Antonio Pappalardo, líder de los 'chalecos naranjas' italianos: “Si no nos hacen caso, entraremos en el Quirinal”

  • Entrevista a Antonio Pappalardo, líder de los 'chalecos naranjas', los negacionistas italianos del Covid

  • "Inventan pandemias cada cuatro años y siempre nos vacunan"

- Perdón, ¿el señor Pappalardo va a hablar con la prensa?

- ¿Usted de dónde es?

- Yo soy un periodista español.

- Ah, entonces sí. Los españoles y los franceses dicen la verdad. Los reporteros italianos, no, con ellos no hablamos. Venga, venga.

Dos horas después del inicio del mitin, cerca de un millar de fieles siguen aclamando a su nuevo líder. “Generale, generale”, corean. El mesías se llama Antonio Pappalardo, tiene 73 años y es un general retirado de los Carabinieri. En la Piazza del Popolo de Roma se congregan cientos de personas vestidas de naranja, un ex sacerdote rumano que acaba de quemar una foto de Bill Gates -al que considera el anticristo-, grupos antivacunas, una señora con una peluca a lo afro que dice aspirar a convertirse en “inmigrante clandestina para obtener sus privilegios” y varios tipos de dos metros con el pelo rapado y llenos de tatuajes. Es el pueblo que compone los ‘chalecos naranjas’, el nuevo movimiento que niega la existencia del coronavirus. Los asistentes de Pappalardo nos suben al escenario mientras abajo discuten unos rapados con otros. Aparentemente, de ideologías opuestas.

Explíqueme, usted dice que el virus ahora mismo no existe.

Es la pandemia lo que no existe. Los virus claro que existen, los tiene usted, los tengo yo... Tenemos virus desde hace millones de años. Cuando usted estornuda, hay un virus. Pero no por esto se debe crear un ‘pandemonium’ y decir que mueren un montón de personas. ¿O no es verdad? Según el Instituto de Estadística Italiano, que es un organismo oficial, el coronavirus en Italia ha provocado 110 muertes. Después, hablamos de personas de más de 80 años, viejos, enfermos…

Le habíamos hecho la misma pregunta nada más llegar a la plaza, escoltado por un par de guardaespaldas de esos de pelo rapado. Pero al no identificarnos como “periodista español”, había respondido: “No diga tonterías”.

Perdone, pero, ¿de dónde saca esas cifras? ¿Y los demás fallecidos, quiénes son?

Han muerto por diabetes, enfermedades cardíacas, cáncer… Obviamente se han infectado también de coronavirus, pero habrían muerto igualmente. No los podemos meter en el mismo saco.

Usted dice que es un virus creado. ¿Por quién? ¿Quiénes son los responsables?

La Organización Mundial de la Sanidad. El mismo Trump se ha retirado de la organización. Inventan pandemias cada cuatro años. La gripe aviar en el 2004, la porcina en 2009, las vacas locas… Y cada vez nos vacunan. Son pandemias falsas.

Pero, ¿quiénes las inventan? ¿Y para qué?

Usted vaya a mirar quién ostenta el poder. Son esos señores que tienen el 75% de la riqueza en sus manos. Bill Gates, Rockefeller, Rothschild… Ellos son quienes tienen el mundo en sus manos. Pero el pueblo no puede permanecer siempre inerte, debe reaccionar.

Es decir, hay un grupo de masones que crean estas cosas y nos engañan.

Los llaman ‘illuminati’. Nosotros simplemente nos hemos hartado de estos ‘illuminati’. Ahora se acabó, debe mandar el pueblo. El pueblo es soberano y sobre el pueblo soberano sólo está Dios, no hay nadie más.

¿Qué cree que pensarían los familiares de toda la gente que ha muerto en Lombardía y en el resto de Italia? Son más de 33.000, según las cifras.

Les digo que serán resarcidos porque les han curado mal. Les han intubado, no han diagnosticado lo que tenían. ¿Cómo es posible que quienes se han quedado en casa no hayan muerto? Quien entraba en un hospital, moría. Esto es un dato incontestable.

¿De dónde saca esto?

No es que lo diga yo. Lo dicen los médicos. Siete médicos le han mandado un ultimátum a Conte [Giuseppe Conte, primer ministro italiano] diciendo que termine con esta payasada. Ahora, basta.

Usted no se considera fascista.

No lo he sido nunca. Yo soy un demócrata al 200%.

Pero aquí en la plaza había unos cuantos.

Los hemos echado de varias patadas en el culo. No son parte de nosotros, nosotros somos el pueblo. No somos ni de izquierdas, ni de derechas, ni fascistas. Nosotros somos chalecos amarillos, digo… blancos, eh… naranjas. Y basta, basta.

Habrá escuchado que en España también hay protestas de este tipo. ¿Qué le parecen?

Escuche, estamos con todos los movimientos que son populares y no son de ningún color, como los chalecos amarillos en Francia.

¿Y qué piensa de Vox?

¿De quién?

De Vox, en España.

No conozco bien los detalles del movimiento. Pero repito, un movimiento popular que no forma parte de los viejos partidos, ya que estos han acabado con Europa y nos han hecho entrar en esta Europa de burócratas sin reglas democráticas, sea bienvenido. Pero no debe tener ningún color.

A usted aquí lo aclaman como general, pero en realidad se presenta como un intelectual.

Soy un compositor musical y hago óperas. He estado en Túnez, haciendo la Carthago Symphony, en honor de un pueblo que acabó con un dictador. Esto me fascinó. Los tunecinos fueron capaces de echar a Ben Ali.

Usted mismo dice que tiene muchos seguidores.

Muchos, porque soy escritor, poeta, novelista, compositor… Alguno me dice, ‘pero usted hace política’. En cuanto termine, vuelvo a mi arte. Porque yo vivo de arte y no de palabras.

¿Quién invierte en todo esto que han montado?

¿Cómo?

¿Quién ha puesto dinero?

No tenemos un duro. Mire cómo estamos, con una mano delante y otra detrás. Nos hemos subido en un camión y hemos traído un amplificador que da pena. Esta mañana tenía que venir Salvini, que nos quería robar la plaza, y ha escapado porque ha entendido que habría perdido la batalla con nosotros.

O sea, que con Salvini tampoco está de acuerdo.

¡Por caridad de Dios! No queremos tener nada que ver ni con la mayoría de Gobierno ni con la oposición. Esto es un mejunje de partidos que le toma el pelo a la gente desde hace mucho tiempo.

Él también se considera el pueblo y sostiene algunas cosas parecidas a las suyas. ¿Qué quería decir usted con eso de que cuando termine volverá al arte?

El Gobierno debe dimitir. Nosotros hemos votado aquí democráticamente a mano alzada. Usted ha visto cómo todos han levantado la mano. Si mañana las plazas siguen llenas, iremos al Quirinal [sede de la jefatura del Estado] a gritarle a Matarella [Sergio Mattarella, presidente de la República]: “échalos”. Es lo que quiere el pueblo.

¿Ese es su objetivo, tomar el Quirinal?

Eh, si no nos reciben, entraremos. El padrón del Quirinal es el pueblo, no Mattarella.

Decenas de personas siguen pasando por el escenario. Parados, autónomos, empresarios en riesgo de quiebra… Muchos de ellos con mascarillas naranjas o con los colores de la bandera italiana.

Señor Pappalardo, ¿usted cree todo lo que dice? No veo que se ponga la mascariila.

Y usted se la puede quitar. Le aseguro que no sirve para nada.