A pedradas y disparos contra Guaidó en la Asamblea de Venezuela

  • El presidente Guaidó se reúne fuera de la Asamblea y presenta su "plan país"

  • Intentan asesinar a Guaidó disparando contra su vehículo en Caracas. El no estaba dentro

Caracas ha vivido una nueva jornada de conflicto en las inmediaciones del Parlamento nacional. Juan Guaidó, que se reclama presidente de la cámara con 100 votos a favor de los 167 escaños que tiene el hemiciclo, y es el único reconocido por la comunidad internacional había anunciado que iría a sesionar junto a su grupo.

Del otro lado, Luis Parra, su “competidor” en la disputa por la presidencia de la Asamblea, que también reclama el trono con 81 votos a favor tras una convulsa sesión el pasado 5 de enero, cuando la Cámara debía elegir a la nueva Junta Directiva y lo que parecía que sería una reelección rutinaria de Guaidó para el próximo periodo anual, se ha convertido en una pugna interna que tiene al país en vilo.

Parra decidió a última hora no sesionar la jornada del miércoles, por lo que él y Guaidó, acusados mutuamente de corrupción y malversación de fondos, no tendrían que verse las caras en el recinto del Palacio Legislativo que se ha convertido ya en un símbolo de la profunda división política que vive el país, no solo entre chavistas y opositores sino en el seno mismo de la oposición venezolana.

Cabello manda con sus colectivos y el ejército

Quien sí decidió hacer una sesión extraordinaria especial fue la directiva de la Asamblea Nacional Constituyente con Diosdado Cabello (número dos de Maduro y presidente del organismo chavista) a la cabeza. Bajo el paraguas del “Día del Maestro” convocaron a sus seguidores a una jornada de movilización y actividades en la sede del controversial órgano plenipotenciario que, aunque opera de manera independiente, tiene su sede dentro de la misma Asamblea Nacional. Polarización in extremis dentro del mismo recinto. Polémica asegurada.

La idea del chavismo era demostrar músculo frente a una oposición rota por las pugnas internas. Finalmente, los diputados que apoyan a Juan Guaidó anunciaron que no acudirían a sesionar al Parlamento por motivos de seguridad pero que enviarían una comitiva para comprobar el ambiente en los alrededores de la sede legislativa, completamente militarizada y con un acceso muy restringido.

El Palacio de la discordia no solo estaba custodiado por las Fuerzas Armadas bolivarianas. También se encontraban en pie de guerra (nunca mejor dicho) los denominados “colectivos chavistas”, grupos de adeptos al gobierno de Nicolás Maduro que en la práctica funcionan como agentes paramilitares que se dedican a extorsionar, asesinar, tráfico de drogas en las ciudades y labores de espionaje y de "chivatos" (en este caso) en la Asamblea y sus alrededores, en pleno centro de la capital caribeña.

Los colectivos suelen amedrentar a los parlamentarios opositores y a la prensa, que en numerosas ocasiones ha sufrido robos de sus equipos profesionales por parte de estos grupos y que además suelen tener prohibido sacarles cualquier tipo de grabación o fotografía. Si lo hacen se exponen a todo tipo de agresiones que suelen ser la tónica habitual especialmente en fechas señaladas como la de este miércoles. De hecho, durante la jornada, varios periodistas denunciaron que habían sido atacados por ellos.

Precisamente han sido estos colectivos paramilitares los encargados de prohibir el acceso a la Asamblea a la comitiva de diputados del equipo de Guaidó que a media mañana se dirigía hacia allí. La caravana consiguió llegar hasta unas tres cuadras del Palacio. En ese punto comenzaba la barricada de los motorizados (estos grupos se caracterizan porque suelen desplazarse en moto por la ciudad y se autodenominan “Sindicato de Motorizados”) impenetrables.

Fue la diputada Delsa Solórzano, que se encontraba en el interior del coche que se dirigía al Parlamento junto al resto de la comitiva de Guaidó, la que hizo saltar todas las alarmas a través de su cuenta de Twitter. “Nos disparan en el carro”, tuiteó a las 10:52 de la mañana. Y pocos segundos después: “Colectivos armados disparan contra nosotros”.

Emboscada contra Guaidó

La confusión se apoderó de los alrededores de la sede del Palacio Legislativo y varios testigos comenzaron a gritar que estaban disparando el coche de los parlamentarios. La propia Solórza no declararía unos minutos después que fueron “agredidos con piedras y palos, luego dispararon al vehículo. Se trató de un atentado contra nuestra vida porque no estaban al tanto que el vehículo era blindado”.

Durante las horas posteriores al atentado, Twitter fue un hervidero de vídeos que se tornaron virales y fotografías con el estado en el que quedó el vehículo. En dichas imágenes se ve claramente el agujero de un disparo en uno de los vidrios de la parte delantera del coche, y la luna trasera hecha añicos tras ser golpeada con fuerza por varias personas utilizando objetos tan rocambolescos como un cono de señalización del tráfico.

La caravana opositora nunca llegó a su destino y la tensión aumentó en la zona. Los colectivos se tornaron más beligerantes y cortaron al tráfico las principales calles aledañas al Legislativo. El equipo de Juan Guaidó decidió realizar su sesión ordinaria en el anfiteatro del municipio de El Hatillo, una localidad a unos treinta minutos de Caracas, ubicada en un zona montañosa.

Hasta ese recinto se desplazó el grupo que había sido atacado y el resto de los diputados que están apoyando a Guaidó en esta pugna por la presidencia de la Asamblea. El propio Juan Guaidó llegó hasta el lugar para hablar con la prensa y condenar enérgicamente lo que acababa de suceder. Además, parece que el carro en el que se desplazaba el grupo de diputados era el que suele usar el propio Guaidó, tal y como señaló frente a los micrófonos de la prensa nacional e internacional desplazada hasta el lugar.

“Los emboscaron brutalmente”, dijo el líder del partido Voluntad Popular. “Están utilizando militarmente y paramilitarmente a grupos de civiles armados y esto devela cómo es la dictadura de Nicolás Maduro”. Juan Guaidó señaló a la Fuerza Armada como cómplice de la agresión y aseguró que a pesar del amedrentamiento no dejarán de acudir al Parlamento tal y como le corresponde. “La próxima semana sesionaremos allí”, confirmó.

Y mientras tanto, el gobierno de Nicolás Maduro parece permanecer ajeno a la controversia que viven las filas opositoras. En su discurso sobre la memoria y cuenta del año 2019 realizado el día anterior, Maduro habló de los logros de su gobierno, evitó nombrar a Juan Guaidó durante todo su discurso aunque sí hizo alusión a sus “fracasos”; habló del crecimiento de la economía y de cómo habían conseguido superar un golpe perpetrado desde el “imperialismo” de EEUU que ha financiado a la derecha venezolana para sacarle del poder.

Elecciones 2020

En lo político, lo más inmediato serán las elecciones que renovarán el Parlamento nacional y que están previstas que se celebren en el último trimestre de este año. Para ello, lo primero será renovar al completo el Consejo Nacional Electoral para garantizar unas elecciones libres; condición sine qua non de la denominada Mesa de Diálogo Nacional que conforma el partido de gobierno junto a otros partidos opositores minoritarios.

Si Maduro conseguirá consolidarse en 2020 en un poder paradójicamente fortalecido por los mismos que estuvieron a punto de tumbarle hace menos de un año, o si por el contrario, la batalla de la oposición por el liderazgo que está dejando en entredicho las fisuras antidemocráticas del gobierno, dan un viraje de 180 grados a la situación actual, es la pregunta del millón para una sociedad que se ha acostumbrada a no esperar nada, sobre todo en cuanto a cambios se refiere tras más de dos décadas de un modelo en colapso.