Cómo evitar dar tus datos personales en sorteos online sin perder la oportunidad de participar
Ninguna empresa puede solicitar más información de la necesaria
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Ganar un sorteo en internet suena tentador: viajes, dispositivos electrónicos, experiencias exclusivas. Basta con un clic, compartir una publicación o rellenar un formulario. Pero en esa aparente gratuidad se esconde, muchas veces, el verdadero precio: tus datos personales. En un entorno donde la privacidad digital se erosiona a diario, saber cómo participar sin exponer tu identidad se ha convertido en un acto de autoprotección más que de paranoia.
La participación en concursos online ha aumentado un 41% en los últimos tres años, según un estudio reciente. Pero este auge no siempre responde a un objetivo lúdico o promocional. En muchos casos, detrás del sorteo se oculta una estrategia agresiva de recopilación de datos, orientada a campañas publicitarias, venta de bases de datos a terceros o incluso fraudes.
Facua ha advertido en varias ocasiones que algunas promociones online emplean técnicas engañosas, como condicionar la participación al consentimiento para recibir publicidad de “colaboradores” o requerir datos sensibles como dirección, fecha de nacimiento o número de teléfono sin justificación clara.
¿Qué dice la ley?
El Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), en vigor desde 2018, establece que ninguna empresa puede solicitar más información de la necesaria para el cumplimiento de un fin legítimo, y que la cesión de datos debe ser siempre informada, específica y revocable. Aun así, muchos sorteos, especialmente los organizados en redes sociales o por perfiles poco transparentes, incumplen de forma sistemática estos principios.
De esta forma, cualquier sorteo online debe incluir:
- Política de privacidad visible
- Descripción clara de para qué se usarán los datos
- Posibilidad de participar sin necesidad de aceptar comunicaciones comerciales
Si no se cumplen estas condiciones, el usuario está en su derecho de abstenerse o denunciar el formulario ante la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD).
Cómo participar con seguridad sin renunciar al premio
Aunque la tentación de ganar un premio gratuito sea grande, proteger tu información personal debería ser prioritario. Estas son algunas estrategias recomendadas por expertos en ciberseguridad y privacidad digital:
- Usar un correo electrónico alternativo: Crea una cuenta específica para sorteos y suscripciones. Así mantienes tu bandeja principal libre de spam y reduces el riesgo de phishing.
- No des tu número de teléfono real: Servicios como Receive-SMS o Twilio permiten generar números temporales para validar la participación sin poner en peligro tu número real personal.
- Oculta tu identidad digital: Participa desde una sesión de incógnito, utiliza una VPN o restringe el acceso de aplicaciones a tu perfil público son algunas de las medidas adicionales que te ayudarán a proteger tu huella digital.
- Sospecha de los formularios intrusivos: Si el sorteo pide más que el nombre y el email (por ejemplo, dirección física, DNI o incluso datos bancarios), es señal de alerta. Ningún concurso legítimo necesita esa información de entrada.
- Revisa siempre las bases legales: El organizador debe explicar cómo trata tus datos, durante cuánto tiempo los conservará y si los compartirá con terceros. Si no puedes encontrar esta información fácilmente, no participes.
¿Y si es en redes sociales?
Facebook, Instagram o X son los principales escaparates de sorteos virales. Pero también son terreno fértil para cuentas falsas, suplantaciones y fraudes. En 2022, la Oficina de Seguridad del Internauta (OSI) alertó de un incremento de los denominados “concursos-anzuelo”, que solicitan seguir cuentas, rellenar formularios externos y compartir publicaciones que dirigen a sitios maliciosos.
Según la Fundación Cibervoluntarios, es fundamental verificar siempre si el organizador del sorteo es una cuenta oficial, si la web de aterrizaje tiene certificado de seguridad (https) y si se exige el consentimiento activo para el tratamiento de datos. La ausencia de alguno de estos elementos debería bastar para desconfiar.