Así es el Belén artesanal del tamaño de un piso en Gondomar: 75 metros cuadrados, 206 figuras y un tabique derribado
Nando Fernández Penedo amplía su nacimiento y reúne 206 piezas en movimiento en 75 metros cuadrados
El belenista, jubilado tras décadas como albañil, dedica más tiempo que nunca a una afición que cultiva desde la infancia.
El centro parroquial de Gondomar acoge este año un belén que supera los 75 metros cuadrados, una superficie mayor que la de muchos minipisos, y que alberga un total de 260 figuras en movimiento gracias a un complejo entramado mecánico. El montaje, obra del belenista Nando Fernández Penedo, conocido en la comarca como Nando, ha obligado incluso a derribar un tabique para dar cabida a la nueva ampliación, reflejo del crecimiento constante que caracteriza a este proyecto desde hace nueve años.
Para su creador, este nacimiento se ha convertido en un desafío creciente: el belén ha crecido un 40% respecto al año anterior, impulsado por la dedicación que Nando puede ofrecer ahora que está jubilado. El belenista explica que incorpora más de dos centenares de motores y más de dos kilómetros de cable, elementos que permiten que la mayor parte de sus figuras cobren vida ante los visitantes. Asegura entre risas que no se aburre, pues alterna la afición con tiempo para sus nietos y para ir a pescar.
Una pasión arraigada desde la infancia
La pasión de Nando por el belenismo tiene raíces profundas: comenzó de niño en Baiona, donde sus abuelos montaban cada Navidad un belén en el escaparate del hotel familiar, un recuerdo que despertó su “inquietud” artística. Con los años pasó de utilizar simples figuras de plástico a crear sus propios personajes y mecanismos, un proceso artesanal que mantiene vivo desde hace “36 ou 37 anos”. Hoy guarda todo el material en un galpón repleto de estanterías junto a su casa.
Antes de asentarse en Gondomar, Nando mostró su obra durante una década en el centro cultural de Valladares, en Vigo, e incluso en el mercado municipal de Teis. Sin embargo, hace años decidió concentrar su actividad en el Val Miñor, donde ofrece dos montajes cada temporada: el principal en la villa condal y otro más pequeño, de 20 metros cuadrados, en el multiusos de Sabarís. Ambos se han convertido en una referencia navideña en la comarca.
Un Belén que fusiona Egipto antiguo con tradiciones gallegas y atrae miles de visitas
El gran nacimiento de Gondomar se articula en torno a un escenario inspirado en el Egipto antiguo, aunque Nando integra también escenas tradicionales gallegas que, según él, “lle encantan á xente”. Entre los visitantes, cada año más numerosos —cerca de 20.000 personas en la pasada edición—, estas combinaciones generan una mezcla única entre lo histórico y lo local, lo que confiere al belén un carácter singular.
El recorrido incluye oficios tradicionales como la herrería, la carpintería o la zapatería, a los que este año se suman escenas nuevas como las castañeras y juegos infantiles típicos, entre ellos la rana o la herradura. Junto a ellos conviven los clásicos pastores, agricultores y personajes bíblicos, todos ellos integrados en un paisaje que se puede visitar hasta el 11 de enero en horario de mañana y tarde, en un despliegue que cada temporada atrae a familias de toda la provincia.