Suicidio

Ander Iturriaga, bombero de Bilbao especialista en suicidios: "Antes salíamos temblando a estas intervenciones porque no sabíamos cómo actuar"

Un informe concluye que el 40% de los avisos proceden de menores de 40 años, y la mayoría son de jóvenes entre 18 y 29 años.. Redacción Euskadi
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BilbaoCuando profesionales como Ander Iturriaga o Beñat Madariaga intervienen en un caso de intento de suicidio, la crisis ya se ha desatado, estos bomberos son agentes de intervención y es vital su formación para abordar estas situaciones y evitar un desenlace dramático. Los bomberos actúan en dos supuestos: cuando “hay riesgo de precipitación porque tenemos los medios para actuar en altura” o bien, cuando “hay que abrir una puerta”, no en vano, la mayoría de intentos autolíticos se producen en el interior de domicilios particulares.

Resulta difícil imaginar que estos aguerridos profesionales, capaces de lidiar con situaciones de lo más complicadas durante sus jornadas laborales, pudieran “salir temblando” cada vez que les llegaba un aviso de intento autolítico, pero así era: “Cuando sonaba la sirena, en estos casos, salíamos temblando porque no sabíamos qué hacer”, admite. La formación impartida, por entre otros profesionales de Psicología, a Ander y sus compañeros les ha servido para saber desenvolverse ante este tipo de avisos, que “aumentan año a año” y “a humanizar las intervenciones en estos casos”.

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La clave es, según este bombero, entender que quienes intentan suicidarse, “son personas que están sufriendo, que no quieren morir, sino escapar del dolor” y para poder abordarles, “hay que empatizar, sentir su sufrimiento y saber escucharles”. El objetivo es que “desistan de su intento por sí mismos”, porque “está comprobado que la recuperación es mucho mejor que si tenemos que bajarles nosotros para que no caigan”.

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Así, por ejemplo, pese a que la mayoría de incidencias ocurren en domicilios particulares, cuando la crisis se produce en lugar público, “luego sobreviene la vergüenza”, apunta Beñat Madariaga, “en estos casos es importantísimo que entiendan que vamos a estar a su lado, todo el tiempo que lo necesiten”. La experiencia interviniendo en este tipo de situaciones, les ha hecho entender a estos profesionales que “debemos tener en cuenta no solo a la persona que ha sufrido la crisis, sino también a los familiares o personas cercanas a ella”, añade Madariaga.

Un estudio de Aidatu, Asociación Vasca de Suicidología, concluye tras analizar 1.636 de los más de 2.100 avisos por conductas autolíticas registrados en Bilbao, durante tres años, que el 40% de los avisos proceden de menores de 40 años, la mayoría de jóvenes entre 18 y 29 años; que las mujeres jóvenes registran más avisos e intentos lesivos y que la mayor mortalidad se concentra en hombres adultos.

Ander, bombero y especialista en Suicidología por la universidad vasca EHU, ha participado junto a su compañero Beñat Madariaga y a Cristina Blanco, presidenta de Aidatu, en esta investigación, y advierte que al margen de los avisos que llegan de intento de suicidio, “hay muchos intentos que no conocemos”, “hay un inframundo de gente que lo intenta y no llama”.

La clave es la prevención

Según las conclusiones de este estudio, los adolescentes emergen como grupo de riesgo que requiere prevención en centros educativos y entornos familiares. Y en las personas mayores, la prevención debe abordar la soledad y las enfermedades crónicas. Ahí está la clave: prevención. Ander Iturriaga apuesta por incidir en ella porque eso “evitaría que nosotros tengamos que intervenir”.

En caso de tener que llegar a hacerlo, insiste en la importancia de la formación para todos los profesionales que intervienen en esos primeros instantes tras el aviso, desde bomberos, a policías, pasando por sanitarios y operadores del 112. “Todos deberíamos compartir un mismo protocolo de actuación” y que “la formación incorpore también la atención a familiares y allegados en el momento de la crisis”.

Avisos en Bilbao

Aidatu en su informe establece que apenas hay diferencias en el número de llamadas de hombres y de mujeres en los tres años analizados, de 2022 a 2024. En cuanto a la edad, la mayoría de avisos proceden de jóvenes entre los 18 y los 29 años. Por barrios, la mayor concentración de incidencias se registra en distritos de alta densidad y con indicadores socioeconómicos más bajos, así el de Begoña es el distrito con mayor tasa de conductas autolíticas por cada mil habitantes, doblando a Abando que el barrio con menor tasa.