El 'dabbing', el consumo de una marihuana que puede llegar a incendiar una casa

Informativos Telecinco 13/10/2018 17:08

Se trata de una nueva versión de lo que en las décadas del 60 y 70 era conocido como aceite de hachís. Pero la principal diferencia radica en el hecho de que en el caso de los dabs, si el proceso de elaboración es realizado de la forma "indicada", el alcohol y el butano no permanecen en el producto final, tal y como recoge Infobae.

Su extracción implica llevar adelante un proceso muy peligroso y complejo que involucra químicos altamente inflamables. El resultado final tiene el aspecto de cristal de tono caramelo y el hecho de que su consumo no produce el característico olor de la marihuana hace que los padres no logren identificar a tiempo el consumo en sus propios hogares.

En los estados donde la marihuana ya ha sido legalizada, tanto con fines recreativos como medicinales, la droga puede encontrarse en distintas presentaciones. Ya se en su formato original, comestibles, cremas o gotas.

Pero lo preocupante del concentrado que aparenta ser cera de vela de aspecto pegajoso, es su elevada dosis del ingrediente psicoactivo de la marihuana conocido como THC. Una vez que es fumado con una pipa de agua, produce un golpe instantáneo que algunos usuarios compararon con la sensación que experimentaron la primera vez que fumaron un cigarrillo de marihuana.

"Como mínimo, los dabs son cuatro veces más poderosos que un cigarrillo de marihuana y su efecto es entregado de una sola vez" dijo John Stogner, coautor de un paper sobre la droga publicado en la revista Live Science y profesor en criminología para la universidad de Carolina del Norte. "Realmente está explotando en el mundo de las drogas" agregó.

"Existe un enorme riesgo de incendio incluso si no se usa un calentador" advirtió el experto. "Dada la cantidad de butano que puede generarse en el proceso, los involucrados deberían preocuparse ante la presencia de la más mínima chispa" advirtió.

Solo en el estado de Colorado, el número de explosiones por gas butano saltó de 12 en 2013 a 32 en 2014, coincidiendo con el año en el que se legalizó la marihuana con fines recreativos. "Es peligroso asumir que los riesgos del dabbing son similares a aquellos de la marihuana" alertó Stogner. Según reportes de Live Science, su uso recurrente puede elevar el nivel de tolerancia a la droga y causar síndromes de abstinencia más severos que los de la hierba tradicional.