La erupción del volcán Etna desata imprudencias y obliga a reforzar la seguridad: “Controlamos que no se pasen de la raya buscando la foto perfecta”
Equipos de rescate controlan que los visitantes no se acerquen demasiado a la lava del volcán Etna
El volcán más activo de Europa se ha convertido en un imán turístico pese a los riesgos
La erupción del volcán Etna ha vuelto a atraer a cientos de turistas, lo que ha obligado a desplegar a los equipos de rescate para evitar conductas imprudentes en torno a los ríos de lava.
Los visitantes no quieren perderse el espectáculo de las coladas incandescentes, pero para garantizar que nadie sobrepase los límites marcados están los equipos de rescate en montaña.
Control estricto a guías y turistas
“Estamos para controlar el flujo de turistas, que trabajan con los guías para asegurarse de que ningún turista se pase de la raya en busca de la foto perfecta. También nos aseguramos que los propios guías cumplen la normativa, es decir, no acercarse demasiado a la lava y que no haya más de 10 personas por grupo”, explica Paolo Bernardini, comandante de la Guardia di Finanza de Nicolosi.
Distancia mínima de seguridad
Por normativa, los visitantes deben mantener una distancia mínima de 50 metros con respecto a la lava, y para ascender hasta la cima es obligatorio ir acompañado por un guía autorizado. La creciente masificación del volcán multiplica el trabajo de los equipos de rescate.
El volcán más activo de Europa
El Etna, considerado el volcán más activo del continente, recibe miles de visitantes cada año atraídos por sus ríos de lava. Sin embargo, esa masificación también deja imágenes de riesgo, como las del pasado junio, cuando una nube de ceniza de 5 kilómetros obligó a decenas de turistas a descender corriendo ladera abajo.
Y entre quienes corren en busca de ponerse a salvo, siempre hay alguno que se arriesga demasiado por conseguir la foto perfecta.