Benjamin Netanyahu y Hamás usan el hambre de los rehenes y la población en una nueva escalada de guerra psicológica en Gaza
Hamás asegura que autorizará a Cruz Roja atender a los rehenes a cambio de que Israel permita la entrada de ayuda humanitaria en Gaza
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El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu y la organización terrorista Hamás se han enzarzado en las última horas en un cruel juego del hambre con exhibición de los cuerpos famélicos de niños palestinos y rehenes israelíes. Informa Sonia Losada.
Los radicales palestinos que denuncian la hambruna en Gaza han vuelto a exhibir a un rehén israelí malnutrido. El gobierno israelí que está dificultando la entrada de alimentos en la franja reclama que se alimente a los suyos. Pese a las presiones para un alto el fuego tras estas imágenes, Netanyahu amenaza con ampliar la ofensiva en Gaza.
Duras imágenes de rehenes y niños malnutridos
Tras mostrar con vida a un rehén israelí con evidentes signos de una severa malnutrición, Hamás ha asegurado que permitirá a Cruz Roja que les alimente si Israel mantiene abiertos los corredores humanitarios.
Te trata de una lucha psicológica ante la que Netanyahu anuncia que esta nueva amenaza de Hamás no le detendrá y que seguirá adelante con su planes para la Franja de Gaza. Como afirma con el puño cerrado y golpeando la mesa, "No nos rendiremos. Estoy aún más decidido a liberar a nuestros hijos secuestrados, a eliminar a Hamás". Para el líder israelí "Hamás es la culpable del hambre de los gazatíes", dice Netanyahu que los acusa de ser unos nazis monstruosos.
En plena guerra psicológica con los rehenes y la población gazatí como víctimas, los familiares de los primeras exigen la liberación de los suyos. Una demanda a la que se suman ahora los antiguos máximos responsables del ejército y del Mosad, que exigen a Netanyahu que ponga ya fin a la guerra.
La semana pasada entraron en Gaza 23 toneladas de alimentos, 1.200 camiones toneladas por aire, pero su distribución es un caos. Los gazatíes denuncian que algunos jóvenes se llevan la ayuda y la venden a precios muy altos, y exigen poder tener acceso a la ayuda humanitaria sin todo este sufrimiento. Ayer 13 cadáveres llegaron al hospital de Alsifa desde las zonas de distribución. Seis personas más murieron de hambre.