Un empleado del Elíseo roba parte de la vajilla de lujo de Macron en el Palacio de Elíseo de Francia

El hombre, que ha sido detenido, vendía las piezas exclusivas a un coleccionista que a su vez las subastaba. vídeo Informativos Telecinco
  • El mayordomo del Elíseo robó piezas de la vajilla presidencial por un valor de más de 40.000 euros

  • Thomas M llevaba dos años falsificando los inventarios para ocultar el sistemático robo de la exclusiva vajilla de porcelana

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Al robo del siglo en el Louvre le sigue un nuevo capítulo de cacos de lujo en el Palacio del Eliseo de la Presidencia Francesa. Un empleado del servicio ha robado un centenar de piezas de la exclusiva vajilla, usada por Emmanuel Macron y sus invitados, valorada en miles de euros. El ladrón, que 'jugaba' en casa, llevaba años sustrayendo platos, tazas, cuencos de porcelana para venderlos a un coleccionista. La información en vídeo de la periodista Laura Sólvez.

El empleado, mayordomo del Elíseo, ha sido detenido por desvalijar las vitrinas oficiales, más de 100 piezas únicas de porcelana y plata por valor de 40.000 euros. Las piezas robadas formaban parte del ajuar presidencial para las grandes ocasiones de Estado. Platos, fuentes, cubierto de platas que han usado mandatarios y grandes personalidades, como Joe Biden, el rey Carlos III.

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Thomas M, como lo identifican los medios franceses no forzaba cerraduras, ni alarmas en la residencia oficial de Macron, porque su trabajo era precisamente custodiar los bienes. Él lo controlaba todo, cada dato y cada pieza, pero en vez de cumplir con sus obligaciones se dedicó a robarlas para un coleccionista que las vendía en una popular plataforma de compra-venta de objetos de segunda mano. Todos sacaban tajada.

El 'modus operandi' del mayordomo del Elíseo: falsificar los inventarios

A pesar , de que Thomas, falsificó los inventarios durante dos años, jugando con las cifras para encubrir los robos y vender sin levantar sospechas, los equipos del Elíseo se dieron cuenta de que estaban desapareciendo platos, ensaladeras y tazas de manera habitual por lo que terminaron denunciando a la gendarmería.

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El engaño parecía perfecto, pero su proyecto de jubilación dorado se vino abajo cuando la proveedora oficial de la vajilla reconoció sus propios diseños exclusivos en portales de subastas y otras plataformas de ventas en internet.

El mayordomo delincuente no actuaba solo, sino que era parte de un grupo integrado por un joven de 24 años, que lo contactó por redes para proponerle el negocio y otro afín, vinculado al mundo de las subastas. Thomas M. sacaba la mercancía y el joven cómplice que resultó ser miembro de seguridad del Louvre, la colocaba en el mercado.