocia al azar, a lo que viene de afuera, a estar en el lugar correcto en el momento justo. En cambio, la buena suerte es una actitud interna. Es el resultado de cómo piensas, cómo actúas, cómo te relacionas contigo mismo y con los demás. Es algo que puedes entrenar todos los días.

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P: ¿Se puede atraer a la buena suerte? ¿Y la mala suerte?

R: Sí. La buena suerte se cultiva con hábitos conscientes. Y la mala suerte también, aunque de forma inconsciente. Cada vez que repites pensamientos negativos, creencias limitantes o rutinas que te desconectan de tu potencial, estás invitando a la mala suerte. Pero cuando eliges confiar, avanzar, agradecer, pedir ayuda, cuidar tu energía… estás sembrando buena suerte.

P: ¿Te consideras una persona con buena suerte? ¿Por qué? ¿Cuánto tiempo llevas trabajándola?

R: Sí, absolutamente. Pero no porque todo me haya salido fácil, sino porque, incluso en los momentos difíciles, elegí responder de otra manera. Llevo más de 30 años trabajando estos hábitos, en mí misma y con miles de personas alrededor del mundo. La buena suerte no siempre es lo que esperas, a veces viene disfrazada de desafío, pero si tienes las herramientas, sabes cómo transformarla.

P: Muchas veces asociamos la buena suerte con el éxito, tener dinero, posesiones, buen trabajo, etc. ¿Estamos equivocados?

R: No es que estemos equivocados, pero es una mirada muy limitada. La verdadera buena suerte no es lo que tienes, sino lo que vivís por dentro. Hay personas con éxito externo que se sienten vacías. Y otras con vidas simples que rebosan de sentido. La buena suerte tiene más que ver con tu bienestar emocional, con sentirte en eje, con vivir desde tu esencia. Y cuando eso está en su lugar… todo lo demás empieza a alinearse.

P: Uno de los primeros pasos para trabajar la buena suerte es invertir en nosotros mismos, en nuestra autoestima, confiar en nosotros mismos. ¿Nos puedes explicar más sobre tu visión?

R: La autoestima no es un lujo. Es la base de todo. Cuando confías en ti, no te paraliza el miedo al fracaso, te animas a empezar de nuevo, a salir de donde no quieres estar. A poner límites. A decir que sí o que no desde un lugar auténtico. La confianza en uno mismo es un músculo que se entrena. Y cuanto más fuerte está, más puertas se abren. Porque proyectas algo distinto, porque te tratas mejor. Y el mundo, en general, te responde igual.

P: ¿Por qué nos cuesta tanto ver nuestro valor? ¿Confiar en lo que nosotros tenemos?

R: Porque desde pequeños nos enseñaron a mirar afuera. A compararnos. A buscar aprobación. A esperar que alguien más nos diga si somos suficientes. También porque muchos fuimos heridos en lugares muy profundos. Y esa herida interna se convierte en una voz crítica que te limita, pero lo hermoso es que todo eso se puede cambiar. Puedes reconstruir tu mirada sobre ti mismo. Y cuando lo haces, cambia tu energía y cambia tu suerte.

P: La mentalidad positiva no es “puedo con todo”, imagino. ¿Cómo es tener una mentalidad positiva? ¿En qué debemos poner el foco?

R: Tener mentalidad positiva no es negar lo que duele. Es reconocerlo, pero no quedarte atrapado ahí. Es entrenar la mirada para ver lo que sí puedes hacer. Lo que sí tienes. Lo que sí depende de ti. La clave no es el pensamiento mágico, sino el pensamiento posibilitador: ¿Cómo puedo salir de esto? ¿Qué me está enseñando esto? ¿Qué sí es posible para mí hoy? Esa mirada transforma.

P: A lo largo de tu extensa carrera habrás ayudado a muchas personas, ¿algún caso te marcó especialmente? ¿Nos podrías hablar de él?

R: Franco llegó a nosotras con lo que podríamos llamar "muy poca suerte". Terapista ocupacional, entrenador de alto rendimiento, apasionado por ayudar a otros, pero sus resultados no lo reflejaban. Tenía solo ocho alumnos y sentía que algo no terminaba de arrancar. "Esta es mi historia", me dijo cuando decidió contarla. Empezó a trabajar con fuerza cuatro hábitos clave: la autoconfianza, y con ella, su autoestima, la actitud mental positiva, y la gratitud. En solo 4 meses, su vida cambió un 1.000% (en sus propias palabras). Pasó de 8 a más de 300 alumnos. Salió en el diario más importante de su ciudad. Mejoró su relación de pareja, el vínculo con su hija y hasta logró comprarse su primer coche. "No solo cambiaron mis resultados” me dijo, “cambié yo." Y cerró con estas palabras que me llegaron al alma: "Verónica: lo que haces es cambiar vidas. Gracias por ayudarme a cambiar mis resultados en el trabajo, por convertirme en mejor padre, por ayudarme a mejorar mi relación con mi mujer y por darme las herramientas para ser más feliz." Ese es el verdadero poder de estos hábitos: no solo traen buena suerte te devuelven a ti mismo.

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