El enigma Kayne West, el tercer candidato a la presidencia de Estados Unidos

  • Algunas encuestan le dan como receptor del "voto protesta"

¿Qué esconde la candidatura de Kanye West a la presidencia de los Estados Unidos? ¿Es algo que deba ser tomado en serio? Si no es así, ¿por qué su aparición política ha sido avalada por el influyente CEO de Tesla Elon Musk, entre otras personalidades? Estas son solo algunas de las numerosas preguntas que los analistas electorales se están haciendo en los últimos días, tras el registro del comité de campaña de West en la Comisión Federal de Elecciones y su aprobación para figurar en las papeletas del estado de Oklahoma, la pasada semana. Y es que dicho estado, de apenas cuatro millones de habitantes, ha sido el elegido por el rapero para oficializar su candidatura como independiente tras presentar la documentación y pagar los 35.000 dólares necesarios antes de que finalizara el plazo de inscripción.

Si bien prácticamente todo el mundo está de acuerdo en que West no será el próximo presidente de los Estados Unidos, sí hay cierta curiosidad por saber qué papel puede jugar en estas elecciones. Desde que el pasado 4 de julio -simbólico acto en la celebración del Día de la Independencia del país norteamericano-, el músico y productor anunciara que se presentaría a la presidencia en 2020, muchas han sido las interpretaciones. Algunas de estas le ven como un posible imán para el voto protesta, otras atisban una posibilidad real en base a sus millones de seguidores, en algún caso se habla de una simple búsqueda de publicidad y en otros se plantea que pueda ser una simple consecuencia de su declarado trastorno bipolar, lo que justificaría esta impulsiva iniciativa de última hora.

Qué dicen las encuestas

De cualquier manera, las conjeturas sobre las repercusiones de su candidatura se han puesto en marcha y las encuestas a este respecto también. Así, el centro de investigación Redfield & Wilton Strategies, con sede en Reino Unido, dio a conocer los recientes resultados de la primera encuesta nacional en estados Unidos con la inclusión de West entre los candidatos, revelando una intención de voto hacia este del dos por ciento. Y aunque no parece que vaya a ser un rival importante para los otros candidatos, tampoco está claro a cuál de ellos puede perjudicar más, si al republicano Donald Trump por su corte conservador o al demócrata Joe Biden por el desvío del voto afroamericano.

Según el experto internacional en comunicación política Antoni Gutiérrez-Rubí es aún pronto para saber “si esta candidatura tendrá o no consecuencias, aunque por ahora no lo parece”. Sobre todo después de su última aparición en el estreno de su campaña electoral, durante un mitin en la localidad de North Charleston (Carolina del Sur), en el que apareció con un chaleco antibalas con la palabra “seguridad” escrito en la parte de delante, dando un discurso inconexo en contra del aborto y creando controversia con unos comentarios sobre la esclavitud. Tras esta intervención “sus opciones son cada vez menores, sus mensajes son poco creíbles, poco reflexionados y, peor aún, han sido ridiculizados por la prensa; sin embargo, tiene algo que no tienen el resto de candidatos: viene de fuera de la política y es ampliamente conocido por la sociedad”, añade Gutiérrez-Rubí.

El trampolín de la fama

Kanye West, que a través de su música se ha expresado acerca de las tragedias de la comunidad negra, es un magnate del rap, la producción musical e incluso la moda. Sus millones de seguidores en las redes sociales le avalan como uno de los hombres más famosos del mundo y su matrimonio con la celebrity Kim Kardashian le hacen gozar de tal alcance que, si este se tradujera en número de votos, podría condicionar los resultados finales de las elecciones. De hecho, para llegar a ello West no necesitaría ser votado por millones de personas en todo el país, ya que bastaría con que influyera en el resultado de votos de un par de estados determinantes.

En este sentido lo que más podría favorecerle es “la desafección política, incluso la celebrificación y el auge de figuras como él en el imaginario estadounidense; votar por simpatía, más que por capacidad”, añade Gutiérrez-Rubí, que identifica la figura de West con la de un outsider, como fue la de Trump en 2016, “el tema es si hay sitio para otro outsider en momentos como el actual, donde la seguridad de buscar un buen gestor considero que va a ser importante”, añade.

La reacción del actual presidente a la candidatura de West, a través de una entrevista con RealClearPolitics, fue la recomendación de que el rapero debería usar estas elecciones “como una prueba para las de 2024”. Y es que el apoyo inicial que el ganador de 21 premios Grammy dio a Donal Trump se ha convertido en crítica e incluso en competencia desde que oficializó su participación en las elecciones presidenciales 2020.

Convulso final de campaña

Lo que sí parece seguro es que la aparición de Kanye West va a suponer un nuevo revulsivo a estas elecciones que llegan a su tramo final. El primer mitin de campaña del rapero fue retransmitido en vivo por YouTube y su candidatura anunciada por Twitter. Sus opiniones y su vida gozan de una cobertura mediática enorme y él mismo es fuente de controversia tanto por sus declaraciones sobre la industria musical, religión y raza como de la política estadounidense.

Habrá que esperar para ver si las excentricidades, los problemas de su trastorno bipolar o las propias expectativas de la candidatura llevan a término esta campaña que, con el eslogan YES!, intentará dar un vuelco a los resultados.

Como el propio rapero explicó, si ha denominado Birthday Party (Partido del Cumpleaños) a su formación política es porque “cuando gane será el cumpleaños de todo el mundo”. Todo un deseo antes de soplar las velas más propio de un niño con zapatos nuevos que de un aspirante deseoso de retomar los mandos de la gestión del país más poderoso de la tierra. Como no podía ser menos en el país del show business, el espectáculo está servido.