Trump se queda solo en la Casa Blanca

  • Hay empresas que solicitan la devolución del dinero donado para investigar el fraude electoral.

Donantes, empresas, medios de comunicación afines, políticos republicanos y jueces están dando la espalda a Donald Trump en los últimos días. En cascada, uno detrás de otro, empiezan a distanciarse del aún vigente mandatario de los Estados Unidos en un proceso ya imparable que culminará el próximo 20 de enero, cuando Joe Biden y Kamala Harris asuman sus cargos de presidente y vicepresidenta, respectivamente, frente al Capitolio.

La semana pasada, más de 160 presidentes de las principales empresas estadounidenses, como Goldman Sachs, ViacomCBS Inc., Master Card o Blackstone, solicitaron por carta a Trump que aceptara la derrota electoral y permitiera la transición a la nueva administración demócrata. Muchas de ellas eran compañías que incluso habían donado fondos a la campaña republicana pero mostraban su preocupación por el debilitamiento del país en este proceso de transición que debería haberse iniciado antes.

Devolución del dinero

Y más recientemente, aparte de estas empresas que piden el desbloqueo del presupuesto necesario para que el equipo de Biden empiece a trabajar y tomar el control de las medidas en temas fundamentales como la seguridad nacional, la crisis económica o la pandemia, hay otras que solicitan la devolución del dinero donado para investigar el fraude electoral.

Es el caso de Fred Eshelman, que ha presentado una demanda contra True the Vote Inc., una compañía de monitoreo de votos, para reclamar los 2,5 millones de dólares porque, tras solicitar repetidamente información sobre el desarrollo de la investigación, según Bussiness Insider solo se dieron “respuestas vagas de tópicos y promesas en el seguimiento que nunca ocurrieron”.

La presidenta de True the Vote Inc., Catherine Engelbretch, responsabilizó de los malos resultados a la limitación de tiempo y las barreras que se encontraron para realizar el trabajo, pero no reconoció la inexistencia del fraude electoral. Sin embargo, ofreció un millón de dólares a Eshelman para evitar la demanda.

Medios de comunicación

También dos de los principales medios conservadores estadounidenses, como el hasta hace poco fiel escudero de Trump, Fox News y el periódico que publicó las acusaciones contra Hunter Biden en el tramo final de campaña, New York Post, han tomado distancia con el mandatario. Ambos medios, pertenecientes al magnate Robert Murdoch, muestran por primera vez desde 2016 desencuentros públicamente con Donald Trump.

Ya en la noche electoral saltó la sorpresa cuando la Fox, el medio de cabecera del presidente, se convirtió en el primer medio en otorgar la victoria del estado de Arizona a Biden, lo que provocó (según CNN) que el propio Trump llamara a la cadena exigiendo una rectificación, a lo que Murdoch se negó. A partir de ahí la idílica relación ha sido desigual, con un tratamiento del fraude electoral que va desde el reconocimiento de su existencia por periodistas como Dean Hannity a la negación del mismo por parte de analistas políticos como Bret Baier que aún insiste en que “simplemente no lo hemos visto”.

También junto con Fox, varias cadenas de noticias interrumpieron la rueda de prensa de Trump hace tres semanas cuando el presidente denunció, sin pruebas, el fraude que estaban sufriendo las elecciones por la manipulación en el recuento de votos. Lo mismo ocurrió durante la transmisión de la conferencia de prensa de la portavoz de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany, cuando acusó de la existencia de fraude y voto ilegal en estos comicios.

Miembros de su propia administración

La situación ha llegado a ser tan caótica que más de 100 miembros de la propia administración Trump se vieron obligados a enviar, el 23 de noviembre, una carta para exigir a los republicanos del Congreso que presionen a Trump para el reconocimiento de la derrota en estas elecciones. “Ha llegado el momento de que el resto del liderazgo republicano deje de lado la política e insista en que el presidente cese sus dilatados y antidemocráticos esfuerzos por socavar el resultado de las elecciones y comience una transición de poder sin problemas y ordenada”, decía la dura misiva.

También políticos republicanos como Chris Christie, gobernador de Nueva Jersey y uno de los más estrechos colaboradores de Trump, definió las acciones del presidente como “una vergüenza nacional” y pidió que dejara de poner en “riesgo al país”. También Marco Rubio, senador republicano por Florida publicó que “tardar días en contar votos no es un fraude” y el ultraconservador exgobernador de Arkansas, Mike Huckabee, se posicionó de la misma manera diciendo que “si el presidente pierde, pues pierde, no podemos olvidar que aquí se gana con votos, no con balas”.

Los jueces fallan en contra

Pero todo este camino transcurrido desde el 3 de noviembre, día de las elecciones hasta hoy, momento en el que ya está en marcha la transición, no habría tenido lugar si los jueces hubieran visto razones para dar la razón a Trump en sus acusaciones de fraude. Sin embargo, tras más de 30 demandas interpuestas por el equipo legal del presidente, en cinco estados diferentes, la mayoría de ella han sido descartadas.

Tanto en Pensilvania, donde uno de los jueces desestimó la demanda tras denominarla “monstruo de Frankestein basada en especulaciones y argumentos legales forzados” como en Wisconsin, Michigan, Georgia, Nevada y Arizona, Trump perdió tanto en las urnas como en los tribunales, lo que le ha dejado aún más solo. Y esto no ha hecho más que empezar ahora que se ha dado vía libre para que la administración Biden se incorpore al poder.

El 14 de diciembre, fecha en la que los miembros del Colegio Electoral votarán y harán oficial el resultado de las elecciones, puede que sea el pistoletazo de salida definitivo para quienes aún no hayan saltado del barco. Aunque a este ritmo, para entonces puede que no queden muchas personas dentro.