Así es la Romería de la Virxe de Barca, en Muxía, con una piedra “de abalar” que vuelve a moverse

La pedra de Abalar de Muxía vuelve a moverse
La piedra de abalar situada frente al santuario volvió a moverse hace unos días, justo antes de la romería. CEDIDO XESUS BÚA
  • Devoción, leyenda y cultura se reúnen en un fin de semana donde miles de personas acuden a Muxía

  • Tras más de diez años sin moverse y varias roturas, algunos vecinos han logrado mover de nuevo la piedra de abalar

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Muxía, A CoruñaEl segundo fin de semana de septiembre se celebra en Galicia una de las romerías más antiguas y multitudinarias que se mantienen vivas en la comunidad. Devoción, leyenda y cultura se reúnen el fin de semana en la Romería da Virxe da Barca, en un entorno frente al mar donde las piedras tienen un especial protagonismo.

Miles de personas llegan al Santuario de la Virxe da Barca, en Muxía, en el corazón de la Costa da Morte, en una de las peregrinaciones más especiales que todavía se mantienen como tradición. Su origen se remonta a la Edad Medía, cuando el culto a las enormes piedras del entorno fue asimilado por los cristianos, creando una leyenda que ha durado siglos.

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La leyenda cuenta que la Virgen María llegó hasta Muxía en una barca de piedra para ayudar al Apóstol Santiago en su misión evangelizadora. De aquella barca milagrosa, que quedó varada en la costa, habrían surgido los restos convertidos ahora en enormes rocas que rodean el entorno del santuario.

Feligreses pasando por debajo de la "Pedra dos cadrís" en la romería de 2024
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Rocas con rituales propios y poderes especiales

Entre las rocas de la zona, tres son las más especiales, todas con nombre y con sus propios rituales.  La Pedra dos Cadrís es la que deben atravesar los enfermos de reuma y otras afecciones, pasando por debajo, para según la tradición del lugar, aliviar sus dolencias, y deben hacerlo además nueve veces. Y la Pedra do Timón también situada en la zona simboliza una guía. Pero sin duda, la más especial para los vecinos de la zona es la Pedra de Abalar, una enorme roca que solo pueden mover o “abalar” quienes están libres de pecado, según cuenta la tradición, y que llevaba demasiados años sin apenas moverse. Y la sorpresa de este año es que según algunos testigos, desde hace unas semanas, la piedra de abalar, “abala de nuevo”.

Porque esta enorme roca ha pasado por problemas y accidentes tan grandes como su tamaño imponente, desde su gran rotura de 1978, algunas reparaciones, y la rotura sucedida en 2014, además de los golpes de los temporales habituales en la zona y que la van moviendo de su posición.  

Desde hace unas semanas la piedra vuelve a moverse

Ahora de nuevo, han conseguido moverla: si algunas personas se suben a ella y se mueven con cierta cadencia, vuelve a oscilar y retumbar con un sonido característico que muchos no escuchaban desde hace tiempo. “Ya no contábamos con volver a verla moverse así” cuenta Xesús Búa, armador y vecino de la zona que pudo documentar hace unos días en movimiento la mítica piedra.

Y relata como las cientos de personas que "estaban en el atrio del santuario, hace unos días, durante la novena, se quedaron asombradas al sentir de nuevo los golpes de la piedra cuando la estaban abalando".

Especialmente en días de romería, son muchos los grupos de personas que intentan subirse y abalar, pero es un fenómeno nada fácil y que no siempre se logra. Además, quienes conseguían mover la piedra, estaban libres de tacha moral y espiritual, según cuenta la tradición; una motivación extra para muchos de los que acuden hasta Muxía.

Quienes conocen bien la romería y sobre todo la piedra, creen que los temporales y también los insistentes movimientos de los visitantes, pueden haber ayudado a recolocarla para que ahora sea más fácil hacerla sonar.

Romeria Virxe da Barca 2024

La romería, celebrada al borde del mar y que está reconocida como Fiesta de Interés turístico nacional, se convertirá de nuevo en punto de encuentro de miles de feligreses atraídos bien por la devoción a la virgen, bien por los mágicos poderes de las piedras de la zona o bien por la fiesta que se celebra el fin de semana, donde tampoco falta ni la música, ni la comida, ni la diversión.