¿Sueño o realidad? la confesión de la asesina de una niña en París dice que la violó y bebió su sangre

Francia no sale de su asombro. El asesinato de una niña de 12 años copa las portadas, pero más aún los relatos espeluznantes de su asesina, sin un móvil aparente salvo una posible venganza contra los padres de la pequeña por no permitirla entrar en el edificio. Tras un relato detallado del escabroso suceso, la sospechosa se ha retractado de su declaración y ha asegurado que había contado un sueño y no la realidad. Lo que habría contado era una barbarie aterradora. El juez de instrucción del caso es el que le pone los calificativos. "Tortura y barbarie", fue lo que escuchó.

Dhabia B. declaró que agarró a la pequeña del pelo, metió su cabeza entre las piernas y tuve un orgasmo. Antes de desdecirse, Dahbia detalló una violación, contó que escuchó música y bebió café antes de apuñalar a la pequeña. También, que bebió su sangre en una botella, pero los investigadores no han logrado encontrar el objeto o la prueba de que esto sea así. El abogado de la acusada, Alexandre Silva, ha pedido a la prensa que cesen los "rumores", y ha recordado el principio de presunción de inocencia.

La descripción encaja con las pruebas encontradas en la autopsia, subraya la cadena francesa. Sin embargo, tras el relato detallado de los hechos, la sospechosa se ha retractado de su declaración y asegura que había contado un sueño y no la realidad. Afirma haberse defendido contra un atacante misterioso con un cuchillo y haber luchado contra un fantasma, y jura que jamás mataría a un niño. "Un cero y un 1 estaban escritos en rojo en la planta de cada pie de la víctima", según la Fiscalía de París.

La presunta asesina no reaccionó al ver una imagen de la pequeña

Dahbia no reaccionó ante la imagen de la pequeña muerta. "Ni calor ni frío, yo también fui violada y vi morir a mis padres". Las pesquisas apuntan a que el móvil es la venganza contra la madre de Lola, cuidadora del edificio, por haberle impedido el acceso a la joven.

Dhabia B. sufrió víctima de violencia doméstica en 2018. La joven entró legalmente a Francia en 2016 con un visado de estudiante. El 21 de agosto fue detenida en un aeropuerto francés por carecer de permiso de residencia. Se le impuso automáticamente una obligación de abandonar el territorio francés.

La sospechosa, que al parecer padece trastornos mentales, fue detenida en la madrugada del sábado en Bois-Colombes (Hauts-de-Seine) tras aparecer en las imágenes de las cámaras de vigilancia del edificio donde vivía la niña. Un testigo también denunció la presencia de esta mujer, que habría solicitado su ayuda a cambio de dinero para mover un voluminoso baúl.

Según la nota de prensa difundida por la Fiscalía, la sospechosa declaró que "arrastró a la víctima al apartamento de su hermana, que vive en el mismo edificio que la niña, y la habría obligado a bañarse antes de cometer una agresión sexual sobre ella y otros actos de violencia que resultaron en la muerte de la niña, y supuestamente escondió el cuerpo en la caja".

Los hechos se desarrollaron entre las 15.17, hora en que las cámaras de seguridad captan a Lola entrando en el edificio junto a Dhabia B., y las 16.48, hora en la que esta última sale sola con dos maletas y un baúl de plástico.

Muerte por asfixia

Según la información a la que ha tenido acceso Europe 1, la mujer reconoce los abusos sexuales y tras estos haber tapado la cara a la pequeña, probablemente provocándole la muerte por asfixia.

La autopsia realizada el sábado determinó, de hecho, que Lola, la pequeña, murió por "insuficiencia cardiorrespiratoria con asfixia y signo de compresión cervical", según informó este lunes un comunicado de prensa de la fiscal de París, Laure Beccuau. El examen reveló "múltiples lesiones" pero no "lesión traumática de la esfera sexual".

Los padres de la niña, preocupados por no verla regresar del colegio el viernes por la tarde, alertaron a la policía de la desaparición de su hija, así como de la presencia de esta joven desconocida en el edificio residencial del distrito 19 de París. Finalmente fue un vagabundo de 42 años quien descubrió una caja de plástico opaco que contenía el cuerpo de la adolescente en el patio interior del edificio donde reside la familia de Lola.

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