Trump y Biden pelean por cada voto en el último de los debates presidenciales

  • Trump se impone ligeramente en el último debate

  • El coronavirus, la crisis económica y el Obamacare en el centro del debate

Un Donald Trump acorralado por los resultados en contra de las encuestas y una participación histórica del voto por adelantado, a priori favorable a Biden, se ha visto obligado a bajar de revoluciones y mostrarse más autocontrolado que nunca, en el último de los debates presidenciales que tuvo lugar anoche, en Nashville (Tennesee). Dando una mejor imagen que la vez anterior, el presidente se ha despedido de la audiencia imponiéndose levemente sobre el candidato demócrata, que tuvo un papel discreto en su línea de pasar desapercibido para dejar que sea su rival quien se ponga en evidencia.

Sin interrupciones mutuas gracias a la limitación del uso de los micrófonos para quien no tuviera el uso de la palabra y con un ambiente mucho más relajado que en el encuentro anterior, sólo los últimos 15 minutos mostraron cierta tensión. Las acusaciones de Biden a Trump llamándole “el presidente más racista que ha tenido el país” y del actual mandatario a su contrincante diciendo “eres un corrupto, Joe, todo el mundo lo dice”, elevaron la presión por unos minutos en el plató situado en la Universidad de Belmont.

Incluso la moderadora Kristen Welker, corresponsal de la cadena NBC en la Casa Blanca, llamada con anterioridad “demócrata de izquierda radical” y “totalmente parcial” por parte de Trump, consiguió capear la situación de forma tranquila sin tener que imponerse de forma desagradable a ninguno de sus invitados, como tuvo que hacer el veterano periodista de la cadena Fox, Chris Wallace, en el primer debate. El propio presidente reconoció al final del encuentro su buen trabajo dirigiéndose a ella y diciendo: “Muy profesional, gracias”.

Un triste espectáculo

Y es que ninguno de los dos candidatos podía permitirse el lujo de dar el triste espectáculo que ofrecieron la primera vez que debatieron, a once días de las elecciones que tendrán lugar el próximo 3 de noviembre. Sobre todo Trump, ya que el demócrata Biden lidera en estos momentos las mayoría de las encuestas nacionales y mantiene un estrecha ventaja en los estados que pueden ser decisivos. A ello hay que sumar que más de 42 millones de personas han emitido sus votos por adelantado, bien de forma presencial o por correo, mientras el país alcanza los 220.000 muertos por Covid-19.

Si bien los debates no suelen hacer cambiar la intención de voto de los espectadores, el más determinante de estos encuentros suele ser el último, que es el que puede inclinar la balanza de los indecisos, hacia un lado u otro, a última hora. En esta ocasión la audiencia tendrá que juzgar las respuestas de ambos candidatos ante las preguntas que giraron en torno a la pandemia, la seguridad nacional, la situación de las familias estadounidenses, el racismo, el cambio climático y el liderazgo.

Covid

Empezó el debate con el telón de fondo de la pandemia, denominada repetidas veces por Trump como la “enfermedad terrible que vino de China”. El actual mandatario señaló que la vacuna está casi lista, que tiene al ejército preparado para distribuir 100 millones de dosis y que si no hubieras sido por él la cifra de muertos se habría disparado hasta los 700.000.

Contraatacó Biden recordando que Trump no quiso asumir la responsabilidad de la mala gestión del Covid en su momento y señaló que “nadie que haga eso puede ser presidente de los Estados Unidos”. Incluso fue más allá al decir que “él es inepto (refiriéndose a Trump), mucha gente ha perdido su forma de vida debido a su gestión”.

Seguridad nacional

El comienzo del segundo tema dio lugar a la primera mención de Trump a un supuesto cobro de Biden por parte del gobierno ruso. “Tú has recibido tres millones de dólares de Rusia”, repitió Trump una y otra vez. “Tendrás que explicar el porqué, debes una explicación al pueblo estadounidense”, añadió. El demócrata contestó que no había recibido “ni un centavo de una fuente extranjera”, mientras acusaba al republicano de pagar más impuestos en China que en su propio país.

El actual mandatario aprovechó para arremeter contra Hunter Biden, el hijo del vicepresidente con Obama, tras una pregunta de la moderadora preguntando si había algo indebido en el trabajo que este desempeñó en una empresa de gas en Ucrania. “En absoluto, cuando fue enjuiciado políticamente nadie de su entorno laboral declaró en su contra”, contestó Biden.

Las familias estadounidenses

La salud fue el tema que la moderadora Keller introdujo para hablar de la situación de las familias en el país. “Usted, señor Trump, quiere derogar al Ley de Salud Asequible (popularmente conocida como Obamacare), pero 20 millones de personas se quedarán sin cobertura, ¿qué tiene que decir?”, dijo la periodista.

“El Obamacare no es bueno, tendremos un nuevo programa mejor que dar. Usted habla de hacer una sanidad socialista”, señaló Trump dirigiéndose al demócrata. “La salud es un derecho y hay que ayudar a garantizarlo de forma asequible. Usted no tiene un plan”, contestó Biden, quien prosiguió señalando que doce millones de personas no tienen trabajo y ocho han alcanzado el nivel de pobreza.

Política migratoria y tema racial

Aprovechó Biden para señalar que si gana legalizará a 11 millones de dreamers, las personas migrantes que llegaron hace años a Estados Unidos y que “no pueden ser devueltos a un país que ni siquiera conocen”, a lo que Trump recordó que ya tuvo “ocho años para hacerlo y no hizo nada”.

El demócrata fue muy contundente al declarar que hay “racismo institucionalizado en Estados Unidos”. El actual presidente repitió que en los más de cuarenta años que Biden lleva en política “no hizo nada al respecto”.

Cambio climático y liderazgo

El debate iba llegando a su fin y tanto el exvicepresidente como el actual mandatario presentaron sus propuestas para frenar el cambio climático. Un plan de hogares menos contaminantes y estaciones de carga eléctrica para vehículos el primero, junto con un desarrollo de las energías solar y eólica, y una reivindicación de la independencia energética del país el segundo, apoyo al fracking y al uso de petróleo.

Terminó el debate con una llamada de Trump para ser “lo que éramos antes de la llegada del virus chino”, con la mejor tasa de empleo histórica y la descripción del sombrío panorama que espera al país si ganan los demócratas. Cerró Biden con una reivindicación a la decencia, la esperanza, nuevos empleos, el respeto, la dignidad y más oportunidades en caso de ser elegido, con el mismo tono discreto con el que empezó la campaña, intentando simplemente no cometer un error. Pero esta vez Trump no mordió el anzuelo y se despidió incluso con un elogio a la moderadora.