La asalvajada vegetación de Vitoria provoca problemas a los conductores y hasta acarrea suspensos: "Algunas señales están totalmente tapadas"

Desde el 26 de marzo no se corta la hierba, se podan los árboles ni se elimina la maleza en Vitoria
La vegetación se desmadra en Vitoria tras semanas sin jardineros: "Cuidado con las víboras"
Vitoria-GasteizResulta paradójico, tratándose de problemas de visibilidad, pero se veía venir. Los 70 días que llevan en huelga los trabajadores encargados del mantenimiento de parques y jardines de Vitoria han dejado de ser un problema estético para convertirse en un asunto de seguridad vial. “Es un problema serio”, resume Miguel Ángel Zaldivar, de la autoescuela vitoriana Zaldivar: “Algunas señales están totalmente tapadas por la vegetación” y “a muchos alumnos les está costando suspender el examen”, advierte.
En algunos puntos del trazado urbano de la capital alavesa la vegetación, que durante más de dos meses ha crecido de manera salvaje, ya alcanza el metro y medio de altura, lo que hace que los conductores tengan verdaderos problemas para poder ver con claridad a peatones o ciclistas en lugares donde estos tienen prioridad de paso. Muchos empiezan a temer que se produzca un trágico atropello. "En Salburua, por ejemplo, hay pasos de peatones que tiene cerca jardines en los que ya no ves a los peatones", alerta Víctor Carral de la Autoescuela San Prudencio.
Las consecuencias de esa falta de visibilidad también las padecen los alumnos que, estos días, se examinan del carnet de conducir en la capital alavesa. La situación, en algunos casos, “les está costando el carnet de conducir”, porque “en intersecciones con ceda el paso y también con obligación de parar, no se ven las señales y hay que salir mucho en el cruce para poder ver si viene alguien con el grave riesgo que eso conlleva”.
Las ramas tapan los semáforos
Incluso, estos profesionales que a diario se pasan horas circulando por las calles advierten de que “hay semáforos que de lejos no se ven, por culpa de las ramas de los árboles que deberían haber sido podadas”.
Precisamente, las ramas se han convertido en un quebradero de cabeza para quienes optan a hacerse con el permiso de conducción de vehículos pesados: “Algunas ramas pegan ya contra los camiones y tráiler, y, en ellos, un simple golpe contra el retrovisor supone un suspenso”, puntualizan en la Autoescuela Zaldivar.
La situación ha llegado a un punto, en el que habría zonas que a las autoescuelas les gustaría vetar para evitar riesgos, pero “no podemos eludirlas porque los examinadores, al menos hasta ahora, no están teniendo en cuenta todo esto”. Así, por ejemplo, en zonas industriales como Gamarra, “la pelusilla de los castaños impide ver las marcas viales y si hay viento, “la visibilidad se reduce muchísimo al volante”. En otras zonas, como Ibaiondo la hierba de los jardines ha empezado a invadir los carriles, "para una conducción normal puede ser incómodo, pero para un alumno que no puede pisar la línea central, les complica la vida bastante", advierte Víctor Carral.
Los problemas no solo se dan dentro de Vitoria, la falta de mantenimiento en los arcenes de las carreteras que circunvalan la capital alavesa también conllevan un importante riesgo, ya que “los ciclistas van por la calzada porque la hierba invade el arcén”.
Los problemas de visibilidad para los conductores se suman ahora a la larga lista de afecciones que está provocando a la ciudad la huelga de los jardineros y que van desde un aumento en el número de insectos (garrapatas, pulgas y mosquitos), a la presencia de víboras que atacan con cada vez más frecuencia a los perros cuando pasean por zonas verdes y el incremento de lesiones en estas mascotas.
Los 90 trabajadores que conforman la plantilla de Enviser, empresa adjudicataria del servicio municipal de mantenimiento de parques, jardines y de ocho grandes zonas verdes de la ciudad, reclaman un convenio colectivo propio y la mejora de sus condiciones laborales, ya que los salarios de la mayoría de la plantilla apenas superan el salario mínimo interprofesional (SMI).
El pasado 26 de marzo arrancaron una huelga indefinida y más de dos meses más tarde, el conflicto laboral parece enquistado. La empresa está abierta a rescindir el contrato, que vence a finales de 2027, porque no puede afrontar las subidas salarias reclamadas. Los trabajadores no ven con malos ojos esa posibilidad, si bien el Ayuntamiento apuesta porque las dos partes sigan negociando.
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