Italia, ahora sí, ha entrado en la fase de estabilización del virus

  • Italia ha llegado al pico con más de 13.000 fallecidos y 110.000 casos de coronavirus

  • El 13 de abril, el Gobierno evaluará si es conveniente una relajación gradual del aislamiento

Finalmente, al final de la escalada no había un pico, sino una llanura. Italia espera que el número de contagiados comience a caer próximamente después de acumular días con un crecimiento muy leve. “Decir que hemos llegado a la planicie quiere decir que hemos alcanzado el pico. Pero el pico no es una punta, sino una estabilización de la que deberíamos empezar a descender”, dijo hace un par de días el presidente del Instituto Superior de Sanidad italiano, Silvio Brusaferro. El responsable sanitario insiste en que habrá que esperar aún para iniciar el descenso.

Estamos ante lo que lo que se califica como el “aplanamiento” de la curva. En Italia, a diferencia de España, han sido muy cautos a la hora de hablar del “pico” hasta que no ha pasado. El momento llega ahora con 13.915 muertos y 115.000 casos registrados. Este jueves hubo 760 nuevos fallecidos y 2.447 contagiados con respecto al día anterior, en línea con lo que lleva ocurriendo a lo largo de esta semana.

Esto no quiere decir que de aquí en adelante no se sigan acumulando fallecidos y contagiados. La mayoría de las víctimas mortales que amplían las estadísticas se ha contagiado hace al menos una semana y todavía habrá un lento goteo. Mientras, los infectados ya no crecen exponencialmente, pero aún avanzan a un ritmo sostenido, como señala la curva elaborada por el 'Financial Times'. Las cifras están lejos del máximo de contagiados que se tocó el 21 de marzo, con 4.800 casos.

Pero el dato que destacan ahora los expertos sanitarios que asesoran al Gobierno es que al fin se ha logrado aliviar la presión de las unidades de cuidados intensivos de los hospitales. El miércoles, por primera vez, apenas creció la cifra con respecto al día anterior. Y esto permite destinar mayores recursos a otras prioridades, como hacer un estudio más pormenorizado entre la población.

En la última semana se ha doblado el número de pruebas realizadas, de unas 20.000 diarias a unas 40.000 en las últimas 24 horas. Italia, a diferencia de España, publica en sus estadísticas el número de test, al igual que lo hace con los contagios o los fallecidos. Hasta ahora ha hecho más de 580.000 controles y la buena noticia es que pese a incrementar el número, no está creciendo el número de contagios.

A la espera de la ‘fase dos’

Por tanto, se podría decir que Italia está en la recta final de la etapa más crítica, aunque ni siquiera ha abandonado todavía ese estadio. Lo ilustró bien el primer ministro, Giuseppe Conte, en su última comparecencia, en la que anunció que el aislamiento total se prolonga desde el 3 de abril al menos hasta el día 13. “No estamos en condiciones de relajar las medidas, porque nuestros esfuerzos habrían sido en vano, y tampoco puedo decir que lo vayamos a hacer el 14 de abril”, precisó Conte. El 13 de abril, justo después de Semana Santa, el Gobierno italiano volverá a evaluar la situación epidemiológica y decidirá.

Sin poner fechas, Conte mencionó que después llegará una “fase dos”, que denominó como una etapa de “convivencia con el virus”. En este momento se empezarían a rebajar gradualmente algunas de las disposiciones de aislamiento adoptadas, aunque se mantendrían las precauciones. Esto podría producirse muy lentamente a mediados de abril, aunque la prensa italiana ha señalado como fecha más probable principios de mayo.

Pasado este momento, llegaría la “fase tres” o “salida de la emergencia”, en la que Conte asegura que se “volvería a la normalidad y se pensaría ya en la recuperación de la actividad”. Aún no hay previsiones marcadas en el calendario.

Estrategia de salida

El primer ministro también aclaró que en el último decreto firmado por él no hay instrucciones precisas para que los niños puedan salir a pasear acompañados de uno de sus progenitores, como había establecido horas antes una circular emitida por el Ministerio del Interior. La confusión, unida al rechazo de las regiones del norte más golpeadas fue tal, que Interior tuvo que modificar varias veces su comunicado y finalmente el Ejecutivo dio marcha atrás. Conte sí aclaró que si los padres salen a la calle para cumplir con alguna actividad básica como hacer la compra, pueden ir acompañados de sus hijos, aunque eso no se debería interpretar como “un momento para el recreo”.

El cese absoluto de toda actividad no esencial durará al menos 10 días más, pero los expertos ya rebajan las expectativas que señalan el final de la Semana Santa como el principio de la vuelta a la normalidad. Giovanni Rezza, epidemiólogo del Instituto Superior de Sanidad, señala en una entrevista en ‘La Repubblica’ que incluso en el momento en el que se pueda salir de casa “será necesario mantener la distanciad de seguridad”. Otros expertos señalan que incluso después sería conveniente el uso de mascarillas por la calle y que los ancianos amplíen la cuarentena. Los últimos establecimientos en abrir serán discotecas, gimnasios u otros lugares en los que sea difícil mantener una cierta distancia entre personas.

Italia plantea ya para ese escenario final un estudio masivo de la población. Es decir, ampliar el número de pruebas a millones de personas para tener una idea más clara de cuál ha sido la difusión del virus durante la propagación de la epidemia y poder establecer cuarentenas más selectivas. La confusión sobre el número real de infectados ha llevado a publicar estimaciones que van desde los 400.000 contagiados en toda Italia a 11 millones de personas.