El giro proteccionista de Joe Biden para vencer a Trump

  • Biden apela al "proteccionismo económico" para recuperar el país si gana las elecciones

Recuperar el liderazgo internacional, reconstruir el poder adquisitivo de la clase media, vencer al Covid-19 y poner en marcha un plan económico de 700.000 millones de dólares que reactive la producción del país son las principales medidas del programa del candidato del partido demócrata estadounidense, Joe Biden. Y todo ello desde una normativa centrada en el consumo de productos nacionales por parte del gobierno federal que hace saltar por los aires el libre comercio y la globalización tan promulgados por los demócratas en los últimos años.

Con la presentación de este programa económico proteccionista Biden se ha adelantado a los republicanos, que aún no han propuesto sus medidas para salir de la crisis. En medio de una pandemia que está siendo especialmente devastadora para el país norteamericano, las propuestas del candidato demócrata se han visto como una bala oculta en la recámara de la lucha electoral con el fin de aumentar la ventaja que las encuestas arrojan a su favor y en detrimento del actual presidente.

Respaldo demócrata

Como dijo hace días la senadora por Massachusetts y anterior aspirante a la candidatura demócrata Elizabeth Warren, “en este momento de crisis es más importante que nunca que el próximo presidente restaure la esperanza de los estadounidenses en un gobierno bueno y efectivo, y he visto a Joe Biden ayudar a reconstruir nuestra nación”. Tanto ella como Obama, que expresó el pasado mes de abril su apoyo al que fue vicepresidente durante su mandato, están volcándose con el respaldo al aspirante demócrata a la presidencia que se presenta por tercera vez a las elecciones, tras sus intentos fallidos en 1988 y 2008.

Ya en su momento los senadores Bernie Sanders y Elizabeth Warren enfocaron sus campañas en la defensa de la industria estadounidense, necesitada en estos momentos más que nunca de un respaldo que reactive su producción y eso es lo que Biden ha hecho en la presentación de su plan económico, la pasada semana. Dicho programa, que es uno de los cuatro puntos esenciales de su proyecto político, lleva por lema “Buy American” promoviendo así la reconstrucción de la economía a través del consumo de productos hechos en el país.

Proteccionismo económico

Este nacionalismo económico, que también había sido mencionado en algún momento por los republicanos, aunque no de forma oficial, irá acompañado de 400.000 millones para la compra de materiales y servicios fabricados en Estados Unidos y de 300.000 millones más para investigación y desarrollo de tecnologías innovadoras, especialmente en la industria de las energías limpias y la inteligencia artificial. El gasto se afrontaría revirtiendo los recortes de impuestos realizados por Trump a las grandes empresas y con una reforma fiscal más amplia que incluiría, entre otras medidas, un mayor pago de impuestos por parte de las grandes fortunas.

Biden, que calificó su plan económico como “la mayor inversión en la economía estadounidense desde la Segunda Guerra Mundial”, estimularía además la creación de más de cinco millones de empleos y el reemplazo de los que se han perdido durante la pandemia. Con ello se garantizaría una mayor independencia de los proveedores extranjeros y se podrá atender a pequeñas empresas, muchas de las cuales son el sustento de muchas familias pertenecientes a algunas de las minorías raciales que conforman el país.

Otros objetivos

El plan nacional que resume el programa electoral de Joe Biden incluye además la recuperación de un liderazgo respetado a nivel internacional. En un momento en el que los desafíos del planeta requieren de alianzas, el candidato por el partido Demócrata reclama “una posición de líder moral y económico” en el mundo. El riesgo de conflictos nucleares y de guerras comerciales obligan a “reparar nuestras relaciones con nuestros aliados”, señala en su web.

El proyecto demócrata también pasa por trabajar en “la igualdad de oportunidades” y el restablecimiento de los derechos que recuerden que “todos los hombres son creados iguales”, en alusión a los conflictos raciales que arrastra el país. Además destaca la necesidad de que la clase media recupere la posibilidad de ser “dueña de su casa” o de “enviar a sus hijos a la universidad”.

La cuarta pata del programa electoral incide en la importancia de la lucha contra el Covid, cuya gestión ha sido el talón de Aquiles del actual presidente. En la reciente presentación del plan económico aseguró que Trump “es la personada equivocada para dirigir el país” por su incompetencia al frente de esta crisis. Por ello propone un plan de alcance nacional, con el fin de salvar vidas, basado en el seguimiento de las consignas dadas por los investigadores y profesionales sanitarios. También se compromete a reforzar la capacidad de producción de suficientes suministros médicos, la realización de pruebas covid gratuitas, rastreos a través de la contratación de unos 100.000 profesionales, y apoyo a la salud emocional y primeros auxilios psicológicos de la población, entre otras medidas.

Respuesta Republicana

Ante esta avalancha de propuestas los republicanos han reaccionado recordando la bonanza económica que disfrutaba el país antes de la llegada de la pandemia y de la necesidad de contar con alguien como el actual presidente para garantizar “la base sólida que estableció la administración Trump”, según palabras del vicepresidente Pence la semana pasada. También Hogan Gidley, portavoz de la Casa Blanca, habló del “ataque deliberado del Sr. Biden contra nuestros trabajos, familias y estilo de vida” y del riesgo de reversibilidad de todo ello, dando muestras del nerviosismo que se ha instaurado en las filas de su partido.

Lo cierto es que la inquietud republicana está más que justificada a estas alturas de la campaña electoral, no solo porque el hecho de que el rival se haya adelantado en la difusión de su proteccionista plan económico, sino porque las encuestas, tal y como señala la página de sondeos Real Clear Politics, dan una ventaja de 8’7 puntos a Biden sobre el actual presidente. Todo ello, junto con el hecho de que la recaudación de dinero para la campaña electoral también es favorable al candidato demócrata en los dos últimos meses, empieza no solo a preocupar sino a dejar poca capacidad de reacción a los republicanos en el tramo final de estos comicios.