Una parte de Italia contiene el virus con el modelo coreano, mientras otra está saturada

  • En Véneto han contenido el contagio haciendo más pruebas

  • Lombardía sólo examina a los pacientes con síntomas y está completamente desbordada

El pasado 21 de febrero, Adriano Trevisan, de 78 años, se convirtió en el primer muerto italiano con coronavirus. Vivía en la localidad de Vo’Euganeo, una pequeña población de 3.400 habitantes ubicada en la llanura padana, en la región del Véneto. Mientras tanto, a unos 200 kilómetros, en el municipio lombardo de Codogno, se descubría otro foco que ha provocado un daño mucho mayor. Con 1.959 fallecidos a fecha de este miércoles, sólo en Lombardía se han registrado más víctimas mortales que en cualquier país de Europa.

Vo’Euganeo y las localidades circundantes a Codogno -en las que viven unas 50.000 personas- fueron confinadas un día después de que empezaran a acumularse los casos de coronavirus. Es cierto que Vo’Euganeo es mucho más pequeño y está más aislado que los pueblos lombardos, que tienen una metrópolis como Milán a unos 60 kilómetros. En el caso de Vo’ la ciudad más cercana es Padua, de 200.000 habitantes, que se encuentra a 40 minutos en coche por carreteras secundarias. Pero el modelo véneto y el lombardo han sido muy distintos, así como los resultados.

Modelo véneto

Desde el primer momento ensayaron el patrón seguido en Corea del Sur. Es decir, hacer un número muy alto de pruebas para no perder el rastro epidemiológico y conseguir un aislamiento más efectivo de la población. En Vo’Euganeo se hicieron 3.000 test, prácticamente uno por cada ciudadano. Se encontraron 66 positivos, mientras que al resto de negativos se les volvió a controlar dos semanas más tarde del primer examen.

Vo’Euganeo se convirtió en un laboratorio perfecto, favorecido por su demografía y su situación geográfica. “Si no hubiéramos hecho pruebas a todo Vo’ se habría producido una epidemia”, dijo el gobernador del Véneto, Luca Zaia, en una entrevista en 'Il Corriere della Sera'. La región cuenta con cerca de 3.000 contagiados y 94 muertos, pero ha logrado contener la epidemia. Y ahora, bajo esa experiencia, Véneto se dispone a hacer controles masivos a toda la población.

De 3.000 pruebas diarias se propone pasar a 11.000. La región, cuya capital es Venecia, sigue así el ejemplo lanzado por el director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom, que ha recomendado “test, test, test”. En Corea del Sur funcionó, aunque en Italia no todos creen que sea completamente eficaz.

Massimo Galli, director del departamento de Biomedicina del Hospital Sacco de Milán, uno de los centros de referencia en Italia, responde a NIUS que “desde el punto de vista sanitario hacer pruebas a todo el mundo tiene poco valor, porque quien da negativo hoy podría dar positivo mañana y esto crea una falsa seguridad”.

Según su experiencia, es fácil encontrar rápidamente anticuerpos que actúan más rápidamente en el organismo y que teóricamente se quedan en nuestro cuerpo para toda la vida. Pero la inmunoglobulina M (IgM), que son anticuerpos de respuesta inmediata ante infecciones más agudas, no aparecen en un periodo medio de 10 días. Por eso, los pacientes graves evolucionan mal de forma brusca. Y también por eso es difícil tener un diagnóstico inmediato.

El doctor es partidario de hacer un análisis clínico de los infectados, aunque para eso se necesita tiempo y recursos. Lo que sí recomienda es realizar un seguimiento de todos los contactos de un caso positivo para “hacer bien las cuarentenas y reducir el riesgo de infección”.

Sussana Esposito, viróloga y pediatra del hospital Universidad de Parma y presidenta de la asociación especializada en enfermedades infecciosas WAidid, sigue una línea similar. “Lo fundamental es hacer una terapia precoz y para ello es necesario hacer test a personas asintomáticas que hayan estado en contacto con contagiados y a todo el personal sanitario expuesto”, sostiene.

Ésta es otra de las medidas que seguirá el Véneto, que someterá a controles a los 54.000 sanitarios de la región. Según la Fundación Gimbe, actualmente el 8% del personal sanitario italiano ya se ha contagiado.

Modelo lombardo

En Lombardía, por el contrario, rápidamente cambiaron de estrategia y pocos días después de que comenzaran a aparecer los primeros casos decidieron hacer controles sólo a personas que tuvieran síntomas. Y coincidiendo con esta decisión, Milán lanzó una campaña llamada ‘Milanononsiferma’ (Milán no se para), con el objetivo de evitar la parálisis económica.

Actualmente Lombardía registra 12.200 contagiados y 1.959 fallecidos. Los mensajes han sido bastante confusos, porque si bien los primeros días desde Italia transmitían que tenían muchos contagios porque estaban haciendo más pruebas que otros países europeos, ahora argumentan que se están haciendo muy pocas y que la tasa de mortalidad es muy alta al no disponer de un número real de infectados.

Con los datos oficiales, la mortalidad en Lombardía es del 11%. Sin embargo, un estudio elaborado por Livio Fenga, del Instituto Nacional de Estadística italiano, calcula que el número real de contagiados sobrepasaría los 100.000, cuatro veces más que la cifra oficial.

Lo cierto es que en Lombardía no hacen más pruebas porque los hospitales están al límite y los recursos van destinados únicamente a quien está grave. “Si registras sólo casos graves y no los asintomáticos porque no has hecho la prueba, claro que tendrás una tasa de mortalidad más alta”, apunta Massimo Galli. Su opinión es que en este punto de la emergencia, Lombardía tiene poco margen para cambiar de estrategia sobre las pruebas.

Lo que sí defiende el virólogo es "abrir más centros periféricos para trasladar allí los casos, ya que de lo contrario mandas a la gente a los hospitales a morir”. En Bérgamo, la provincia más afectada, la Guardia Alpina ya ha instalado un hospital de campaña. Mientras, en Milán una ONG de una comunidad evangélica estadounidense ha hecho lo propio y ya se está trabajando para construir de forma exprés un centro especializado como se hizo en la ciudad china de Wuhan.

El ejemplo asiático

Por tanto, según la doctora Esposito, Hong Kong, Corea del Sur o Singapur son los ejemplos para trazar el rastro epidemiológico, con un número mayor de pruebas; y China lo sería en cuanto a la contención. Sin embargo, la doctora señala que el aislamiento debería ser “reforzado con test masivos a médicos y enfermeros y pidiendo a todos los ciudadanos, aunque no tengan ningún síntoma, que salgan con mascarillas quirúrgicas a la calle”. Esas mascarillas faltan incluso para el personal sanitario en Lombardía.