Polémica en Pontedeume por la petición de un vecino para que el reloj de la Torre deje de sonar de noche: “Lleva aquí más de 50 años y no se puede cambiar”

La Valedora do Pobo le pide al Concello que silencie el reloj durante la noche tras la queja de un vecino
El Concello ve inviable hacer esas modificaciones sin poner en peligro el reloj
Pontedeume, A CoruñaLa conocida como Plaza Real en Pontedeume está presidida desde hace varios siglos por el edificio que alberga actualmente el Concello y en uno de sus laterales, luce la Torre del reloj, con una campana centenaria, y un reloj que suena cada 15 minutos, tanto de día como de noche. Esta situación lleva pasando más de 50 años, recuerdan desde el Concello de Pontedeume, que explican que la torre y el complejo donde está situada forma parte de un legado que se remonta a más de 500 años. “La torre y las campanas son un patrimonio de valor, al estar hechas enteramente de foja en el siglo XVII, lo que le confiere una singular belleza y una importancia histórica”, explican.
Pero todo este valor patrimonial se ha encontrado de bruces con el insomnio de un vecino al que el sonido del reloj le molesta cada noche, de manera recurrente. El vecino afectado por el periódico sonido del reloj municipal reside en esa plaza, a pocos metros del reloj y cansado del repiqueteo de día y de noche, presentó una queja a la Valedora de Pobo, en la que señalaba que “el sonido constante y repetitivo durante la noche interfiere con nuestro derecho al descanso y puede llevar a problemas de salud como estrés y fatiga, afectando nuestro rendimiento diario", según se detalla en su escrito dirigido a la institución.
La Valedora pide al Concello que lo apaguen por la noche: "esto no es nada fácil"
La Valedora en su respuesta, y una vez analizada la situación, ha instado al Concello a que apague ese sonido durante la noche, pero desde el consistorio advierten que esto “esto no es nada fácil”.
En su respuesta a la Valedora, desde el Concello de Pontedeume explican que el actual reloj lleva funcionando de manera ininterrumpida más de 50 años, y que tiene un mecanismo automático, bastante antiguo, “para el que resulta incluso a veces complicado realizar las reparaciones necesarias, por su antigüedad, explica la concejala de cultura Alejandra Bellón.

Los posibles cambios en el reloj para evitar que suene por la noche, implicarían una modificación demasiado compleja y profunda en el mecanismo del mismo, y un elevadísimo coste económico, argumenta el Ayuntamiento, que pasaría por incorporar un mecanismo electrónico nuevo, “una integración que resulta técnicamente muy difícil”, explica el consistorio en su respuesta a la Valedora, “y que podría comprometer el funcionamiento y la autenticidad del reloj”. No es posible, por tanto, hacer esas modificaciones, sin poner en riesgo al reloj, advierten.
El Concello no ve sentido a privar a todo el pueblo del reloj
El Concello también entiende que no tiene sentido privar a todo el pueblo del sonido del reloj, “cuando forma parte de su identidad e historia, y cuando este reloj conserva el espíritu y técnica tradicional, sería perder un símbolo cultural irremplazable”, explican en sus alegaciones.
Pero el alcalde, Bernardo Fernández, va más allá. Por ahora “solo se ha recibido la queja de un vecino”, apunta, y “no nos parece de recibo asumir todos estos cambios por la queja de una persona”, quien como explica el regidor, se mudó hace poco tiempo a la plaza, “donde el reloj ya sonaba desde hacía siglos”. “Aquí hay vecinos de cuarta y quinta generación, y nadie más se ha quejado", apunta el alcalde. “Es como si uno se va a Santiago de Compostela y pide que se apaguen las campanas”, concluye el regidor.
El reto debería ser compatibilizar tradición y descanso, pide la Valedora
La valedora argumenta también en su petición de medidas que lo que motiva la queja es la repetición “el repique horario, cuatro veces por hora de día y de noche, “es un foco de ruidos de una frecuencia fuera de dudas” afirma en su argumentación, donde también se añade que “el repique está dentro de los límites máximos de contaminación acústica” según la normativa de aplicación.
Según la Valedora, el reto ahora debería ser compatibilizar el valor histórico del reloj y su sonido, que forma parte del "patrimonio cultural inmaterial" con el cumplimiento que tiene la obligación de garantizar de las normas relativas al derecho al descanso de la persona que inició la queja, pero todo apunta a que esa convivencia entre el sonido tradicional y el patrimonio de la torre y el descanso del vecino, no va a ser nada fácil.
