Psicología

Una psicóloga explica el significado de tener una pareja con mucha diferencia de edad: "Todo empieza en nuestro cerebro"

Richard Gere y Alejandra Silva, en una foto de archivo
Richard Gere y Alejandra Silva se llevan 33 años. CORDON PRESS
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Las relaciones de pareja son todo un universo en sí mismo. Sin embargo, uno de los aspectos que más suele llamar la atención --en la esfera social-- es cuando se produce una diferencia de edad significativa en las partes integrantes. Más allá de lo que se aprecia desde fuera la psicóloga clínica Anna Sibel explica en Informativos Telecinco todo lo que sucede detrás, en nuestro cerebro: ¿por qué se producen? ¿Qué es lo que genera controversia dentro de nosotros? ¿Pueden durar y ser sostenibles en el el tiempo?

A pesar de todas las incógnitas a nivel psicológico que hay detrás de esta casuística, la experta parte de una base muy clara: "Personas en edades diferentes viven en realidades cerebrales muy distintas. Procesan la vida de maneras completamente diferentes", ilustra.

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El concepto del "cerebro que todavía está en obras"

Uno de los primeros aspectos de los cuales parte Anna Sibel es la madurez cerebral: "Si sales con alguien menor de 25 años, técnicamente estás con una persona cuyo cerebro aún está en obras", explica. Pero, ¿por qué esta afirmación? "El cerebro humano no termina de madurar hasta los 25-30 años", concreta.

Sin embargo, a pesar del marco común evolutivo, Sibel pone encima de la mesa cuestiones diferenciales que afectan a nivel de sexo biológico: "las mujeres maduran cerebralmente de uno a tres años antes que los hombres. En este sentido, una mujer de 23 años puede estar al nivel mental de un hombre de 26". Aunque este primer caso que ilustra a modo de ejemplo tiene como base una diferencia de edad hipotética de tres años, el verdadero quid de la cuestión empieza cuando la brecha es notablemente distinta.

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¿Son sostenibles las relaciones con mucha diferencia de edad?

Dependiendo de la edad, ilustra Sibel, "el cerebro funciona con un combustible hormonal diferente". Así pues, lo complementa explicando que "personas con edades muy diferentes, viven realidades cerebrales muy distintas y procesan la vida de formas completamente diferentes". Sin embargo, a pesar de esta diferencia, ¿qué es lo que atrae? Así lo expone:

"Las personas mayores buscan en personas jóvenes la energía hormonal que se ha perdido. Las personas jóvenes buscan en personas mayores la estabilidad mental de alguien que ya lo tiene 'todo instalado'". Aunque también expone la "dualidad" entre el 'cerebro primitivo' y el 'moderno'.

"Tenemos una parte evolutiva que funciona como en la época de las cavernas. Los hombres buscan fertilidad mientras que las mujeres buscan protección. Sin embargo, el cerebro se ha actualizado y lo que se busca pasa por la compatibilidad mental y emocional. El problema viene cuando estos dos sistemas se pelean constantemente", explica.

¿Pueden funcionar?

Sibel expone el hecho de que el cerebro "se adapta durante toda la vida, y en este caso, ambos pueden aprender a hablar el mismo idioma. Para la persona joven, se exponen las ideas nuevas y se reactivan los circuitos dormidos. Para la persona mayor, el cerebro maduro da estabilidad y acceso a sabiduría optimizada". Ahora bien, esto una primera parte del puzzle.

"Tiene que haber una compensación: mientras que la persona joven ha de ser muy madura para su edad, la persona mayor ha de ser flexible. También es importante negociar ritmos y energías para encontrar un punto medio. Pero, por último, las metas de vida y los valores han de ser compatibles en ambas personas", concluye.