El candidato díscolo de la CDU que perturba la campaña de Laschet por sustituir a Merkel

  • Es Hans-Georg Maaßen, todo un ex-presidente de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución. Políticamente, según reconocen en la CDU, está demasiado a la derecha. Laschet le defiende.

Nadie puede dudar de que Armin Laschet, el presidente y candidato de la Unión Cristiano Demócrata (CDU), el partido de la canciller Angela Merkel, tiene ante sí una difícil campaña de cara a las próximas elecciones generales. Las encuestas, de momento, las tiene muy en contra. No obstante, otro de los factores en su contra que acaban de emerger y que le complican la cita con las urnas del 26 de septiembre es Hans-Georg Maaßen, probablemente su candidatos a diputado más polémico.

Maaßen podría haber sido un candidato de prestigio. Durante seis años, entre 2012 y 2018, ocupó el cargo de presidente de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución, nombre que reciben aquí los servicios de inteligencia del Ministerio del Interior. Sin embargo, al frente de esa institución, y después, Maaßen ha estado rodeado de polémicas.

A Maaßen se le reprocha el estar demasiado a la derecha de la derecha de su partido o, peor aún, ser afín a las tesis de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD). No en vano, la pasada noche del domingo, Laschet tenía que salir en defensa de Maaßen, cuando en un programa de debate de la radiotelevisión pública ARD, la célebre activista medioambiental Luisa Neubauer, sin aportar pruebas, afirmaba que Maaßen se dedica a la difusión y legitimación de contenidos “racistas y antisemitas”.

Laschet defendía a Maaßen de manera convincente. “[Maaßen, ndlr. decía Laschet del candidato de la CDU para la circunscripción número 196, en Turingia (este alemán).

En ese Land del este alemán empezaron muchos de los problemas de liderazgo vividos en la CDU bajo la dirección de la predecesora de Laschet y otrora 'heredera' fallida de Merkel, la ministra de Defensa, Annegret Kramp-Karrenbauer. Fue en el parlamento regional de Turingia que los diputados cristianodemócratas votaron junto a AfD por un presidente del partido liberal FDP, en contra de la voluntad de Kramp-Karrenbauer.

Maaßen fue de los que no vio problemas en aquella votación de los diputados de la CDU de Turingia. No sorprende esta visión de la política en este hombre que perdió su cargo de presidente de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución después de poner en duda las informaciones que venían de la ciudad sajona de Chemnitz (este germano) en las que, en agosto de 2018, se daba cuenta de que hubo centenares de extremistas de derechas dándose a la “caza de extranjeros” tras la muerte de un alemán de origen cubano.

Un candidato enfrentado a las “noticias falsas” de la prensa seria

La muerte se produjo en una pelea callejera en la que se vieron involucradas varias personas. En la reyerta, el joven sirio Alaa S. mató con un cuchillo a Daniel H.. Por este crimen, el sirio cumple con una pena de nueve años de prisión.

En el contexto en que se produjo esa muerte, Maaßen habló, sin pruebas, de que en la prensa seria alemana se estaban difundiendo “noticias falsas” a cuenta de lo ocurrido en Chemnitz. Aquello generó polémica y no era la primera vez que Maaßen estaba en el centro de las críticas.

De hecho, su nombre ya estuvo en la picota por constituirse como voz prominente contra la política de la canciller Angela Merkel en materia de refugiados durante la crisis migratoria que acusó Alemania – y Europa – entre 2015 y 2016. En este tiempo llegaron a suelo germano unos estimados en 1,5 millones de demandantes de asilo.

Críticas también ha tenido a pares Maaßen contra los medios de comunicación. Por ejemplo, cargó contra la prensa cuando salieron a la luz las corruptelas del llamado “Caso Ibiza”, el que costó la dimisión como vicecanciller austriaco de Heinz-Christian Strache, líder del ultraderechista Partido de la Libertad de Austria (FPÖ), y que dinamitó el Gobierno del conservador Sebastian Kurz.

A cuenta de ese escándalo, Maaßen encontró apropiado criticar a los medios que habían sacado a la luz los vídeos que señalaban al político ultra austriaco. A saber, el prestigioso semanario Der Spiegel y el no menos influyente diario muniqués Süddeutsche Zeitung.

“Muchos en la izquierda y en la extrema izquierda justifican en la 'lucha contra la derecha' cualquier método”, dijo Maaßen al diario Bild a cuenta de los comprometedores vídeos de Strache en Ibiza. Por cosas como estas, al final, el ministro del Interior, Horst Seehofer, otro notable crítico de la política de refugiados de la canciller, acabó prescindiendo de los servicios de Maaßen.

La CDU, ¿El Tea Party alemán por tener a Maaßen como aspirante a diputado?

Tea PartyTambién por cosas así se ha granjeado Maaßen una muy cuestionable prensa. “Maaßen podría dañar más que servir” a la CDU, según se ha señalado estos días en el diario berlinés Der Tagesspiegel. Para un sector de los conservadores alemanes, sin embargo, alguien como Maaßen resulta atractivo. Así lo han apuntado, por ejemplo, en el diario conservador Frankfurter Allgemeine Zeitung.

En él, el responsable de información política, Jasper von Altenbockum, ha descrito a Maaßen como un “héroe de los opositores de Merkel” y no “sólo los de la CDU”. Para von Altenbockum, alguien como Maaßen, en realidad, busca atraer a los votantes democristianos que, decepcionados, ahora votan a AfD.

“Un partido como la CDU también debe servir para hablar a aquellos que tienen la sensación de haber sido olvidados por el resto de la sociedad”, dicen a NIUS sobre Maaßen desde la sede del partido democristiano en Turingia.

Pero que Maaßen se dedique a llamar la atención de ese electorado en Turingia – donde casi uno de cada cuatro votantes eligió a AfD en las últimas elecciones regionales cuando la CDU se quedó en un 21,7% de los votos – no es algo que genere únicamente críticas en la opinión publicada o en actores de la izquierda como Neubauer. La presencia de Maaßen entre los candidatos a ser diputado en las elecciones generales también genera críticas en la propia familia política conservadora.

Es más, Laschet lleva varios días sometido a “fuego amigo”, disparado por culpa de la elección de Maaßen. Así, el eurodiputado de la CDU Dennis Radtke, por ejemplo, criticó esa lección hablando de que la CDU se estaba “convirtiendo en el Tea Party”. Es una alusión a la política estadounidense identificada con el movimiento político de corte conservador del Partido Republicano.

En la CDU: “elegir a Maaßen es tirar los valores cristianodemócratas

La responsable de integración en el Land que gobierna Armin Laschet, Renania del Norte-Westfalia, Serap Güler, reprochó a sus colegas de partido de Turingia el nombramiento de Maaßen. “¿Cómo se puede estar tan loco y tirar por la borda los valores cristianodemócratas?”, se preguntaba Güber a cuenta de la elección del otrora presidente de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución.

En la noche del domingo, en la ARD, Laschet no ponía en modo alguno en entredicho la elección de Maaßen. Es más, vino a recordar algo tan simple como que su partido ha de respetar las decisiones de sus “delegados”, aunque haya diferencias entre él y candidato díscolo de Turingia.

Argumentando en favor de la pluralidad de opiniones también dan en la CDU de Turingia.

“Hans-Georg Maaßen forma parte de nuestro partido. Un partido de masas como el nuestro tiene alas con opiniones marcadas. Angela Merkel y Friedrich Merz pertenecen a la CDU, pero también Hans-Georg Maaßen. La gente espera la representación de este amplio espectro. No quieren 700 políticos en el Bundestag que tengan todos la misma opinión. La democracia no funciona así”, dicen a NIUS desde la agrupación de la CDU en Turingia.

Para Laschet, partidos como el suyo han de poder “soportar” el tipo de discusiones generadas por Maaßen. Está por ver, sin embargo, si este tipo de debates ayudan a una CDU que sigue cayendo en las encuestas. En las publicadas en la primera semana de mayo, a los conservadores se les atribuye hasta un 23% de la intención de voto. Es un mínimo histórico.