El cambio climático irrumpe en la campaña electoral británica

  • El Reino Unido está comprometido a reducir casi a cero en 2050 sus emisiones de gas de efecto invernadero

  • El Gobierno apuesta fuerte por la energía eólica offshore

  • Alarma ante el aumento de la montaña de plástico que generan los supermercados por la venta de bolsas reutilizables

El Reino Unido es pionero en la lucha contra el cambio climático. Ya en 2008, bajo el Gobierno del laborista Gordon Brown, se aprobó una ley que comprometía al país a reducir sus emisiones de gas de efecto invernadero en un 80 por ciento en 2050. Y en junio quiso dar un paso aún mayor: la entonces Primera Ministra conservadora, Theresa May, decidió recortarlas para esa fecha casi a cero. Se convirtió así en el primer país desarrollado que se marcaba ese reto.

Pero, ¿cómo lograr este objetivo tan ambicioso? Durante las próximas tres décadas todas las áreas de la economía y de la industria deberán cambiar. Las emisiones generadas por el transporte, la ganadería, la industria y los hogares británicos deberán evitarse por completo o compensarse plantando árboles que puedan absorber ese CO2. Deberá haber más vehículos eléctricos y un plan sobre cómo hacer frente a las emisiones de los vuelos comerciales o cómo calentar las viviendas, entre otros.

Comité sobre cambio climático

La ley sobre cambio climático implicó la creación hace más de una década de un comité que aconseja al Ejecutivo británico y a las Administraciones de Escocia, Gales e Irlanda del Norte sobre los avances que están haciendo en la reducción de las emisiones de gas de efecto invernadero y sobre los preparativos para el cambio climático. Este organismo independiente hace un informe una vez al año y presenta sus conclusiones en el Parlamento.

Según su último análisis, el año pasado las emisiones en el Reino Unido fueron un 44 por ciento menores que en 1990, pero aunque esta cifra parezca positiva esta comisión alerta de que si el país quiere cumplir el objetivo que se ha impuesto debe recortar más emisiones en cada sector. Además, advierte que las autoridades deberían invertir mucho más en infraestructuras que protejan de futuras inundaciones y prohibir la construcción en zonas inundables. Y es que ya hay unas 5 millones de casas que están en peligro en caso de fuertes lluvias o desbordamientos de ríos.

Inundaciones preocupantes

Las imágenes recientes de pueblos y granjas del norte de Inglaterra tomados por el agua han puesto al cambio climático de nuevo en el centro de la actualidad. Se estima que las inundaciones en el Reino Unido son ahora un 11 por ciento peores que hace una década.

El cambio climático está tan presente que ha irrumpido incluso en la campaña de las elecciones del 12 de diciembre. Y lo ha hecho con fuerza. Tanto es así que este jueves se organizó un debate de los líderes de los distintos partidos políticos dedicado exclusivamente al tema. No se presentaron ni el líder del Partido del Brexit, Nigel Farage, ni el propio Primer Ministro, Boris Johnson, y en su lugar la cadena de televisión Channel 4 decidió colocar dos esculturas de hielo que se derretían mientras los otros cinco políticos debatían sobre esta emergencia mundial.

Energía renovable

En marzo del año pasado el Reino Unido se comprometió a producir para 2030 un tercio de su electricidad a través de energía eólica offshore.

Prueba de esta apuesta del Gobierno es la instalación de 108 turbinas en West Duddon Sands, en la costa del noroeste de Inglaterra, que funcionan desde hace 5 años, y el centenar que se está construyendo en este momento en la zona de East Anglia, en mar del norte, y se inaugurará el año que viene. Ambos proyectos son de la española Iberdrola.

Ciudades verdes

Este año el alcalde de Londres, Sadiq Khan, ha introducido la llamada “Zona de Emisión Ultra Baja” diseñada para reducir el número de coches contaminantes. La idea es disuadir a los conductores de los vehículos más antiguos. Estos deben pagar 14,6 euros al día por conducir por el centro de la ciudad. A eso hay que añadir los 13,50 obligatorios para circular por el corazón de la capital británica.

Mientras tanto, en Bristol planean doblar el número de árboles en los próximos 30 años y en Manchester piensan plantar 3 millones de ellos en las siguientes dos décadas. Por otro lado, Glasgow (Escocia) trabaja ya en los preparativos para albergar la siguiente Cumbre del Cambio Climático de la ONU que se celebrará a final del año próximo.

“Extinction rebellion”

Este ha sido el año de la organización “Extinction Rebellion”. Durante varias semanas sus activistas cortaron calles, puentes y montaron una acampada en la plaza de Trafalgar de Londres para reclamar una acción más decisiva del Gobierno en la lucha contra el cambio climático. Sus acciones han marcado un antes y un después en el Reino Unido. De hecho, según una encuesta reciente un 85 por ciento de los británicos están preocupados por el futuro del planeta.

Suspenso en plásticos

La agencia de investigación del Medio Ambiente y Greenpeace han alertado esta semana sobre las bolsas de plástico reutilizables que ofrecen los supermercados. Su venta ha aumentado un 26 por ciento (lo que equivale a 54 bolsas por vivienda). Y el problema es que contienen mucho más plástico que las antiguas.

Solo tres de las diez principales cadenas de supermercados del país han logrado disminuir la montaña de plástico que generan. En concreto, se ha incrementado en 17.000 toneladas.

Greenpeace pide que se prohíban estas bolsas o que se incremente su precio de venta de los 12 céntimos de euro actuales a 80. Aseguran que después de hacerlo en la República de Irlanda las compras de estas se han reducido en un 90 por ciento.