Año Nuevo Chino: cuándo, dónde y cómo se celebra

  • La celebración es el próximo 25 de enero: el 2020 es el año de la rata de metal

  • La comunidad China se prepara en múltiples rincones del mundo para darle la bienvenida

  • La rata de metal augura suerte y prosperidad material

El 25 de enero es la fecha marcada en el calendario occidental para la entrada y la celebración del Año Nuevo chino, una tradición que encierra más de 4.000 años de historia y está plagada de simbolismos. Coincide con el primer día del primer mes en el calendario tradicional chino, que está basado en el calendario lunisolar. Por esta razón, analizan y estudian las fases de la luna, y el Año Nuevo tiene lugar en la primera luna nueva del primer mes lunar.

El Festival de la Primavera, con la rata como protagonista

La fiesta más importante y más esperada de China es también conocida como el 'Festival de la Primavera’, –dado que la celebración coincide con el comienzo del ciclo del cultivo, despidiendo al invierno para dar la bienvenida a la nueva estación–, y este año tiene a la rata como la gran protagonista.

El primero de los animales del zodiaco chino, símbolo de la curiosidad y el ingenio, augura suerte y prosperidad. Los nacidos en 1972, 1984, 1996 o 2008 pertenecen a este signo, encargado de bendecir el nuevo año.

El resto de los animales que componen el zodiaco chino, tras la rata, son el buey, el tigre, el conejo, el dragón, la serpiente, el caballo, la cabra, el mono, el gallo, el perro, el cerdo, dispuestos en ese orden según la leyenda que cuenta que todo empezó cuando el Emperador de Jade invitó a los animales de la tierra para que le visitaran en su hogar en el cielo. Muy complacido al ver la respuesta a su llamada, decidió dividir los años según las doce criaturas que acudieron al encuentro, quienes se convirtieron en los guardianes de la Puerta Celestial.

¿A qué animal pertenezco?

El animal al que cada uno pertenece, según el año de nacimiento, es el siguiente:

  • Rata: 1972, 1984, 1996, 2008.
  • Buey: 1973, 1985, 1997, 2009.
  • Tigre: 1974, 1986, 1998, 2010.
  • Conejo: 1975, 1987, 1999, 2011.
  • Dragón: 1976, 1988, 2000, 2012.
  • Serpiente: 1977, 1989, 2001, 2013.
  • Caballo: 1978, 1990, 2002, 2014.
  • Cabra: 1979, 1991, 2003, 2015.
  • Mono: 1980, 1992, 2004, 2016.
  • Gallo: 1981, 1993, 2005, 2017.
  • Perro: 1982, 1994, 2006, 2018.
  • Cerdo: 1983, 1995, 2007, 2019.

La rata de metal

La rata que preside este año 2020 en el Año Nuevo chino, no obstante, no es una rata cualquiera. Siguiendo la tradición, en esta ocasión la afortunada es la rata de metal. La razón es que la tradición china, además, asigna cinco elementos que están presentes en el calendario cada dos años, los cuales son: el metal, asignado al planeta Venus; el agua, asignado a Mercurio; el Fuego, asignado a Marte; la madera, a Jupiter; y la tierra, a Saturno.

A su vez, cada animal está relacionado con un determinado elemento: el metal es el del mono y el gallo; el agua es el de la rata y el cerdo; el fuego, el de la serpiente y el caballo; la madrea, del tigre, el conejo y el dragón; y la tierra, del buey, la cabra y el perro.

Así, un animal coincide con su elemento al cabo de 60 años, y cada uno de sus simbolismos se tiene muy presente y muy en cuenta en la tradición china. Son muchos los que creen que influyen en la personalidad y los rasgos de cada uno, así como hay quien lo lleva al extremo de tomar decisiones acorde a los augurios que depara un determinado año.

De China al resto del mundo

Millones de personas se entregarán a la celebración del año de la rata de metal, y serán muchos de ellos los que se desplazarán para viajar hasta su país de origen para disfrutar las fiestas con sus familiares. Además de China, países como Vietnam, Singapur, Malasia, Corea del Norte y Corea del Sur, comparten la celebración, que no obstante, se propagará por múltiples rincones del planeta, donde sus ciudadanos han formado importantes comunidades. España no será ajena a esta gran celebración, que en la capital, Madrid, prepara grandes eventos que tendrán al distrito de Usera como el gran epicentro. Hasta el 16 de febrero, numerosas actividades se llevarán a cabo para que todos los que quieran participen de la tradicional fiesta, vista además como un impulso de la economía y una oportunidad para fortalecer lazos con el país oriental. Desde jornadas gastronómicas chinas con el denominado ‘China Taste’, en el que participarán 11 restaurantes madrileños, pasando por el Gran Pasacalles Multicultural que recorrerá las principales calles del distrito de Usera el 26 de enero, hasta la iluminación en rojo de la Puerta de Alcalá y las banderolas que decorarán las calles de Gran Vía y Marcelo Usera, ambas cosas símbolos tradicionales chinos en esta celebración.

Ritos de celebración

El Año Nuevo chino llega con sus clásicos ritos de celebración. En una fiesta cargada de simbolismo, cada detalle cuenta y algunos de ellos han de prepararse con antelación. En este sentido, es típico ordenar y limpiar la casa unos tres días antes, lo que simboliza que se está desechando la mala suerte acumulada del año anterior. Después, con la llegada del Año Nuevo, los primeros días se hace lo contrario: no barrer para que la buena fortuna obtenida al cumplirse el nuevo año no sea expulsada fuera del hogar.

Más allá, el color rojo, acompañado de mensajes llamados a desear buena fortuna, tiñen cada rincón donde se celebra el nuevo año. Compartir buenos deseos y reunirse con la familia procurando que no exista ningún conflicto familiar durante los tres días previos al Año Nuevo chino es otro rito que buscan cumplir.

Además, es también una tradición colocar campanillas en las puertas, simbolizando el elemento aire en el feng shui, para atraer a la buena suerte. Se cree que situarlas en las puertas de las casas atrae la buena energía.

Respecto a la comida, el pescado, símbolo de buen augurio, es tradicional.

Por último, en las celebraciones también son comunes los petardos y los fuegos artificiales, dado que, según la tradición, se cree que ello despertará al dragón, y con él llegarán las lluvias primaverales, regando los campos para una buena cosecha.