El sorprendente viaje de una baliza desde Estados Unidos a Muxía: 6.000 kilómetros hasta quedar atrapada en las rocas de una playa de A Coruña
Un percebeiro de la zona dio la voz de alarma a Salvamento Marítimo y al 112, que confirmaron que no había peligro para la navegación
El elemento apunta a ser perteneciente a la Guardia Costera estadounidense por las siglas USCG (United States Guard Cost) que tiene inscritas
Muxía, A CoruñaUn color rojo intenso en el mar, a los pies de un acantilado en la playa de Nemiña, en la localidad coruñesa de Muxía, extraña a los vecinos de la zona que se acercan a visitar a un huésped inesperado. Se trata de una baliza de más de seis metros de altura, atrapada en las rocas de la playa desde la tarde de este lunes, llegada desde Estados Unidos.
La inscripción en su interior delata la procedencia del elemento de hierro, USCG (United States Guard Cost), perteneciente a la Guardia Costera de Estados Unidos. La baliza ha recorrido alrededor de 6.000 kilómetros desde la costa este del país norteamericano hasta la costa atlántica gallega. Es habitual ver objetos flotantes en la zona, pero no lo es ver un elemento de tal calibre.
El aviso lo dio un percebeiro, Amador Vilela, que fotografió atónito la escena. Alertó al 112 y también a Salvamento Marítimo, que después de hacer trabajos en la zona, confirmó que no existía peligro para la navegación a pesar de las dimensiones del dispositivo. Además de las letras USCG, en la parte superior tiene un número 14 grabado.
Días atrás, tanto el propio Salvamento Marítimo como varios pescadores de la zona de A Costa da Morte confirmaron la presencia de un gran objeto varado en el agua, que finalmente sería el mismo que quedó atrapado en Muxía. La anécdota ha atraído a curiosos, que se han acercado al acantilado a fotografiar y comprobar con sus propios ojos la presencia de un nuevo visitante del entorno privilegiado de la comarca de Fisterra.
¿Cómo llegó hasta ahí?
Las primeras hipótesis apuntan a que sería un dispositivo usado para alertar obstáculos o peligros que utilizan las embarcaciones para conocer cuál es el recorrido que deben tomar en puertos o canales. Habría viajado entre 5.500 y 6.000 kilómetros a través del Océano Atlántico tras desprenderse de su lugar original.
La causa sin duda tiene que ver con los fuertes temporales y borrascas de las últimas semanas. Si bien en Galicia han sido de una gran intensidad, nada que ver con la extrema fuerza con la que azota el llamado Tren de Borrascas. Es un fenómeno que se origina en el entorno de la isla canadiense de Terranova y que los empuja hacia Europa.
En esa zona, en esta época del año, las olas pueden llegar hasta los 10 metros de altura y las rachas de viento superan habitualmente los 100 km/h. Motivo más que evidente para que este elemento rojo haya visitado Galicia y lo haga para quedarse, al menos hasta que sea retirado de Nemiña.
Casos similares
Los marinos de la zona atlántica coinciden en que es habitual ver boyas de barcos pesqueros estadounidenses u otro tipo de objetos de menor tamaño llegados desde el otro lado del charco. Esta ocasión ha sido diferente y no tiene muchos precedentes similares, aunque sí los hay.
En el año 2014 una estación meteorológica de Florida apareció en Carnota, impulsada por los fuertes fenómenos costeros de ese invierno. Era una plataforma de hierro de unos 30 metros de longitud y unas seis toneladas de peso. Con ese tamaño considerable causó un gran revuelo en la localidad coruñesa, se tuvo que utilizar una grúa para poder retirarla.
En aquel momento fue custodiada con fuertes medidas de seguridad por agentes policiales del Ayuntamiento y hasta unos buzos tuvieron que sumergirse para retirar sistemas informáticos del dispositivo, importantes para los Estados Unidos, que siempre trata de evitar que su tecnología llegue a las manos equivocadas. Cinco años después y tras un largo proceso burocrático, pasó a ser propiedad del Ayuntamiento de Carnota, que tenía la idea de subastarla, ya sin el material sensible.