La anchoa inunda la ría de Muros-Noia: pesca olímpica y capturas récord rumbo a la lonja
En unas pocas horas se han vendido 500 toneladas en las lonjas de Portosín, Ribeira, Muros y Porto do Son
Las primeras semanas de la campaña de pulpo en Galicia: se subastan hasta siete toneladas
A CoruñaLa ría de Muros-Noia vive estos días una auténtica explosión de anchoa. El producto abunda porque la especie está en plena travesía atlántica rumbo a las aguas de Portugal, y la flota gallega de cerco no pierde la oportunidad. En unas pocas horas ayer se vendieron 500 toneladas en las lonjas de Portosín, Ribeira, Muros y Porto do Son.
En Ribeira, por ejemplo, a las nueve de la mañana aún estaban descargando a pie de muelle, mientras que en Porto do Son la faena se completó entre las ocho y las nueve. Tras el desembarque, la anchoa pasa por la subasta y, acto seguido, se carga en trailers refrigerados para su distribución en fresco a toda España.
Pesca olímpica sin tope
La normativa varía según la zona: de Fisterra al Bidasoa, los cerqueros asociados a Opescantábrico acuerdan sus topes de capturas; de Fisterra al Miño, se rigen por las reglas del Ministerio de Pesca, que este año no ha limitado las descargas. Eso convierte la campaña en una auténtica pesca olímpica: cada barco puede traer tanta como sea capaz de capturar y almacenar a bordo.
Y las cifras impresionan. Algunos pesqueros llegan con 14.000 o 15.000 kilos en sus bodegas. Hay quien se ha quedado sin cajas para almacenar y quien ha visto cómo las redes se rompían ante el tamaño del banco de bocarte que había entrado en la ría. Debido a esta avalancha, el precio en la lonja fluctúa con fuerza: en la rula de Portosín oscila entre 1,20 y 0,41 euros el kilo.
Debate en el sector
Aunque nadie quiere aflojar, armadores y marineros coinciden en la necesidad de fijar topes diarios de capturas para proteger el sector y estabilizar precios. La idea es que sea la administración quien marque esos límites.
Por ahora, la ría es un hervidero de redes, motores y cajas de pescado, un espectáculo que empieza al amanecer y que, en cuestión de horas, pone en circulación miles de kilos de anchoa.