El Concello de Cangas, Pontevedra, dispuesto a multar a la Iglesia por las campanas de la ex colegiata

Iglesia ex colegiata de Cangas
Iglesia de la ex colegiata de Cangas. Concello de Cangas
  • Las campanas de esta iglesia pueden llegar a tocar más de diez veces al día

  • La multa podría ir de los 601 a los 1.200 euros, por el toque de las campanas

  • El Arzobispado ha alegado que el expediente está caducado y que las campanas forman parte de la tradición

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PontevedraVuelven a sonar bien alto las discrepancias entre el Concello de Cangas y el Arzobispado de Santiago por culpa del sonido de las campanas de la ex colegiata de esta localidad. El Concello de Cangas está dispuesto a llegar ahora hasta el final en esta batalla sonora y pretende sancionar a la Iglesia con una multa de entre 601 euros y 1.200 euros por el sonido de las campanas de la ex colegiata. Este conflicto por las campanas de la iglesia, situado en el casco antiguo de la localidad, lleva pendiente de resolverse desde que llegaran las primeras quejas al ayuntamiento, en el año 2017.

Finalmente, el pasado mes de marzo, desde el ayuntamiento cangués se incoó expediente sancionador contra el Arzobispado de Santiago de Compostela. Este expediente es fruto de denuncias vecinales que se presentaron en 2020, 2021 y también este mismo año por las molestias ocasionadas por el toque de campanas. Los vecinos habían denunciado en varias ocasiones las molestias ocasionadas por estas campanas. Se produce, según denuncian, una reiterada contaminación acústica por encima de los valores límites de emisión establecidos. Las campanas de esta iglesia, conocida como la ex colegiata de Santiago de Cangas, pueden llegar a sonar, dependiendo de los días, hasta en una decena de ocasiones, para las diversas llamadas a las misas y otras celebraciones.

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La iglesia ha presentado alegaciones al expediente

El Arzobispado de Santiago ha presentado por su parte varias alegaciones a este expediente sancionador. Entre los argumentos más destacados está la "caducidad" del propio procedimiento y la defensa del toque de campanas como medio de expresión social y patrimonio en sí mismo.

La Iglesia entiende que el procedimiento está caducado, ya que se refiere a denuncias de hace casi cuatro años, pero el ayuntamiento recuerda que hay denuncias más recientes, por lo que se podría abrir un nuevo expediente. También alega el Arzobispado de Santiago que el toque manual de campanas está considerado como medio de expresión y comunicación en España, cumpliendo una serie de funciones sociales desde hace siglos. De hecho, el toque manual de las campanas fue declarado Patrimonio Inmaterial.

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La dificultad de solucionar este conflicto entre la tradición y el derecho al descanso de los vecinos tiene además, una complicación añadida, ya que no existe en Cangas una ordenanza municipal que regule los ruidos. Pero además, el Arzobispado considera en sus alegaciones que en caso de existir esa regulación, debería articularse respetando los usos locales entre los cuales se integra el toque manual de las campanas, como una actividad más que forma parte del comportamiento de los vecinos, ya que se trata de una tradición arraigada en el pueblo español. El Arzobispado de Santiago manifiesta hay jurisprudencia previa donde se ha interpretado que el toque manual de campanas puede incluirse dentro de este concepto.

Pero el Concello lo tiene claro, esto no es una lucha contra la tradición, aseguran, ni quieren eliminar las campanadas, sino rebajar su volumen y frecuencia. Ahora mismo se está a la espera de las respuestas a las alegaciones presentadas por el Arzobispado.

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Encargado un informe con mediciones en la zona

El pasado septiembre, el gobierno local encargó a la empresa Carma unas nuevas mediciones, con un sonógrafo que fue instalado en la Casa de la Xuventude. En este estudio se analizaron los horarios en los que tocaban las campanas, su duración, su frecuencia y los niveles sonoros. En los resultados de ese informe se apreció que en varios tramos horarios de días diferentes, se superaba el límite de los 60 decibelios. Además, con esas mediciones se detectó que el ruido en la villa, sin el tañido de las campanas, no supera ese límite de 60 decibelios.

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